80. El huevo y la gallina

Anda circulando por ahí un corto llamado “Chicken or The Egg” de Christine Kim & Elaine Wu donde cuenta la dulce historia de un cerdo que tiene una adicción a comer huevos… le gustan, los disfruta. Los huevos son para él, oralidad mediante, un modo de ser feliz. Una tarde, en el bar donde está comiendo su anhelada ración, entra una hermosa gallina que lo encandila con sus bellos atributos; el cerdo desespera de amor y no puede hacer otra cosa que perderse entre sus curvas. Es ahí donde se le presenta el dilema ¿con quién se queda? ¿Con el huevo o la gallina? Continuar leyendo

47. ¿Vale la pena enamorarse?

Enamoramiento:
Dícese del sentimiento opuesto al amor,
en el que solés andar medio pelotud@.

 

El enamoramiento a la larga humilla. Es un vil ladrón de energía. Dejás de rendir en tus espacios cotidianos para rendirte a los pies de alguien que tiene fecha de vencimiento. El enamorado se enamora de alguien que su sola presencia deja entrever la amenaza de una ausencia. Digámoslo así: El enamorado es un ludópata que está dispuesto a perderlo todo por el simple hecho de sentir la adrenalina del destino incierto. Continuar leyendo

33. 45 indicios para comenzar una relación

Te presentaron, saliste un par de veces. Una de las veces te dijiste que no daba. A los tres días te llamó y volviste a ir. Buscás la quinta pata y no aparece. La última vez te hizo reír bastante, el otro día en el trabajo pensaste en dónde podrían ir el fin de semana. Entonces es hora que agarres tu libretita y vayas anotando:

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28. Los amores imposibles

Siempre se llena de humo y el aula se convierte en París en pleno barrio de Once. El teórico de los martes es un laberinto; un docente distinto cada vez improvisa mejor que Miles Davis y Chick Corea en noches de borrachera. Tenía que haber empezado hace cinco minutos y dudo entre quedarme o ir a ver el partido de la Libertadores, de inmediato, entra una docente con una especie de rodete que enuncia la belleza de su timidez y una pollera larga y escocesa delatando que alguna vez fue psicobolche. Continuar leyendo

27. El amor platónico

El cubrebaches

No hay nada mejor para la soledad que una buena invención. El amor platónico es generoso y completo, podés depositar ahí todas tus fantasías: tu ideal de perfección, te patrón estético y hasta un determinado nivel cultural. Es la escultura perfecta hecha con tu propia imaginación aunque la mala noticia es que nunca llegarás a alcanzarlo y en tal caso si eso ocurriera, ese ideal automáticamente perdería su magia y se convertiría al instante en un mortal común y silvestre. Continuar leyendo

6. El chamuyo de los últimos metros

Qué decir en esos momentos donde la palabra no aparece por ningún lado. Cuando el chamuyo se agota y el silencio dura más de lo esperable.

Ya la remaste, avanzaste casilleros. Las puertas se fueron abriendo como el portón de un estadio. El beso resultó bonito, las manos eran como te las imaginabas, se rió cuando se tenía que reír y puso gesto adusto cuando le hablabas de lo que pasa en tu casa. No sobró ningún codo, los ojos tuvieron esa sincronicidad de humedecimiento, no roncó y cuando hablaban de la vida, emergía de ambos, una simultaneidad guionística. Ocho en aliento, nueve en pilcha, siete en profundidad de pensamiento, nueve en simpatía con tus amigos, siete en escabio y ocho en silencios oportunos. Joya! Continuar leyendo