Mi vida en Tokio

Como regla irónica en mi vida, las ciudades que más he disfrutado en el mundo fueron las que menos fotografié. No sé por qué, pero si tuviera que hipotetizar diría que es una mezcla entre disfrutar cada segundo y no preocuparme por las fotos, y que suelen gustarme ciudades para vivir, no las que particularmente tienen puntos super fotogafiables o e interés turístico.

Aún así, Tokio debe ser uno de los lugares más fotogénicos del mundo, tanto de día como de noche, la ciudad es algo gris como cualquier otra pero el neon y su gente la llenan de color y le dan vida. Es impecablemente limpia como cualquier otra ciudad japonesa, y todo funciona. En serio, todo funciona.

Desde el impecable sistema de transporte hasta la persona que te atienden en un 7eleven, todo esta en sincro. Tokio y su gente parecen salidos de una novela de ciencia ficción escrita por la persona con mejor imaginación del universo. Si las ciudades grandes son lo suyo, no se pueden perder este lugar.

El día que llegué supe que me podría quedar en Tokio para siempre, y después de haber estado 10 días disfrutándola (si, 10, mi máximo absoluto en un viaje de este tipo) puedo decir que sí, definitivamente viviría en Tokio, sin siquiera pensarlo. En los próximos párrafos intentaré desglosar mi impresión de Tokio, dividida por distritos, que es la forma más simple.

Akihabara paraíso nerd

Había que empezar por acá. En general en Tokio nada demasiado intersante sucede al nivel del mar, siempre hay que subir un par de pisos. En Akihabara esta pseudo-regla se potencia, y cuando llegás estás completamente rodeado de edificios llenos de arcades SEGA, tiendas de electrónica, tiendas de animé, de “entretenimiento para adultos”,  juguetes, gadgets, lo que quieras. Si quieren deshacerse de un nerd por un día en Tokio, dejenló en Akihabara y será feliz.

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Japón: Parte 2 · Los japoneses

Usualmente me pone muy nerviosa cuando te juntas con alguien que acaba de volver de viaje, y le preguntás qué fue lo que más le gusto y te dicen “todo. no sé, las pequeñas cosas”. Pero bueno, como la mayoría de las cosas que nos molestan llegó el día en el cual me tocó ir a Japón y sí, lo que más me gustaron fueron las pequeñas cosas.

Creo que en mi caso esas cosas son más que nada los japoneses y sus costumbres. El país es hermoso, pero la gente es lo que hace de Japón un lugar en el cual te querés quedar para siempre.

Como es medio difícil explicar qué cosas en particular de la gente son tan atrapadoras voy a contar un par de anécdotas, pero primero: algunas de esas “pequeñas cosas” que mencioné antes.

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Japón: Parte 1 · El país

Siento que pasó una eternidad desde mi último post, y ahora no sé bien qué de todo escribir.

Es que éstas últimas tres semanas en Japón fueron de las más increíbles que me tocaron vivir viajando: Me reencontré con ese sentimiento de lo nuevo, conocí un país que es demasiado alucinante para describir con fotos o palabras, y una cultura que todo el mundo debería envidiar e imitar.

Pero igual voy a intentar, de alguna manera, de resumir un poco y explicar mis días en Japón.

Después de intentar resolver esto de mil maneras, creo que la mejor forma de dividirlo es Parte 1: Japón el país, Parte 2: Los Japoneses. Así que acá vamos

Osaka

Llegué a Japón vía Osaka, la segunda ciudad más grande de Japón, y diferente a Tokyo en muchos sentidos. Osaka es más del pueblo, gigante pero no extravagante ni pretenciosa. Mezcla bastante lo tradicional de Japón con la modernidad de cualquier gran ciudad contemporánea. Mucha gente dice que Osaka no vale la pena para visitar, pero en mi opinión un par de días merece. Al igual que todos los lugares que visité en Japón, se puede andar perfectamente en bici por acá, así que naturalmente hice un videito.

Osaka on a bike from federica pelzel on Vimeo.

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Playa y paracaidismo en Byron Bay

Mi último destino australiano fue Byron Bay. Es el primer lugar que es exactamente como me lo imaginaba. Un pueblito medio hippie de surfistas en Australia. Sí, todos los clichés, rubios y rubias de pelo ondulado con sus tables de surf caminando descalzos por las callecitas, bares y restos en todos lados, playas largas de arena blanca y agua clara. todo.

Tuve, por el otro lado, la mala suerte de llegar al mismo tiempo que Schoolies. Schoolies en Byron es el equivalente a temporada de viaje de egresados en Bariloche. Se llena de adolescentes recién graduados y con edad suficiente para comprar alcohol y salir a bailar sin problemas, y destruyen todo a su paso! Pero bueno, salvando eventos como despertarme con adolescentes tomando el característico vino de caja AKA Goone en mi cuarto, o entrar al baño y que hayan envoltorios de preservativos por todo el piso, no fue tan grave.

Estuve 3 días en Byron disfrutando de la playa, caminando, es muy linda la zona del faro y también la caminata hasta ahí está buena. Relajé un poco antes de partir hacia el frío japonés, y conocí gente muy interesante. El tema es que, como les dije, este es un pueblo medio hippie, y aparentemente muy “espiritual” también.

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Brisbane en bicicleta

Me encanta andar en bici. Y esta vuelta en Australia todas las ciudades en las que estuve no tenían mucho movimiento bicicletero. Llegué a Brisbane, y por más que tiene muchas subidas y bajadas (muchas!), aproveché las bicis que hay en la casa y me dispuse a hacer un recorrido desde Ashgrove (un suburbio donde me estoy quedando), hasta la ciudad, todo por el costado del río, a través de varios de los puentes característicos de la ciudad. Lo capturé con mi GoPro y acá esta el restultado :)

 

Brisbane on a bike from federica pelzel on Vimeo.

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Road Trippin’: De Cairns a Brisbane en 3 días

Parte de mi no-plan plan significa que a veces te vas a enontrar en Cairns, tratando de irte, al mismo tiempo que los más de 50k que fueron a ver el eclipse. Un pasaje de avión hasta Brisbane (mi destino) estaba alrededor de AUS$400. Not cool.

Fue así, y medio de casualidad, que me enteré de una cosa fantástica que sucede en Australia: Rental Relocation. Consiste en que las empresas de alquiler de autos o camper vans te dan vehiculos gratis, y a veces hasta plata para nafta, con tal de que vos se los manejes hasta donde ellos los necesitan. De esta manera ellos se ahorran el traslado, y uno el alquiler. Yo viajo sola e igual me rindió mucho. Si viajan en pareja o grupo es aún más económico.

Me pareció brillante, y un road trip me daba la posibilidad de pasar por Airlie Beach, que tenía muchas ganas de conocer, así que me puse en campaña. Hay varios sitios donde listan relocations, pero en ninguno estaba lo oferta de algo para el día siguiente de Cairns a Brisbane, así que elegí una empresa que alquila campers, y llamé.

Fueron super amables y me consiguieron una camper (donde tambien podes dormir) por 4 días, a AUS$1 (!) por día, con un tanque de nafta gratis. AWESOME!

Entoncés así fue que salí, hacia las rutas australianas… que están al revés. El primer día me puse como meta Airlie Beach, a mas de 700km de Cairns, y después de más de 8hs en la ruta, entre conductores demasiado responsable, la mayoria de la carretera en obra, un solo carril y millones de camiones, llegue!

Airlie Beach es un balneario divino. Circula bastante en torno al turismo, igual que Cairns, pero hay bastantes barcitos y restos lindos, y tiene una playa chiquita muy muy linda también. Como no podía dejar de ser, la pileta pública es de morirse, gigante, divina, limpia, y al lado del mar. No te podés bañar en el mar porque hay aguavivas, y no esas que te pican y arde… esas que te pican y no contás la historia.

Me quedé la noche en Airlie y pasado el mediodía, luego de un rato de playa, trabajo y relax, salí rumbo hacia… donde me dieran los ojos para manejar. Muchas muchas horas después llegué a Rockhampton. Antes de llegar tuve la grata experiencia de casi quedarme sin nafta. un poco más de 150km afuera de Rockhampton tenía 1/4 tanque y me dispuse a encontrar una estación. 150km después estaba en reserva y todavía no había pasado UNA MALDITA ESTACIÓN.

Después de 20km en reserva ya había perdido todas las esperanzas. Claro que era de noche y estaba en la carretera más oscura del universo, en el país con más víboras y arañas venenosas del mundo… divino todo. Para mi mayor desilusión, según mi teléfono faltaban 42km para la estación más cercana. Estaba lista para dormir en la ruta y posiblemente morir de mil maneras horribles.

Por suerte a la distancia una luz era una estación, y llegué, justo cuando estaba preparándome para pasarla muy mal! El señor que atendía no entendía toda mi felicidad por verlo. La verdad que fue un alivio.

En fin, Rockhampton. Que catzo hay en Rockhampton, no? Nada. La verdad que tendría que haber parado en otro lugar. Cené en un lugar bastante lindo, y me tiré a dormir. Rockhampton es un pueblo de mineros, y también hay muchos aborígenes, no es muy seguro. Así que como buena paranoica me fui a estacionar justo en frente de la comisaría y dormí ahí.

Al día siguiente, final stretch, llegué a Brisbane, a lo de mi amigo Michael a quien no veía hacía 3 años. Todo fue felicidad :)

Ahora estoy hace varios días acá, disfrutando de ser llevada a todos los lugares que los locales conoces y yo jamás iría por mi cuenta. Entre los highlights está haber ido ayer a una montaña que da a la ciudad a ver como se acercaba una tormenta eléctrica. Fué una de las vistas más lindas que ví jamás, y obviamente no tengo fotos ¬¬

Aunque sí tengo un par de la tormenta desde la casa.

En unos días me voy a hacer un poco de playa a Byron Bay, y desde ahí, Gold Coast Airport y JAPÓN. woot!

 

El acuario de Sydney

Un poco atrasado, pero no quería dejar pasar esto. Soy el tipo de persona que va a acuarios. Pero, aunque no lo sean, si están de paso por Sydney, SEA LIFE es un excelente lugar para visitar.

Si, es medio (bastante) caro, como todo en la ciudad. Sale AUS$36 el ticket, y si quieren hacer un combo con el Zoo y Madame Tussauds de al lado, son AUS$65. De cualquier manera, lo vale. De los acuarios que conocí hasta hoy es mi preferido, aunque mucha gente me recomienda uno en Japón, al cual voy a visitar pronto.

Muy por arriba les cuento que pueden ver infinitas especies de peces, varios tipos de tiburones (y darles de comer por AUS$15), un par de manatíes, tortugas marinas, y varias cosas más. Pueden encontrar a nemo y todos sus amigos, escuchar algunas de las charlas que se dan regularmente, o tocar estrellas marinas y huevos de tiburón. Muy MUY completo acuario.

Tiene dos paseos tubulares, con dos corredores cada uno. Esta buenísimo porque así ves como te nadan todos alrededor los peces, tiburones, tortugas, o manatíes. También hacia el final hay una de las ventanas a acuarios más grandes que ví hasta ahora. Te podés pasar horas mirando la cantidad de especies y como se comportan. Ahí un chico que tenía que dar una charla, a falta de público, se sentó conmigo media hora a explicarme varias cosas sobre la vida en el coral.

Entre los highlights de mi aprendizaje descubrí que los tiburones no se comen a Dori (?) porque es toxica. Así que si ven una Dori por ahí, y son personas sin corazón que quieren cocinarla, no se la coman, porque van a terminar en el hospital.

Antes o después de visitar el acuario pueden pasear un rato por Darling Harbour, picar algo por ahí o visitar el Hard Rock Café. Si andan con ganas de algo de cine gigante, también hay un IMAX por ahí cerca. Eso sí, tengan cuidado con las gaviotas si deciden comer mirando la bahía, porque ahí fue que una decidió robarme el almuerzo.

Igual, ya hace rato que dejé Sydney, pasé por Cairns y ahora estoy en Brisbane por unos días más. Ya vienen posts sobre eso!

Buceo en Cairns

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Wow. siento que mi último post fue hace tres semanas. Empecemos por contar en qué anduve: A pesar de la tormenta que demoró mi vuelo, me fuí de Sydney el 8, como planeado, rumbo a Cairns. Cairns es un balneario bastante chico en el noreste de Australia, que se dedica principalmente al turismo. Solo van a… continuar leyendo →

Caminando por Sydney

Finalmente llegué!

Para los que estuvieron siguiéndome el rastro, esta última semana estuve en Montevideo despidiéndome de la familia, y viajando. El domingo entero me lo robó la diferencia horaria, pero finalmente el lunes tempranísimo a la mañana llegue a Sydney, Australia, mi primer destino.

No sé si nos pasa a todos, pero yo algunas ciudades siento que las visito y otras que las vivo. Sydney es una ciudad para vivir. La verdad es que no tiene nada que envidiarle a las otras grandes ciudades del mundo en cuanto a urbanización, y tiene una costa increíble.

Llegué a las 8am al hostel y todavía no podía hacer check-in, así que con todo el jet lag del mundo, agarré mapita y me dispuse a caminar un poco. En muy pocos minutos estaba en la costa, entre la Opera House y Harbour Bridge, posiblemente los únicos dos íconos reconocibles de la ciudad, y definitivamente los puntos más turísticos.

Estaba en Circular Quay, un pseudo puerto desde donde salen varios ferrys y barcos, muchos turísticos, que te llevan a recorrer Sydney desde la bahía. Los precios altos si eligieran hacer algo así, por lo general no bajan de los AUS$80.

Después de sentarme un rato en el pastito frente al Museum of Contemporary Art, mirando la bahía frente a Circular Quay, decidí entrar a chusmear un poco. El museo en sí es muy lindo, algunas de las exhibiciones que ví estuvieron super interesantes, pero definitivamente no es el punto fuerte de la ciudad. El pastito de en frente sin embargo es genial. Las gaviotas conviven con los pasantes muy de cerca, y si ven la posibilidad de robarte comida no van a dudar en atacarte.

También aca ví un par de Ibis, lo cual me llamó terriblemente la atención. Andan por ahí buscando algo de comer, y a veces hasta se acercan a pedir.

Caminé por la bahía hasta la Opera House, para cumplir con mi tarea de turista, pero creo que es más linda desde lejos. Lo bueno es que después seguí caminando y me encontre con los Jardines Botánicos. Ahora, cuando digo Jardines botánicos me refiero a un gigante parque que bordea la bahía, donde hay todo tipo de árbol y planta posible, y también algo de fauna autóctona.

Algo que me gustó y me entretuvo mucho de los jardines fueron los bancos dedicados. Hay bancos de madera a lo largo de todo el parque con dedicatorias de parte de la persona que los donó. Algunas muy conmovedoras.

Por acá vienen a correr y pasear los locales también, es un lugar super agradable para recorrer tranquilo o pasear una tarde. Si son de esos que siempre están buscando la “foto postal”, hacia el final del parque hay un muy buen punto donde se pueden fotografiar el puente y la Opera House juntos.

Hasta acá es el paseo de un día entero, y estaba agotada, pero como todavía tenía que volver y estaba decidida a caminar, crucé los jardines y me dirigía a Hyde Park, cuando accidentalmente pasé por Houses of Parliament, y si, 5 de Noviembre, lógicamente habían mas o menos 20 jóvenes con máscara de Guy Fawkes, que me dieron un flyer con la famosa rima “remember remember the 5th of november”.

De camino pasé por la catedral St. Mary’s y Hyde Park. Hostel. Jet lag. Muerte.

Pero como verán, en un día se puede hacer bastante en Sydney.

Ya hoy martes recorrí the Rocks, y creo que eso es lo último super turístico que me quedaba. The rocks es el barrio más antiguo de Sydey, y tiene varias callecitas angostas, típico de casco histórico. Esta interesante para ir a caminar tranqui, recorrer los locales y capaz parar a comer algo. Yo desayune-almorce un yogur con frutos rojos y cerales muy rico, por la modesta suma de AUS$6 en un lugar muy agradable, disfrutando del solcito.

Caminando por ahí empecé a notar que había mucha gente vestida formal. Todas las mujeres tenían arreglos de flores y plumas en la cabeza, como damas de la corte inglesa o algo, rarísimo.

Cuanto más caminaba más mujeres así empece a ver. Hasta que no me aguanté, frené a dos chicas y les pregunté. Resulta que hoy es la Melbourne Cup, una carrera muy importante de caballos. Tan importante que para celebrar se visten todos como si fueran al hipódromo, aún acá en Syndey. Muy entretenida sorpresa.

 

Ahora será a pasear sin rumbo y disfrutar de la ciudad un par de días más.

un par de cosas a remarcar sobre Sydney:

  • Todo es increíblemente caro. En serio. 2 litros de agua, 1 manzana, y 1 banana, salen 10 dólares australianos.
  • Si están cortos de plata, comprar fruta en la calle es una buena opción. Es un poco más barata y super rica.
  • No hay mucha cultura de bici. De hecho cuando le pregunte al chico de recepción dónde podía alquilar me dijo que no tenía idea, que nadie anda en bici acá. Puede tener algo de sentido porque tiene alguna subida, pero no es tan grave.
  • Hay wifi en todos lados pero también pueden comprar un sim por AUS$2 y AUS$30 de tarjeta les rinden mas o menos 1gb de data.
  • Estoy parando en World Square Hostel. Es bastante accesible y esta super bien ubicado, es limpio, y las camas son cómodas. Lo recomiendo :)
  • Para moverse se puede ir en subte, colectivo o monorail, pero salvo que quieras salir de la ciudad, se puede hacer todo caminando.
  • Es impresionante la cantidad de inmigrantes asiáticos que hay. Al principio pensé que era porque yo estaba parando en China o Korea Town, pero no, deben ser 25% del total, en todos lados.
  • Todos los australianos y australianas suelen ser muy lindos. No sé si es un dato útil, pero si pensaban ir de viaje en busca del amor vengan acá sin dudarlo.

 

Au revoir, Buenos Aires

En francés hay dos formas de despedirse: Adieu quiere decir Adiós pero implica una despedida más permanente. Au revoir, que vendría a ser “hasta la vista”, implica que vas a volver a ver a la persona pronto.

Hoy estoy en paz.

La verdad es que le camino hasta acá fue vertiginoso y pasó más rápido de lo que me gusta admitir. Fueron tres meses de desarmar y rearmar toda mi vida, y en el proceso viví todos los sentimientos y humores posibles (en varias combinaciones extrañas!). PERO finalmente hoy, a horas de dejar Buenos Aires, puedo decir que estoy feliz, preparada, y que he logrado reducir mis pertenencias a dos valijas.

Una vida no entra en valijas y no se puede medir con ese criterio, pero me llamó la atención que hace 8 años llegué a la ciudad con exactamente la misma cantidad de cosas con las que me voy. Entre ese día y hoy pasaron ocho años, la mayoría de mi vida “adulta”. Estudié, trabajé, salí, hice amigos, me enamoré, me rompieron el corazón, me reí, lloré, bailé… viví. Y ahora dejo todo eso en diferentes rincones de la ciudad, y con las personas que me dejaron entrar en sus vidas.

Me voy de Buenos Aires con nada más que gratitud y una sensación de equilibrio impresionante (y las dos valijas). Siento que en este momento todo está exactamente donde debe, y creo que esa es la mejor forma de empezar un viaje.

Mi relación con la ciudad siempre va a ser una bien porteña, llena de pasión, por lo que no es adieu por ahora BA, es sólo au revoir.

 

(Próxima parada: Montevideo)