¿Qué sería del Rock sin la fotografía? La pregunta dispara miles de universos posibles ya que en la contemporaneidad de nuestra cultura rockera es casi impensable relegar a nuestros artistas solo al aspecto musical sin tener en cuenta los elementos visuales que van desde la tapa de un disco, sus presentaciones en vivo, pasando por sus imágenes de prensa hasta llegar en algunos casos a las proyecciones que se emiten en las pantallas de los shows.
La fotografía, lejos del pensamiento superficial en el que se suele caer limitándola a tomar una cámara, definir el espacio y disparar para obtener una imagen, es un arte y como tal en su trasfondo hay un valor, subjetividad, composición, interpretación del presente con mirada a futuro y un método determinado por el campo de trabajo en donde se desarrolla, en este caso el rock.
En nuestro trabajo de realización documental, entendimos esta importancia al advertir el valor que las imágenes van cobrando a medida que pasan los años ya que las cosas cambian, pero el registro visual nos acerca a trasladarnos a un momento pasado para entender el presente. En conclusión, poco podríamos explicar sobre los acontecimientos de las décadas anteriores en relación a los sucesos que acontecieron al Metal Argentino.