Por: Fabricio Portelli
Estimado, salvando las distancias que nos separan le cuento que usted fue mi inspiración allá por 1999 cuando degusté por primera vez una copa de vino. Al otro día fui en busca de una libreta para anotar lo que sentía luego de probar cada copa, y no paré. La curiosidad rápidamente me llevó hasta su Wine Advocate y quise hacer lo mismo. Es más, desde mis comienzos como periodista me animé a calificar los vinos utilizando su escala de 100 puntos, algo que casi nadie se anima a hacer por aquí.
Le cuento por qué lo molesto. No lo conozco personalmente y no se qué piensa de nuestros vinos, aunque asumo que confía ciegamente en sus colaboradores; los que degustan una vez al año los vinos que hacemos en la Argentina. A esta altura debe saber que todos hablamos de usted recurrentemente; enólogos, bodegueros, vendedores, sommeliers y periodistas. La gran mayoría se sube a la ola de congratulaciones que se desata luego de cada reporte anual. Algunos felices porque gracias a los flamantes puntajes aseguran mantener el ritmo de sus ventas internacionales, otros porque confirman el buen momento y mejor rumbo de nuestros vinos, y otros por puro ego. Aunque le confieso que son muchos los que se quedan con un gustito amargo, incluyendo nombres importantes.
Sin embargo, a mi me gusta entender qué dice cada vez que dice algo, aunque Y no sea usted, porque como ya todos saben los vinos de acá los degusta un colaborador. Hace un año era Neal Martin, quien duró un reporte, visitó nuestro país por primera vez y se despachó con importantes conclusiones. Este año fue el turno de Luis Gutiérrez, quién también nos visitó por primera vez. Le cuento que todos esperan que siga por muchos años, no sólo por su capacidad y experiencia, sino porque su condición de hispano lo acerca mucho más y facilita la comunicación.
Pero déjeme confesarle lo que me pasa cada vez que leo algo en su web desde hace años, y lo que me pasó específicamente con este último reporte; Argentina 3.0 In Search of Terroir
Luego de abonar los u$s12 por la suscripción mensual y de leerlo (y como le comenté antes, intentar entenderlo) publiqué un tweet (que causó algún revuelito) en el cual confesaba que me había parecido muy caro; simplemente por dos razones. La primera porque nos volvieron a tratar como principiantes, y la segunda porque el reporte no dice nada nuevo. Es más, todo lo que dice es viejo. A saber.
El autor habla de un “nuevo período”, al tiempo que confiesa que hace dos años no se imaginaba estar degustando vinos argentinos. Es evidente que todo lo que se refiera a nuestros vinos le parecerá “nuevo”, simplemente porque no lo conocía. Y eso queda evidenciado en el principio del reporte, porque parte de un prejuicio y de una realidad pasada. Un error común de casi todos los periodistas internacionales que nos visitan muy esporádicamente (con excepción de Tim Atkin). A su favor, o el de su publicación, puedo decir que acá las cosas van muy rápido y por eso cinco años en nuestra industria vínica es un abismo. Por eso Luis Gutiérrez queda expuesto al decir que se esperaba encontrar con vinos sobre-maduros, alcohólicos, maderizados y concentrados. Yo se que un profesional debe ser lo más objetivo que puede, en algo que es meramente subjetivo. Me pregunto, la sorpresa de su colaborador (y por ende sus puntajes) no estarán influenciados por este error de base. O, hasta que punto una persona se influencia con las palabras de referentes con causa, como puede ser Pedro Parra. Viendo los puntajes del reporte anterior (Oct2012 edición 203) y comparándolos con esta, no hay muchas diferencias, algo que también me llama la atención, más allá de la consistencia.
Veo que a ambos colaboradores el vino que más le gustó no fue un Malbec sino un Cabernet Franc. Una cepa que estamos empezando a descubrir, de la cual no tenemos más de 1000 ha en todo el país, y la cual casi ni usábamos hasta hace un par de años. Evidentemente o somos unos genios o algo especial tienen nuestros Cabernet Franc, y nos vendría bien que no sea una moda pasajera.
Pero sí me sorprende que, más allá de los buenos puntajes cosechados por algunos Malbec importantes, no sea un Malbec nuestra mejor referencia. ¿Puede ser que sea por falta de conocimiento? Obviamente no estoy juzgando la capacidad de Luis Gutiérrez en absoluto. Es más, me consta por su CV y los comentarios de muchos colegas que es un gran degustador. Pero yo me pongo en sus pantalones y reconozco que a mi también me costaría aterrizar en algún país, degustar 1000 vinos y decretar. Claro, no cuesta decretar, sino sentirse confiado a la hora de hacerlo. Y por eso, un degustador apela a su experiencia y es ahí donde – imagino – el Cabernet Franc le sacó una pizca de ventaja a nuestro Malbec. Que en realidad es una súper pizca porque estimo que cada 50 Malbec, se degustó 1 Cabernet Franc. Y con eso le alcanzó para llamar la atención y quedar al tope de podio. En algún punto esto es una lástima. Porque justo en el momento que estamos empezando a confiar en haber encontrado los mejores terroir para el Malbec, y estar haciendo por primera vez en la historia, vinos de un nivel soñado apenas cinco años atrás, viene un Cabernet Franc a molestar. Digo molestar porque lo que necesita el Malbec (y los que lo hacen) es convencerse de que realmente fue, es y será el mejor vino nacional.
Por último quiero comentarle que las zonas y los personajes destacados en su reporte, acá los conocemos hace tiempo. En mi caso particular, he publicado mucho al respecto, aunque es evidente la diferencia en la repercusión. En todo caso mi consuelo (de tonto) es que usted confirme lo que yo vengo viendo, sintiendo y diciendo hace tiempo. Con esto quiero evidenciar que me parece muy raro que el medio más influyente del mundo no se preocupe por tener información más actualizada y precisa del quinto productor (histórico) mundial de vinos, o del responsable del vino de moda en su país (Malbec en USA). Desde lejos, y viniendo una vez al año, con degustaciones maratónicas de 1000 vinos y escasos encuentros con algunos, solo le permitirá tener una parte de la película. Por favor le pido, no más reportes sobre la Argentina que empiecen diciendo que nuestros vinos son alcohólicos, etc.. Argentina se merece ser tratada como los demás países del primer mundo vínico. No estoy diciendo que venga usted a catar; aunque algún día podría ya que sería interesante saber qué piensa de nuestros vinos. Pero le pido por favor que dejen de compararnos con Pomerol o con Burdeos, porque nunca llegaremos a ser como ellos. Es más, no queremos y estamos empezando a demostrar quienes somos, por eso las comparaciones constantes son, al menos, injustas. Además, ya tiene pruebas (vinos mejor dicho) suficientes para darse cuenta que el Malbec juega en las grandes ligas. Recuerde que usted lo anticipó hace varios años. Entonces, por qué no seguirlo más de cerca.
Todo esto dicho con mucho respeto y por quien califica con mayor exigencia a nuestros vinos, ya que nunca he dado un 97 puntos. Y, dicho por la mayoría de los enólogos locales, suelo ser más estricto que los de afuera. Mi intensión es simple, contarle al mundo lo que está pasando con el vino argentino. Pero yo no puedo llegar; usted sí. Mis palabras o notas no generan tanta repercusión, las suyas y las de sus colaboradores, claramente sí. Es por ello, y para finalizar, que me permito dejarle una reflexión. En comunicación se sabe que el medio es el mensaje, y por eso usted se hacer cargo por todo lo que sale en sus publicaciones. Pero son las personas las que degustan, no los medios. Y cuánto más llegada tenga el mensaje, mayor será la responsabilidad.
Atentamente
PD: Si no sabes quien es este señor basta con que hagas un click en www.erobertparker.com. Enseguida te darás cuenta por qué es la referencia más importante del mundo en lo que a vinos se refiere.