Para cualquier persona que no quiere reducir las emisiones de carbono, China parece un gran chivo expiatorio. Los defensores del statu quo argumentan que las empresas estadounidenses estarán en desventaja si se establece un impuesto al carbono o si se invierte en energía limpia porque “China no está haciendo nada”.
El senador de Estados Unidos Marco Rubio ofreció recientemente un ejemplo perfecto de esta idea: “Hay otros países que están contaminando la atmósfera mucho más que nosotros – China, India, todos esos países que todavía están creciendo. Ellos no van a parar de hacer lo que están haciendo”. Y el escritor de New York Times Joe Nocera usó la Defensa China la semana pasada en su última pieza sobre pro-combustibles fósiles: “los chinos están más preocupados por el crecimiento económico que el cambio climático”.
Pero hay tres pequeños problemas con esta lógica: