Oberto, una carrera llena de éxitos

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A raíz de la noticia de la vuelta de Oberto al básquet profesional, decidí tomarme mi tiempo y realizar un balance de su carrera. Estos son, desde mi perspectiva, los 10 momentos más importantes de Fabricio en su larga y exitosa carrera.

LLEGADA A LA LIGA NACIONAL Y DEBUT CON LA SELECCION 

18 años y 2.07 tenía Fabricio Oberto cuando debutó profesionalmente con Atenas de Córdoba. Venía de un pueblo pequeño como Las Varillas y ahí se había convertido en furor como el lungo que la rompía al básquet. Llegó al “Griego”, con las valijas cargadas de esperanzas y vitaminas, claves para subir de peso y poder dominar en la llave. Felipe Lábaque siguió el consejo de un amigo y le dijo a Rubén Magnano que ponga el ojo en Oberto. Así fue como el 24 de septiembre de 1993 Fabricio se puso por primera vez la camiseta de Atenas. Fue ante Ferro, clásico rival. El resultado es anecdótico (fue derrota de los cordobeses, con pocos minutos de “Fabri” en cancha), pero lo que seguiría después no tendría desperdicio: revelación en el 95, mejor sexto hombre en el 96 y MVP de la 97/98. Además ganó dos ligas sudamericanas, un panamericano, un sudamericano, el tercer puesto en el Mc Donalds Championship, una liga juvenil y una nacional.

Así llegaría el momento de brillar con el seleccionado. Primero Guillermo Vecchio lo llevó como jugador número 13 al Mundial de Canadá en 1994, y más tarde le daría sus primeros minutos oficiales con la albiceleste en el Preolímpico de Mar del Plata (95). Allí ganaría el oro, y el pasaje a los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, tras 44 años sin equipos argentinos en el básquet olímpico. En Estados Unidos lograría tener más tiempo en cancha y demostrar todo su arsenal en el poste bajo. Argentina terminó novena, pero ya se gestaba lo que vendría más tarde: una catarata de éxitos.

SE HIZO HOMBRE EN EL MUNDIAL SUB 22 Y DESLUMBRO A TODOS EN EL TORNEO MCDONALDS

El año 1997 quedará grabado en la memoria de Fabricio. Dos hechos lo marcaron para todo su futuro profesional: ser pieza clave en el Mundial Sub 22 en Australia y descollar en el Mc Donalds Championship, donde jugó contra los mejores del mundo.

En la Copa del Mundo la selección tuvo una destacada tarea. Oberto logró números fenomenales (15,9 puntos y 8 rebotes por partido), pero bajo la conducción de Julio Lamas, al día de hoy se recuerda la dura caída ante Australia en las semifinales con un tiro en el último segundo de los locales. Pero a no preocuparse, este equipo sería la base para la Generación Dorada, ya que Fabri compartió vestuario con jugadores como Emanuel Ginóbili, Juan ‘Pepe’ Sánchez, Leandro Palladino, Lucas Victoriano, Leonardo Gutiérrez y Andrés Nocioni.

El otro hecho que lo marcó ese año fue el certamen amistoso que se llevó a cabo en París. El McDonald´s Championships 1997, tradicional torneo que organizaban en forma conjunta la FIBA y la NBA, fue el trampolín que mostró a los ojos de los reclutadores el gran talento del número 7. Con 22 puntos de Fabricio, Atenas dio el primer golpe al vencer al Beneton, campeón italiano. Luego llegaría una dura derrota sobre el final ante Olympiakos, que privaría a los cordobeses de jugar la final ante los Chicago Bulls de Michael Jordan. De todas formas, se quedaría con el tercer lugar tras vencer al PSG Racing, de París, y Oberto integraró el quinteto ideal. A partir de aquí, distintos equipos de la NBA posaron su interés sobre Oberto, que ya mostraba no tener techo.

FIGURA EN EL MUNDIAL DE GRECIA 98 Y CAMPEON DE LA LIGA NACIONAL CON ATENAS

Damos un pequeño paso adelante en el tiempo. Fabricio iba creciendo en estatura, musculatura, fundamentos e inteligencia dentro del parqué. Así lo encontró el Mundial del 98. La selección apenas alcanzó el octavo lugar, pero para Oberto sería una prueba importante ya que además de ser el líder rebotero del certamen, también integró el quinteto ideal.

Pero sin dudas lo más importante en su carrera ese año fue el título obtenido con Atenas a nivel local. En el histórico partido final ante Boca en el Luna Park, el pivot fue la gran figura. El 24 de mayo de 1998 se despidió del equipo y de la Liga con un campeonato y 37 puntos, su mejor marca en nuestro país.

ARRANCA EL CAMINO EUROPEO

A mediados del 98, Fabricio emigró hacia el Viejo Continente. Luego de participar del Mundial de Grecia, se quedó en ese país para sumarse a las filas del Olympiakos, que venía de ser campeón europeo. Lo contrataron por tres temporadas, pero el sueño de Fabricio estaba en jugar la NBA, aunque no vio con malos ojos mudarse a Grecia.

No le fue fácil la adaptación. El idioma, la cantidad de figuras dominantes y la ausencia de amigos en el plantel minaron su tarea. Como puntos destacados se encuentran su participación en muchos partidos saliendo desde la banca y haber jugado la final del Final Four europeo. Luego se lesionó y no volvió a ser el mismo, a tal punto de cancelar su contrato y volverse a Las Varillas con su familia. Los New York Knicks ya habían puesto sus ojos sobre él, pero esa opción se truncó y estuvo seis meses sin tocar una pelota de básquet.

Luego de la mala experiencia en Grecia, llegarían los buenos momentos. Julio Lamas lo convenció de ir a jugar al Tau Cerámica. Allí compartió plantel con Juan Espil, quien hasta le dio hospedaje en su casa y le ayudó a entender el juego con más facilidad. En 1999 debutó en Baskonia y llegaría a las semifinales en ese primer certamen. La campaña 2000-2001 lo encontró pleno deportiva y físicamente. Fue titular y llegó a la final de la Euroliga donde perdió ante su amigo Manu Ginobili. En la temporada siguiente el equipo se reforzaría con Scola, Nocioni y Sconochini, se quedarían con la Copa del Rey y el título de la ACB. Terminado el contrato emigró al Pamesa Valencia, junto a su compañero de la zona pintada en el Tau, Dejan Tomasevic. Allí logró la Copa ULEB con sus mejores promedios en Europa (13,5 puntos y casi 8 rebotes). La final de la ACB la jugó ante el Barcelona de Bodiroga: fue caída en tres juegos. Las últimas dos campañas en Valencia no fueron buenas, compró su ficha y se sentó a esperar una chance en la NBA.

ARGENTINA SORPRENDE A TODOS EN EL MUNDIAL DE INDIANAPOLIS

El 2002 seguro guarda un lugar importante en el corazón de Fabricio. Fue el año en que la selección dejó mudo al básquet mundial con su tarea en Indianápolis. En los octavos de final Argentina se cruzó con el Dream Team de Paul Pierce, Reggie Miller y Jermaine O’Neal, entre otros. Logró un triunfo histórico ya que Estados Unidos llevaba 10 años sin caer con su seleccionado de jugadores NBA. La Generación Dorada tuvo a Oberto como una de sus armas y en ese partido logró 11 puntos y 9 rebotes.

Ese equipo alcanzaría la final del Mundial ante Yugoslavia, que contaba con las presencias estelares de Vlade Divac, Dejan Bodiroga y Peja Stojakovic. El partido estuvo igualado hasta el final, pero un cobro (mejor dicho, no cobro) de los árbitros en una bandeja de Sconochini dejó a la selección sin título. Fabricio fue la figura argentina en esa final, alcanzando 28 puntos y 10 rebotes, y promediando 13,3 y 5,5 respectivamente en todo el campeonato. El segundo puesto dejó sabor a poco, pero con el tiempo se sabría saborear como una de las grandes hazañas de las que participó Oberto.

LA GENERACION DORADA BRILLA EN ATENAS

Otro salto en el tiempo nos ubica en los históricos Juegos de 2004. Fabricio fue pieza clave del equipo que se quedó con la medalla de oro y le dio el título de Generación Dorada a este grupo de grandes deportistas y compañeros. El camino hacia la gloria comenzó con el “zapallazo” de Ginóbili ante Serbia, siguió con una nueva victoria ante el Dream Team y terminó con el tranquilo triunfo en la final ante Italia. Argentina, arriba del podio.

El nivel de Oberto no fue el mejor que mostró en cuanto a los números. No llegó a los 9 puntos por encuentro y apenas agarró cuatro rebotes por juego, pero fue una fuerza en la zona pintada, clave para vencer a equipos que superaban al nuestro en envergadura y músculos. La mala nota fue la lesión que sufrió en una de sus muñecas durante el match ante Estados Unidos y no pudo estar en la definición. De todas formas cada vez que Oberto recuerda este torneo se emociona y remarca que siempre sintió que esa final la jugó y que el logro de sus compañeros no se lo olvidará jamás.

SE LE CUMPLE UN SUEÑO: LLEGAR A LA NBA

Martes 1 de noviembre de 2005. Se le cumplía el gran sueño a Oberto: debutaba en la liga norteamericana. Con 30 años jugaba su primer partido ante Denver Nuggets y sumaba siete puntos para la causa de los San Antonio Spurs. Pero hay una historia previa a este ansiado debut.

Desde sus años como purrete en Córdoba, Fabricio quería jugar con las figuras que miraba por la televisión. Con el correr de las temporadas, ese sueño cada vez se acercó más. A los 22 estuvo cerca, pero unos empresarios que se aprovecharon de él lo enviaron a Grecia con la promesa de poder tener una prueba en Estados Unidos. Para eso debía jugar las tres temporadas en el Olympiakos, cosa que nunca concretó y ese sueño se esfumó.

Hasta que apareció San Antonio. Fue una sorpresa su fichaje, los Spurs hacía tiempo que tenían en mente contratar a Luis Scola (de hecho lo habían drafteado en el 2002), pero eso nunca sucedió y Oberto terminó en el equipo que ya contaba con la presencia estelar de Manu Ginóbili. En 2007 su tarea fue completa, fue el mejor de los Spurs en porcentaje de campo (más de 55 %) y batió el récord del equipo con un 11 de 11 en campos contra Phoenix en el 2006. Tras los playoffs y buenos minutos en la final ante Cleveland, se quedó con el anillo de campeón y cerró un círculo perfecto para su vida como basquetbolista, logró lo que pocos consiguen en toda una existencia en este deporte: ser el mejor de la NBA.

APORTE COLECTIVO EN JAPON Y BEIJING

Durante 2005 Fabricio no participó de la selección argentina, en parte porque la clasificación al Mundial nipón ya estaba asegurada. Entonces su próxima aparición fue al año siguiente en la Copa del Mundo, ya sin Magnano y Lamas en el banco, y con la aparición de “Oveja” Hernández como nuevo DT.

El campeonato arrancó muy bien para el seleccionado, que ganó sus primeros 5 partidos y se quedó con la punta del grupo. En los cruces hacia la definición venció sin problemas a Nueva Zelanda y Turquía para cruzarse con España. El final fue para el infarto: luego de un libre anotado por Calderón, Manu Ginóbili se quedó con la última ofensiva, penetró y abrió para Nocioni, quien tiró de tres y el aro dejó a la Argentina sin festejo. En el duelo por el tercer puesto, Estados Unidos se aprovechó del cansancio albiceleste y subió al podio. Para Oberto fue un Mundial con altibajos y mucho de aporte colectivo más que lucimiento individual (8,7 puntos y 5,8 rebotes).

Su siguiente participación con la selección fue en el 2008. Los Juegos de Beijing esperaban al equipo campeón cuatro años antes. Contra todos los pronósticos, Argentina volvió a tener una tarea destacada. Pese a un tropezón en el arranque ante Lituania, la recuperación fue veloz, ya que ganó cinco juegos seguidos y se volvió a encontrar con Estados Unidos en la semifinal. Era la revancha perfecta para el Dream Team, que cuatro años vio hecho trizas el sueño americano en su propia casa. Fue derrota para los de Hernández, pero el consuelo llegaría en el partido por la medalla de bronce. Argentina se vengó de la derrota inicial ante Lituania, Oberto fue clave en el final con dos bloqueos y así se sumó otra presea para darle más brillo a la Generación Dorada.

ANUNCIA SU RETIRO DEL BASQUET

En el medio de los éxitos con la selección, Fabricio seguía en la NBA. Luego del título del 2007, la temporada siguiente fue la mejor a nivel números en su carrera en Norteamérica. Los Spurs quedaron afuera en la final de la Conferencia del Oeste ante los Lakers y en 2009 comenzó a tener los problemas cardíacos que le minaron el final de carrera. Luego que San Antonio no le renueve el contrato, Oberto se mudó a Washington.

Al año siguiente apareció el llamado para el Mundial de Turquía y Fabricio decidió pagar de su bolsillo una parte del seguro médico para que los Wizards le permitan estar en la cita mundialista. Un problema intestinal lo dejó afuera de los primeros encuentros en Kayseri y recién aparecería en la victoria en octavos de final ante Brasil. El seleccionado cayó en la siguiente instancia ante Lituania y luego venció a España para quedarse con el quinto puesto en el Mundial.

Después de Turquía lo llamó Portland y, sin haberlo anticipado, terminó nuevamente en la NBA. No logró jugar mucho en los Trailblazers, volvieron los problemas cardíacos y el 4 de noviembre de 2010 decidió rescindir el contrato para cuidar su salud. “Puse todo en la balanza y lo medité mucho, hasta que me pregunté ¿vale la pena arriesgar tanto? ¿para qué? Y entonces decidí parar”, contó luego Oberto. Así se consumaba su primer retiro oficial del básquet.

OTRO INTENTO CON LA SELECCION Y LA ESPERADA VUELTA A ATENAS

En este último capítulo de los mejores momentos de Oberto, sin dudas que su regreso a la actividad es la gran noticia. Pero pasaron cosas antes de este sorprendente “sí” a la propuesta de Atenas.

La selección argentina logró contar con su presencia tras ese primer retiro. Lo hizo en el Preolímpico de Mar del Plata, clasificatorio para los Juegos de Londres. Fabricio jugó algunos encuentros, se reunió con sus compañeros de toda la vida en el seleccionado y ayudó a la obtención del título como local. Fue un cierre perfecto con la albiceleste, pese a que intentaría jugar el Sudamericano (su salud y problemas familiares volvieron a entrometerse). El sueño de ir a Gran Bretaña se mantuvo hasta último momento, pero finalmente Lamas no pudo contar con su pivot preferido.

Ese 11 de septiembre, en la final ante Brasil, Oberto ingresó unos minutos y ese partido iba a ser el último de su carrera. Pero no, volvió a sorprender a todos, a demostrar su fuerza de voluntad y amor por el básquet, para aceptar el ofrecimiento del “Griego” de terminar ese camino que empezó un 24 de septiembre de 1993, cuando se calzaba por primera vez la histórica remera número 7.