Antes de que Internet inundase nuestro mundo con sus torrentes de valiosa información, permitiéndonos saber cosas tan importantes como la correcta forma de bailar el gangan style (o como quiera que se escriba); las únicas maneras de enterarse de novedades y “trucos” (ese era el término) en materia videojuegos eran a través de una revista especializada en el tema o en el patio del colegio, escuchando lo que le había ocurrido al amigo de un amigo (ese personaje semi mítico al que siempre le suceden cosas maravillosas que dejarían boquiabiertos incluso a los agentes Mulder y Scully).
Con su cuento, el tremendo sanatero narrador ganaba inmediata notoriedad y se convertía en el centro de atención (hasta que apareciese otro con una historia más loca, o que sus víctimas se diesen cuenta del engaño y quisiesen molerlo a palos). En algunos casos, los supuestos “trucos” se volvían tan populares que trascendían las barreras del colegio, propagándose incluso a otros países o regiones.