¿Todo junto o separado?

#AsíSeEscribe

En español hay una serie de términos que se agrupan bajo el título de “palabras de ortografía dudosa”. Los usamos a diario –y muchos, varias veces–, pero en algún momento aparece la pregunta acerca de cómo se escriben. Gran parte de nuestras dudas surgen frente a dos de esos términos: porque y sino. ¿Cuándo se escriben como una sola palabra y cuándo como dos?

Porque:

Es una conjunción causal: Estudio porque me gusta.

Por que:

Es la unión de la preposición por y una oración subordinada de relativo que sustituye a un pronombre o a un sustantivo: Tiene un gran interés por que se aclare todo. Para no confundirnos porque con por que hay que tener en cuenta lo siguiente: Estudio porque me gusta (causa); Tiene un gran interés por que se aclare todo (Tiene un gran interés por eso).

Por qué:

La unión de la preposición por más el pronombre enfático se usa en preguntas directas o indirectas: ¿Por qué no me llamaste?; Me preguntó por qué insistía tanto.

Porqué:               

Es un sustantivo agudo que equivale a “razón o motivo”; es masculino, puede ir acompañado por un artículo o por un adjetivo, y tiene plural: No entiendo el porqué de su comportamiento; Le interesaban los porqués de todas las cosas.

Si no:

Encabeza una proposición condicional: Si no salimos, podés venir a casa. Muchas veces, el verbo de estas proposiciones suele estar elidido: Me voy, si no [me voy], llegaré tarde a la reunión.

Sino:

Es una conjunción adversativa que se utiliza cuando hay una negación precedente: No me gustan las novelas realistas, sino las de ciencia ficción. También sino se utiliza en la secuencia: no solo… sino también: No solo tenemos que ir, sino también llevar algo para comer.

 

Hasta acá la normativa. El uso del por qué también se relaciona con la cortesía lingüística, que es el conjunto de estrategias verbales que colaboran con la imagen pública que cada uno quiere proyectar de sí mismo ante el resto de individuos (Brown y Levinson, 1978). Uno de los principios básicos de la cortesía es evitar la imposición de uno frente a sus interlocutores, especialmente cuando uno de los dos está en una situación de superioridad social o profesional con respecto del otro. No es lo mismo decir: Cierre la puerta que ¿Por qué no cierra la puerta? o ¿Podría cerrar la puerta? En estos casos la brevedad y la claridad están supeditadas a la cortesía, a lograr que el otro cumpla la orden, pero sin sentir todo el peso de una relación asimétrica que existe, aunque suavizada.

Ahora bien, ¿hasta qué punto es efectiva la cortesía?, ¿no puede percibirse como una ironía por parte del interlocutor?, ¿no es mejor decir las cosas directamente? Estas son algunas cuestiones que se plantean a la hora de ser o no cortés. Indudablemente, dependerá del contexto –es decir, del lugar, del momento y de la persona que tenemos enfrente– elegir qué enunciado nos conviene usar. Es que muchas veces es más difícil ser adecuado que normativamente correcto, pero la adecuación debería ser una de nuestras prioridades a la hora de comunicarnos.