El último restaurador de arte sacro

Hay cosas que ya nadie observa. Modos de vida que durante generaciones se han transmitido de padres a hijos.

Unas de las víctimas colaterales de la tecnología “aplicada” a la religión son los restauradores de arte sacro, desplazados por los “rosarios electrónicos”, pantallas que proyectan imágenes de Jesús en el Calvario y otras creaciones electrónicas que introducen en los rituales un carácter efímero, plástico, desechable. Aunque se trata de artesanos en vías de extinción hay todavía algunos que buscan imponerse a lo inevitable. Uno de ellos es Mario Antonio Hernández Escamilla, un escultor con 57 años de experiencia que tiene su taller sobre avenida Chapultepec, en la colonia Juárez. Un lugar casi olvidado, como su oficio.

Su rostro serio y cansado magnifican el desprecio que siente hacia las instituciones que, reclama, nunca lo quisieron incluir: “Mi familia tiene una historia de 203 años de trabajar para la Iglesia católica, sin embargo, ahora ya no le interesa mandar a hacer esculturas o restaurarlas; ya no les interesa en absoluto”, añade en un tono pausado, agotado, mientras sus ojos se desplazan por el taller que heredó de su padre cuando era pequeño y que todos los días abre en espera de que le caigan clientes “que cada vez son menos, a veces ya no viene nadie”.

Entre capas de polvo, las imágenes de vírgenes y cristos que aún no pierden la esperanza de que les llegue su turno de reparación, son testigos de la paciencia aletargada de Hernández Escamilla que no deja de mirar hacia la calle donde ciclistas, peatones y microbuseros rompen el silencio del interior del taller. Una larga mesa contiene niños Dios, crucifijos, deidades cristianas mutiladas por los golpes o el paso del tiempo.

Fuma un cigarro, dos. En la radio se escucha la voz de un conductor de música de los años 40. El canto de los Tres Ases, Libertad Lamarque y Pedro Vargas se escabulle por las decenas de piezas apiladas sobre mesas, el piso, anaqueles. Parece que ya no cabe otra más. En sus manos, el restaurador conserva las huellas de las heridas que se ha hecho durante su trabajo. Las marcas de una pintura aferrada a la piel. Enciende otro cigarro y comenta: “Mi padre estudió en la Academia de San Carlos. Yo no asistí a una escuela oficial porque él me enseñó todo: anatomía, dibujo, diseño, escultura, talla, etcétera”.

Con él se acaban 12 generaciones de restauradores de arte sacro.

Su tatarabuelo, Margarito Hernández comenzó con el oficio y se fue heredando de padre a hijo desde hace dos siglos, sólo que esta vez ya no habrá aprendices. El taller que tiene 73 años en el mismo lugar cerrará algún día de forma definitiva en el abandono, sólo quedará el recuerdo de una dinastía de artesanos “dedicados a servirle a Dios”. ¿No ha buscado a alguien que continúe con la tradición de su familia? En primera no tengo tiempo; debo trabajar todos los días para vivir. En segundo, ya no me interesa. En cierta forma es mi venganza. Si la gente no me ha tomado en cuenta, ¿porqué debo yo tomarla en cuenta? Quizá sea egoísta, pero no le veo sentido. Mi mayor ilusión fue enseñarle a alguien, pero si esto ya no sucede, pues que muera todo entonces.

Acupuntura Urbana en el barrio de La Merced

La ciudad es una constelación de pulsos donde uno puede sentirse más vivo, no hay muchos y por lo que refieren cronistas que recorren la metrópoli ellos son los que te encuentran, no viceversa. Esa es la relación espacio-emociones que todo el tiempo buscan los fotógrafos, historiadores y escritores de la urbe, pero también les funcionó al colectivo Somos Mexas para localizar su centro de operaciones artísticas en la calle Topacio 25, en La Merced, en una abandonada fábrica de cubrebocas que se mudó a otro lugar luego de la epidemia de influenza en la capital mexicana.

ATEA (Arte/Taller/Estudio/Arquitectura) es más que una sala de exposiciones de piezas de arte, más que una serie de talleres de serigrafía, restauración de bicicletas, diseño textil, pues se trata de un proyecto de acupuntura urbana que busca transformar su entorno, el mundo de sus vecinos que pasan a toda prisa con diablos cargados de mercancía o de compradores que acuden a La Merced para surtirse de productos.

El ambiente que los rodea está lleno de inmuebles históricos catalogados, vecindades, la calle San Pablo y sus sexoservidoras mascando chicle a cualquier hora del día mientras los transeúntes las observan con morbo. Ese es el pulso de este barrio de la ciudad. Su pulso se encuentra en el primer piso de un estacionamiento público intervenido por grafitis a espalda del viejo Templo de San Pablo.

De acuerdo con Diccionario Nuestro Lugar-Mis Palabras, en La Merced, la palabra barrio significa: “Se está perdiendo el significado”, bueno, ya también no lo respetan, y antes decían: “No, donde te metas en mi barrio, lo que quieras por allá, adelante, pero mi barrio lo respetas”. Eso es caminar entre la muchedumbre, en vías angostas donde las mujeres se rizan las pestañas y se planchan las cejas en la calle Alhóndiga, una especie de salón de belleza masivo de todos los días. Entre diseños de uñas de acrílico nuevas, cabello postizo azul, verde o rojo, junto a la Santa Muerte, cantinas viejas, puestos de gorditas. El pulso.

Héctor López, uno de los cinco creadores del colectivo Somos Mexas, dice que uno de los objetivos de su trabajo es la transformación del entorno sin recurrir a evangelizar sobre los beneficios del arte; la gente se acerca sola. La palabra mexas se usa en la frontera para llamar con descalificativo a los mexicanos, pero la empleamos para darle la vuelta de tuerca a su significado, explica desde la azotea de ATEA donde se tiene una vista de la zona oriente y donde se realizan conciertos y proyección de películas.

Encontrar “arte” en las zonas más cool de la ciudad no tiene ya nada de relevante, lo interesante es encontrar apuestas arriesgadas en barrios donde lo único que prolifera es el comercio, la desintegración social, asaltos, diableros llevando sus enormes cargas entre calles angostas del que fue en otro tiempo el centro comercial más importante del Distrito Federal conectado con Xochimilco y Milpa Alta a través de canales.

El colectivo lo conforman Jesús López, Víctor Acoltzi, Héctor López, Yareth Silva y Gabriela Sisniega, aunque ya se sumaron cuatro más a la plantilla. Si la acupuntura urbana busca generar nuevos discursos narrativos en zonas donde el pulso de la ciudad tiene otra anatomía, entonces ellos comienzan a introducir metáforas y máquinas de recuperación de la memoria en una de las partes más abandonadas de la Tenochtitlan.

@urbanitas

 

 

 

 

Cosmópolis, un acercamiento a la [neo]esclavitud

¿Ya vieron la reciente película de David Cronenberg? Si aún no lo han hecho aprovecho para realizar unos comentarios sobre dos escenas en donde se habla acerca del cipercapital, dinero, arte, industria y Dios.

 

UNO

“El dinero crea el tiempo”, explica Vija Kinski, jefa de teorías, a su jefe Eric Packer, un omnívoro financiero que ha perdido su fortuna en unas operaciones bursátiles, en la adaptación que hizo Cronenberg a la novela “Cosmópolis”, de Don DeLillo. “El dinero crea al tiempo; solía ser al revés. La gente dejó de pensar en la eternidad y comenzó a concentrarse en horas. Es cibercapital que ha creado el futuro”, continúa Kinski, mientras los dos se transportan en una la limosina blanca en medio de una protesta de una sociedad que usa las ratas como moneda.

 

A los humanos les han robado el presente. Las marchas y protestas entonces, desde esta óptica, no son más que “una fantasía generada por el mercado. No existen fuera del mercado”, según la reflexión de DeLillo transportada al cine por Cronenberg. El cibercapital demanda la destrucción sistemática del ahora para que exista el futuro en detrimento de sus víctimas. La limosina se desplaza por Nueva York, aunque bien puede ser cualquier otra megalópolis. Ya no existen los lugares sagrados, la “textura de la vida cotidiana” es mercancía, ceros y unos.

 

DOS 

En otra conversación, Eric aborda el tema del cibercapital y el arte, Dios y capital, cuando le pide a Didi Fancher, su consultora artística, que haga una oferta para comprar completa la capilla Rothko con sus “14 o 15 cuadros”. Marcus Rothkowitz (Letonia, 1903-NY, 1970) más conocido como Mark Rothko fue un artista que quiso pintar a Dios, al final se suicidó; sus últimos cuadros revelan la paleta de su estado de ánimo. La conversación que sostienen es esta:

 

— Hay un Rothko, propiedad privada, del que tengo conocimiento privilegiado. Está a punto de resultar disponible.
―Y tú lo has visto.
— Hace tres o cuatro años, sí. Es luminoso.
—¿Y la Capilla?
—¿Qué pasa con la Capilla?
— He estado pensando en la Capilla.
—No puedes comprar la maldita Capilla.
—¿Cómo lo sabes? Contacta con los directores.
— Creí que te iba a entusiasmar lo del cuadro. Y que cuadro. Tú no tienes un Rothko importante. Siempre habías querido uno. Es algo de lo que hemos hablado.
—¿Cuántos cuadros hay en su Capilla?
—No lo sé. Catorce o 15.
— Si me venden la Capilla, la mantendré intacta. Díselo.
—¿Intacta? ¿Dónde?
— En mi vivienda. Hay espacio suficiente. Puedo disponer de más espacio.
— Pero tendrá que estar abierta a las visitas.
— Para eso tendrán que comprarla. A ver si mejoran mi oferta.
— Perdona que te lo diga, pero la Capilla de Rothko es propiedad del mundo entero.
— Si la compro yo, es de mi propiedad.

 

Los límites de la Cosmopolis son más administrativos que geográficos. Desde UR, la primer ciudad, se conoce que el hacinamiento causa daños en la membrana mental de los miembros de la sociedad que se proyecta en la forma cómo construyen y destruyen al mundo. Algunos especialistas han señalado que la televisión fracasó en su intento de unificar los modos de percepción, aunque el ensayo continúa ahora a través de las redes sociales. “La gente dejó de pensar en la eternidad y comenzó a concentrarse en horas”, en minuto a minuto. Total, tenemos Wi-Fi, muchos lugares para gastar el crédito de las tarjetas bancarias y escasa vida interior porque el Homo Online no la necesita.

 

 

 

Pueblos se levantan contra narcos

 

En México se activan focos rojos en la sierra de Guerrero, en el Pacífico mexicano, donde se mezclan diversos fenómenos sociales como la guerrilla donde han surgido organizaciones como el Ejército Popular Revolucionario y sus escisiones, los cárteles, los grupos paramilitares y policías comunitarias  que enfrentan a la delincuencia organizada con sus usos y costumbres. La desconfianza de los habitantes hacia las policías a los que relacionan como empleados de los jefes del narcotráfico no es algo que sólo ocurre en Ayutla, uno de los más de 2200 ayuntamientos que tiene el país.

Esta es la crónica de uno de los primeros juicios por parte de pobladores a delincuentes con la vigilancia distante de elementos militares, policías estatales y municipales:

Decenas de hombres encapuchados con pasamontañas o con paliacates cubriéndoles el rostro, resguardan los accesos y avenidas principales de Ayutla, en Guerrero. “Aquí no pueden hacer lo que quieran, este es un territorio comunitario”, dice un hombre armado con un rifle, chamarra gris y huaraches, dirigiéndose a los criminales que han asolado su región.

Él es parte de un comando, mayoritariamente integrado de campesinos. Desde hace dos meses se han convertido en el centro de atención al conformarse en un ejército ciudadano que persigue a narcomenudistas, violadores, secuestradores, halcones y extorsionadores.

Mientras un helicóptero Black Hawk de la Policía Federal realiza vuelos de reconocimiento, en la comunidad El Mezón, a 15 minutos de Ayutla, la Unión de Pueblos Organizados del Estado de Guerrero (UPOEG) presentaba ante vecinos y periodistas a 54 detenidos. En presencia de víctimas y familiares los fueron presentando de cinco en cinco. A las 12:13 horas empezó el juicio. Uno a uno los fueron mencionando. Había tres menores de 16 años, uno de ellos acusado de formar parte de una célula de sicarios que enfrentó al Ejército y otro de extorsionar a maestros y alumnos de bachillerato, un descuartizador, un abigeo, una persona que tenía “cuatro plantas de mariguana” y los plagiarios de un comisario.

 

 

A unos cientos de metros, alrededor de 50 taxis bloquearon los accesos al poblado para exigir la liberación de la familia de un prófugo apodado El Cholo, acusado de ser el jefe de plaza de una banda del narco que logró escapar tras el secuestro del comisario de El Mezón, pero los habitantes armados fueron a su casa y detuvieron a sus padres, dos hermanos y su novia. Según los vecinos, el papá de El Cholo es el dueño de un sitio de unidades de transporte público que le sirven para halconear (informar a narcos de movimientos inusuales).

En el sonido local se escucha el testimonio de uno de los secuestrados por El Cholo: “Nos cobraron 500 pesos a la semana de cuota, pero si se los dábamos luego nos iban a pedir mil y pues no. A mí me levantaron por andar aconsejando a la gente que no les pagáramos; por mi rescate exigieron 150 mil pesos, pero ante la presión ciudadana no les quedó de otra que dejarme en libertad”.

“Un territorio con seguridad es un territorio con justicia”, explica el presentador del tribunal popular, integrado por todos los sectores de la comunidad. Carmelo García, coordinador regional de la Policía Comunitaria, dice desde el micrófono: “Hoy nace la Policía Comunitaria en la región, ojalá que saque toda la chingadera de esos que hacen mal”.

La administración del gobernador Ángel Heladio Aguirre reconoce sólo a la policía comunitaria que aglutina la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, creada en San Luis Acatlán en 1995, cuando el actual mandatario era presidente estatal del PRI.

Ante esta postura gubernamental, el sacerdote Mario Campos dice: “Muchos creen que actuamos en la ilegalidad, pero las instancias oficiales no han funcionado”. Los policías comunitarios “son nuestros nuevos patriotas y no lo hacen por dinero, sino por conciencia”.

El fuerte sol de la tarde sin viento de la sierra pega en la tierra suelta que se levanta con el paso de los vehículos. Han pasado 159 años desde que se firmara en Ayutla el plan para quitarle el poder al dictador Antonio López de Santa Anna; ahora, cientos de hombres acordaron otro pacto: el de defenderse ellos mismos, para hacerle honor al nombre de la cabecera municipal: Ayutla de los Libres.

Desde el cielo, el Black Hawk vigila a la distancia el juicio contra los 54 procesados. En tierra, rostros morenos y cuerpos que dejaron los cultivos para portar las armas observan a los extraños que han llegado a su comunidad a presenciar uno de los primeros juicios populares sin linchamiento de delincuentes.

 

Papasquiaro: un indomable de las letras chilangas

De lo profundo del drenaje profundo de la literatura chilanga ha regresado Mario Santiago Papasquiaro; el río de aguas negras de la letras lo han devuelto a la superficie, lanzado hacia afuera de la piel de la ballena. Las constelaciones desde aquí no parecían sino microbios voladores, dice en uno de los poemas reunidos en Arte & Basura, compilación a cargo de Luis Felipe Fabre (Almadía, 2012).

Moriré sorbiendo pulque de ajo
haciendo piruetas de Cirquera. 

Luces de neón. Cigarrillos. Alcohol. Letras desveladas. Caminatas por la calle Bucareli y viejas casonas aledañas a un Monumento de la Revolución que aún no significan nada para los habitantes de esta desahuciada ciudad. Arte y basura. Recuerdos escritos sobre papel de estraza de los tacos para romper la monotonía de la muerte con unas líneas así:

There is a revolution going on in our skins: todavía puedo leer a Darío leyendo Auden, Lewis Carroll, Marqués de Sade, paseándose como la Divina de Genet por las azoteas, los subterráneos de la preparatoria 1.

Para José Alfredo Zendejas, su nombre de pila, las únicas dos familias galácticas son los Flores Magón y los Revueltas, de ahí viene el Santiago Papasquiaro, lugar donde nacieron José y Silvestre. El chileno Roberto Bolaño, su amigo, lo volvió uno de los personajes de su novela Los detectives salvajes con el nombre de Ulises Lima. “Escribió en un momento en que las cosas aparentemente estaban más claras; en tiempos en los que había una institución literaria y los marginales. Una de las cosas que se le achacan a la poesía mexicana es que le falte calle. En los años 90 los autores sudamericanos criticaban a los poetas mexicanos jóvenes de que en sus textos les faltaba calle, que parecía que todo sucedía en el Edén, Olimpo, Topus Uranus, pero no conocían a Mario Santiago, con quien te das cuenta que a las letras locales no les falta calle. Mezcla el lenguaje popular con el de las vanguardias”, dice Luis Felipe Fabre.

Papasquiaro se asumió marginal (cuando la palabra aún significaba algo) de tiempo completo; adoptó una postura contestaría que llevó hasta las últimas consecuencias. Este halo de lumpen ha sido también una capa de sus seguidores, donde es un poeta de culto, quienes impiden que sus letras lleguen a ámbitos que no sea la tradición del Infrarrealismo.

¿Pero qué es el Real Visceralismo? Nació en la casa del chileno Bruno Montané en 1976 en la ciudad de México. Bolaño lo define así: “lo que molestaba mucho al estatus de la literatura mexicana de la época era que no estábamos con una mafia, ningún grupo de poder. En la literatura mexicana siempre ha habido parcelas con señores de guerra y sus samuráis. Nosotros no estábamos con ninguno. No estábamos con la izquierda, una izquierda stalinista, dogmática, dirigista, bueno, una izquierda espantosa, vaya. Ni con derecha exquisita que de exquisitez no tenía nada, era una exquisitez llena de polvo. No estábamos con los vanguardistas, a quienes lo único que les interesaba era ganar dinero y además hacían vanguardia piramidal hacia mucho tiempo atrás”. La cita es del libro El hijo de míster playa. Una semblanza de Roberto Bolaño, de Mónica Maristáin (Almadía).

Aun antes de nacer
huelo el milagro de ser 1 hijo real de esta caída
Los oráculos La Prensa, Alarma, Historia Semanal
Son las únicas tres patas de mi epiléptico pesebre
Que nada como gargajo de los dipos
Entre las sombras-matadero del Canal
Chilango de verdad
:zopilotito: dentro de nuestra santísima chiripa.

 

Arte & Basura más que una nueva reunión de poemas es una puesta en escena de los textos descartados por la antología realizada por la viuda de Papasquiaro, Rebeca López García y el escritor Mario Raúl Guzmán en Jeta de Santo (FCE, 2008). Es más, es todo aquello que fue descartado, pero que tiene gran importancia porque el tono de su escritura es más vitalista que estética al tratarse de un outsider que escribía sobre lo que tenía en la mano y a la mano. “La fuerza está en esa fuerza continúa que se niega a domesticarse en una obra maestra. Es una obra en continúa formación”, puntualiza Fabre desde la una silla incómoda de la cafelibrería de una zona no-lumpen de la metrópoli, alejada de las colonias donde el poeta maldito caminó: Tlatelolco, Peralvillo, Tepito. La Periferia. Como su vida.

Apps, para cuidarse en una ciudad peligrosa

Xabier Pérez (País Vaco, 1984) le alertaron en Europa que la Ciudad de México era un campo de guerra, un entorno hostil y muy peligroso si pensaba radicar en ella, por eso se puso a trabajar en una plataforma virtual que guiara a los extranjeros o visitantes por los lugares no-violentos o sin altos índices de robos o secuestros. Así fue como construyó SureDF,  una página basada en la realidad aumentada con datos oficiales proporcionados por la Secretaría de Seguridad Pública capitalina y la Procuraduría de Justicia local en 2010 y que terminó en septiembre de 2011.

 

 

Relata que cuando llegó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México “me asusté mucho al ver encendidas la mayoría de las sirenas de las patrullas; de donde vengo sólo las prenden en momentos de emergencia. Con el paso de los meses me fui acoplando a la vida cotidiana y me di cuenta que me habían mentido en España: los capitalinos no te asaltan en las calles ni las calles son un campo de guerra“.  Es por eso que SureDF tiene como objetivo brindar información a los extranjeros o visitantes una guía para recorrer la NeoTenochtitlán sin problemas.

 

 

SureDF basa su operatividad en Layar, un navegador para Realidad Aumentada que recopila toda la información disponible sobre entornos no virtuales y muestra a los usuarios datos históricos, oficiales y comentarios de los internautas. Lo que al principio sirvió como referencia con el paso del tiempo se transformó en algo no preciso: los datos que daban la SSP-DF y la PGJDF no tenían la exactitud que requiere un caminante, sus datos eran muy generales y no detallaban qué calles eran las zonas de peligro por lo que poco a poco fueron sustituidas por los comentarios de amigos y  usuarios que alertaban no sólo las colonias y delegaciones con índices delictivos por tomar en cuenta.

 

 

“Eso es lo que ahora me interesa: que los cibernautas realicen un mapa colaborativo de zonas inseguras; los de las autoridades son muy generales, por lo tanto poco precisas. SureDF busca la especificidad para ser una herramienta de ayuda para la gente”.  El nuevo modelo de vigilancia de la ciudad, creado por el secretario de Seguridad Pública, Manuel Mondragón, consiste en dividir al Distrito Federal en 865 cuadrantes que cuentan con un jefe cada uno que supuestamente debía presentarse con cada uno de los vecinos para fortalecer la figura del policía de barrio en los 75 sectores de las 15 regiones de seguridad que hay en la metrópoli.

 

 

Ante el éxito de esta plataforma de PlaceMaking,  Xabier Pérez prepara la segunda versión de este programa que no cuenta con aplicación para smartphone para convertirla en un espacio colaborativo donde los usuarios podrán crear el  mapa delictivo de cada una de las calles, colonias, pero que no sólo será el mapamundi del delito sino una agenda de actividades culturales y turísticas por lo que ya buscan entablar convenios con los gobiernos del DF y Querétaro. Para consultarlo desde el móvil hay que descargar la capa de realidad aumentada que sureDF tiene en Layar;  en Twitter lo encuentran como @SureDF.

 

 ciudadmonstrvo.wordpress.com

La nueva cartografía literaria de Oaxaca

No importa que las ventas de libros vayan en picada, y que los libros electrónicos o ebooks vayan ganando terreno, hay que hacer más eventos para promocionar al libro, que seguirá siendo el mismo no importa que sea digital o impreso. Por lo menos, eso es lo que piensa Guillermo Quijas, director de la editorial Almadía y de la 32 Feria Internacional del Libro Oaxaca, que del 1 al 11 de noviembre, en la capital oaxaqueña, combinará literatura, mezcal y música dedicada al poeta, escritor, ensayista y traductor, José Emilio Pacheco.

 

“La feria está concebida como una fiesta, este estado da para todo eso, tiene muchas cosas que ofrecer en términos gastronómicos y artísticos”, explica. Los nombres de grandes escritores aparecen como invitados especiales: Margo Glantz, Sergio Pitol, Juan Villoro y Marcelo Uribe; pero también hay un espacio para los llamados “emergentes”.

 

 

“Es parte de nuestro proyecto. En esta ocasión van a participar alrededor de 40 escritores que no tienen posibilidad de promocionarse en ningún lado. Trabajamos en un libro, una especia de cartografía de los 60 nuevos escritores. No sólo queremos ponerles un foro dónde puedan hablar de sus trabajos, sino hacerles un texto que los compile”, informa Quijas.

Así, durante la feria, va a haber un foro de literatura en lenguas indígenas para juntar a las personas necesarias con la finalidad de que haya producción, difusión y distribución de los libros impresos.

 

¿Quiénes son las estrellas de esta nueva cartografía literaria de Oaxaca?
Entre los nuevos escritores hay gente que trabaja fuerte y de forma paralela al mainstream editorial, por ejemplo, el poeta César Rito Salinas; Pergentino José, un joven que escribe en zapoteco y presentará ahora su trabajo traducido al español; Guillermo Santos, un ensayista de 22 años; Alejandro Beteta;  Ulises Torrentera y Azael Rodríguez.

 

¿Cuáles son los temas sobre los que giran los nuevos narradores?
Hay dos rubros, los mayores de 40 continúan contando lo que sucede en Oaxaca, siguen tomando el mezcal como referencia, la gastronomía, sus tradiciones, los problemas sociales aunque ya más actualizados, pero siguen hablando de su tierra. En cambio, los más jóvenes están tratando de universalizar su literatura, sí la ubican en Oaxaca, pero sus historias podrían suceder en cualquier parte del mundo.

 

Además de los conciertos con Lila Downs y Michael Nyman, el músico de cabecera de Peter Greenaway, durante la FILO se llevarán a cabo las las conferencias Ciencia e imaginación y La lectura y el efecto imaginante, de José Gordon; así como Experimental Music: Cage and Beyond y Sublime, the book, a cargo de Michael Nyman. Se iniciará un compromiso social al apoyar a niños de comunidades marginadas con el programa de filantropía Mi Primer Encuentro Literario. El domingo 11 de noviembre, la edición 32 de la FILO cerrará con una lectura masiva de Las batallas en el desierto.

 

 

El programa completo 

La ciudad de México según Ricardo Legorreta

La ciudad está hecha de relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado, señala Ítalo Calvino; Ricardo Legorreta (México, 1931-2011) dice que la ciudad es ese espacio donde el hombre imprime su paso por el tiempo. Así como Marco Polo le describe a Kublai Kan, el emperador de los tártaros, una a una, las maravillas de las ciudades que visita: muros, callejuelas, mujeres, miradas, perfumes, atardeceres… Legorreta dejó un último homenaje a la neo Tenochtitlán. Se trata de un itinerario, guía, brújula para los que quieran sumergirse en ella.

 

“Tras los pasos de Ricardo Legorreta. Dime por dónde andas y te diré qué ver” (AEditores) es el último testimonio suyo sobre la ciudad de México. ¿Cómo describir a este monstruo de asfalto? Contesta así: “si la catalogamos o la adjetivamos corremos el riesgo de subestimarla, de limitarla. Es tan fascinante que debemos permitir que su evolución la redefina constantemente, y que ella misma nos guíe”.

 

La escritora Ana Terán (Sonora, 1949) hizo que Legorreta regresara física y mentalmente a los sitios que tanto le gustaron durante 33 entrevistas con el arquitecto. Todo comenzó como un encargo de Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del DF, para destacar las cosas positivas de la cosmópolis. Hay que “apreciar sus bondades, valorarlas, resaltarlas por encima de los defectos que padece cualquier metrópoli del mundo”, dijo el único mexicano premiado con el Praemium Imperiale, que otorga la Asociación de Arte de Japón.

 

El recorrido comienza en la Plaza de la Constitución y de allí toma el siguiente itinerario: la Catedral Metropolitana, Palacio Nacional, Antiguo Palacio del Ayuntamiento, Paisaje Catedral, Plaza Santo Domingo, Antigua Escuela de Medicina, Antiguo Colegio de San Ildefonso, Mercado Abelardo Rodríguez, Plaza e Iglesia de Nuestra Señora de Loreto, Academia de San Carlos, Excavaciones del Templo Mayor, Antiguo Palacio del Arzobispado, Gran Hotel de la Ciudad de México y Palacio de Hierro, Museo del Estanquillo. Templo de la Profesa, Palacio de Iturbide, Casa de los Azulejos, Iglesia, Convento de San Francisco y Torre Latinoamericana, edificio La Nacional, Palacio de Bellas Artes, Banco de México, Palacio de Correos de México, Plaza Tolsá y Palacio de Minería, Museo Nacional de Arte, Plaza de la Santa Veracruz y museo Franz Mayer, Hotel de Cortés, Plaza Juárez, Teatro Metropolitan y el Museo de Arte Popular.

 

El paseo continúa en las cercanías del Centro, la Roma, Condesa, Tacubaya, Chapultepec, Polanco, San Ángel, Altavista, Coyoacán, Centro Nacional de las Artes, Palacio de los Deportes, Aeropuerto, nueva Basílica de Santa María de Guadalupe, las unidades habitacionales Miguel Alemán, Independencia, Nonoalco-Tlatelolco, El Rosario, los panteones Francés de La Piedad, San Joaquín, Dolores, Ciudad Universitaria, Pirámide de Cuicuilco, Museo Anahuacalli y la capilla de Las Capuchinas Sacramentarias.

 

¿Qué lugares quedaron fuera? Ana Terán señala que Las Lomas, Tecamachalco y Santa Fe, por que en esas zonas los habitantes llegan en vehículo a los edificios, se meten al elevador y no tienen ninguna interacción con sus vecinos; para Legorreta era muy importante el entramado social, cómo interactúa la gente, entablar una conversación con los demás, eso que llamaba la vida de barrio, que la sociedad europea a veces no tiene.

 

Sobre el resultado del libro, dijo antes de morir: “Ana, le vamos a entregar a Marcelo más de lo que nos pidió”. Alcanzó a revisar el primer borrador de la primera parte del Centro, pero sintió que el lenguaje era muy elevado; Terán le propuso que se lo dieran a leer a los jóvenes de su despacho para que ellos evaluaran. A los dos días él le dijo que estaba encantado con el resultado. Sin duda, que “Tras los pasos de Ricardo Legorreta. Dime por dónde andas y te diré qué ver” ya es un libro importante e indispensable para todos los que nos sumergimos en esta ciudad continua, de concreto y sueños, de olvidos constantes y memorias.

Casa Barragán. Arquitectura metafísica

 

 Fotos: @urbanitas

La Casa Barragán es uno de los lugares obligados a conocer en la ciudad de México; la obra de Luis Barragán (Jalisco, 1902-DF, 1988) se comenzó a construir en 1948 y no sólo es importante por que fue proyectada por uno de los arquitectos más importantes mexicanos sino porque en sí misma es un sofisticado artilugio erigido en la calle General Francisco Ramírez, donde se disuelve  con el ambiente de barrio de la colonia Ampliación Daniel Garza, a un costado de la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec.

Catalogada por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en 2004 como patrimonio mundial la Casa Barragán es una máquina de símbolos que activan sólo en el momento en que alguien la recorre por sus recámaras de colores pastel o muros color violeta junto a un cuadro que sólo es una placa de oro que al final termina siendo un espejo. Los libros, muebles, fotografías, el jardín y los iconos religiosos son los objetos que permanecen en el mismo lugar en como los dejó hasta su muerte en 1988 y que ayudan a comprender la mente de este artista que mezcló lo moderno y lo regional en sus obras arquitectónicas.

En México trabajó con Mathias GoeritzChucho Reyes y Pedro Coronel, además de que se dejó influir por Diego Rivera, José Clemente Orozco y Gerardo Murillo (Dr. Atl). Sus primeras influencias tienen origen en un viaje que hizo a Europa entre 1924 y 1926, donde conoció el International Style, la Alhambra de Granada y las construcciones de los pueblos griegos. Tiempo después conoció a Le Corbusier y Ferdinand Bac, quienes marcaron su trabajo. La Casa Barragán, la Casa Guilardi, y la traza del Pedregal forman parte de una ruta imaginaria dentro de la metrópoli que artistas, arquitectos y especialistas recorren para conocer esa ciudad que pensó y heredó.