- La infidelidad la define el otro.
- Mientras que el cornudo es la víctima, el celoso es el victimario.
- Ser celoso habla mal de vos mismo.
- El papá de la celosa compulsiva suele ser medio garca.
- El celoso nunca está preparado para tomar una decisión.
- Una mosquita muerta en cualquier momento resucita.
- Uno es lo que el otro le permite.
- Al culposo se lo alimenta con la victimización.
- El pollerudo es un pistolero converso. Continuar leyendo
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20. Los Caracúlicos
“El espejo no tiene la culpa de tu cara”
Liliana Felipe
La invención del rostro
Hay personas, que en la repartija de rostros, no fueron favorecidas, y así como el lindo obtiene beneficios gracias a su cara, el fulero sufre, silenciosamente, algunos daños colaterales. De todos modos, a lo largo de los años, uno va teniendo la cara que se merece. Los modos de vivir van estilizando nuestros rostros y de acuerdo a cómo uno se pare frente a la vida, tendrá la cara que se merece. Continuar leyendo
9. Al final sos una histérica
A muchas mujeres les cuesta reconocerse como histéricas
Simplemente prueben, promediando una conversación, decirle a una mujer: “al final sos una histérica”. Verán que en el 92% de los casos la primera reacción es negar la afirmación enunciada. Yo no sé qué entiende una mujer por ser histérica pero seguramente dista mucho de lo que realmente es. Tal vez lo considere un insulto o un menosprecio inoportuno. Continuar leyendo
7. La llorona compulsiva
Para Vera Salúm que todavía está a tiempo
Llanto de bebe
El llanto, desde la más tierna infancia, ha sido un vehículo de comunicación. Los niños cuando tienen hambre lloran. Lloran cuando tienen sueño, cuando les duele la panza y cuando están aburridos. Los padres decodifican ese llanto y responden a la demanda, algunos inmediatamente y otros se toman su tiempo, no para saciarlos sino para que se callen de una buena vez. También reconozcamos que hay padres más abombados que otros.
La fábrica de las lloronas tiene su origen en esos padres que responden de inmediato a la demanda de sus hijos y que no permiten que dicha almita angelical aprenda a frustrarse o que experimente ese sentimiento que la acompañará a lo largo de su vida llamado angustia. Continuar leyendo
5. El pollerudo
Salir con muchas para no estar con ninguna
El pollerudo es el típico pistolero converso. Después de probar con muchas mujeres que no lograron engramparlo termina enganchándose con una muchacha apocopada que lo clava en el lugar de la pasividad como un alfiler al telgopor. El conquistador compulsivo lejos de ser la admiración de sus amigos es una persona solitaria y con cierta fobia al compromiso. Después de todas, termina con “la” única. En España, les dicen “Juan Bragazas”, en México “maridazos” y en Colombia “mamelucos”. Continuar leyendo