La integración sinérgica de las letras hebreas junto al mandala de las diez Sefirot dio una nueva forma de conjugar antiguas tradiciones de Oriente para darles acceso en Occidente. Cabalistas franceses del siglo XII dejan constancia en Bahir (“Brillo”) que suma a lo ya conocido meditaciones basadas en el tetragrámaton, que incluyen asociaciones de colores y formas, ejercicios de respiración y posturas corporales, dando inicio a la cábala de la era moderna.
Se atribuye a Moisés de León, cerca del 1280, la obra fundamental en esta materia: el Zohar (“Libro del resplandor”), un tratado en arameo inspirado, fundado o compilado en los antiguos escritos del Rabi Shimon bar Yojai, discípulo del Rabi Akiva y que podría considerarse un verdadero cabalista del siglo II. Es un trabajo monumental, un manual de meditación complejo basado en textos bíblicos y narrados poética y crípticamente en función de la experiencia mística de sus autores y compiladores.