41. Fase 4: El amor realista

El amor ideal

Llegamos a la cuarta fase del proceso amoroso y, como decía el gran ilusionista, siempre puede fallar. Las fantasías de las novelas y los estereotipos del corazón suelen mostrarnos cinematográficamente el ideal del romanticismo. Vamos tras ese príncipe encantador o la doncella glamorosa con la intención que sólo la muerte separe tan magnifica unión y que las perdices abunden en la mesa de roble cercana a la chimenea y a los Toblerone. Sea por ideal a alcanzar o por escepticismo, ese amor ideal no deja ser un patrón identitario. Sin embargo, con los años, se comprueba que se puede amar sin la luna de fondo, sin el abrumador sonido del mar y sin crepúsculos sureños. Continuar leyendo

34. Receta para infieles

La prehistoria

Los que se habla sobre la infidelidad va por un lado y los que se hace con los cuernos va por el otro. Es una acción donde rara vez lo que se dice coincide con lo que se hace. Hace siglos, al ser infiel, se le busca el antídoto adecuado pero sin obtener ningún tipo de éxito. Hay casos donde la infidelidad es un problema de uno y hay otros donde es un problema del otro. ¿Por qué será que algo tan cuestionado por la mayoría tenga tanta añejidad? Narcisismo al margen, ¿es tan importante como dicen? O puertas adentro salta la posta, que en general es mucho más grave. ¿Y si no salta? Continuar leyendo

33. 45 indicios para comenzar una relación

Te presentaron, saliste un par de veces. Una de las veces te dijiste que no daba. A los tres días te llamó y volviste a ir. Buscás la quinta pata y no aparece. La última vez te hizo reír bastante, el otro día en el trabajo pensaste en dónde podrían ir el fin de semana. Entonces es hora que agarres tu libretita y vayas anotando:

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26. El mito de la media naranja

Amores sepias

Capturados por la tierna imagen de nuestros abuelos o estafados por los finales felices de las películas, desde hace siglos que venimos atribuyéndole a las parejas armónicas y sintónicas una preponderancia suprema. Los patrones de la normalidad vienen dictaminando que una pareja “bien vista” es aquella que no se lleva más de dos o tres años y que mientras uno trabaja el otro cría a los hijos. Pertenecer al mismo barrio o clase social daba ciertas garantías de supervivencia amorosa, mismos gustos por los compromisos familiares y por los lugares de vacaciones. Con la llegada de la globalización cada vez queremos saber más, probar más, investigar más. La pantalla nos muestra otros mundos, otros modos de relación y otras formas de vincularnos. Continuar leyendo

7. La llorona compulsiva

Para Vera Salúm que todavía está a tiempo

 

Llanto de bebe

El llanto, desde la más tierna infancia, ha sido un vehículo de comunicación. Los niños cuando tienen hambre lloran. Lloran cuando tienen sueño, cuando les duele la panza y cuando están aburridos. Los padres decodifican ese llanto y responden a la demanda, algunos inmediatamente y otros se toman su tiempo, no para saciarlos sino para que se callen de una buena vez. También reconozcamos que hay padres más abombados que otros.

La fábrica de las lloronas tiene su origen en esos padres que responden de inmediato a la demanda de sus hijos y que no permiten que dicha almita angelical aprenda a frustrarse o que experimente ese sentimiento que la acompañará a lo largo de su vida llamado angustia. Continuar leyendo