Estimado, salvando las distancias que nos separan le cuento que usted fue mi inspiración allá por 1999 cuando degusté por primera vez una copa de vino. Al otro día fui en busca de una libreta para anotar lo que sentía luego de probar cada copa, y no paré. La curiosidad rápidamente me llevó hasta su Wine Advocate y quise hacer lo mismo. Es más, desde mis comienzos como periodista me animé a calificar los vinos utilizando su escala de 100 puntos, algo que casi nadie se anima a hacer por aquí. Continuar leyendo