Por: Carlos Messuti
Antes de que Internet inundase nuestro mundo con sus torrentes de valiosa información, permitiéndonos saber cosas tan importantes como la correcta forma de bailar el gangan style (o como quiera que se escriba); las únicas maneras de enterarse de novedades y “trucos” (ese era el término) en materia videojuegos eran a través de una revista especializada en el tema o en el patio del colegio, escuchando lo que le había ocurrido al amigo de un amigo (ese personaje semi mítico al que siempre le suceden cosas maravillosas que dejarían boquiabiertos incluso a los agentes Mulder y Scully).
Con su cuento, el tremendo sanatero narrador ganaba inmediata notoriedad y se convertía en el centro de atención (hasta que apareciese otro con una historia más loca, o que sus víctimas se diesen cuenta del engaño y quisiesen molerlo a palos). En algunos casos, los supuestos “trucos” se volvían tan populares que trascendían las barreras del colegio, propagándose incluso a otros países o regiones.
El Street Fighter II de Capcom contó con cualquier cantidad de estos rumores. Recuerdo, por ejemplo, que un amigo de la escuela me juró y perjuró que había logrado subirse a un elefante en el escenario de Dhalsim y apalear a su oponente con la ayuda del paquidermo (y yo entré como el mejor).
Sin embargo, ninguna de estas mentiras fue tan popular como la inclusión de un personaje super secreto, al que supuestamente se accedía ganando el juego sin recibir golpe alguno, habiendo pasado por una pelea de diez rounds contra M. Bison (lo único que les faltó agregar a los desgraciados era tener que lograrlo mientras se hacia la vertical y se recitaba el abecedario al revés). Volviendo a lo importante, el mito se originó gracias a una traducción espantosa del japonés, que dejó a Ryu diciendo entre combates “You must defeat Sheng Long to stand a chance” (Tienes que vencer a Sheng Long para tener chances). Todos empezaron a especular sobre la existencia de este tal Sheng Long y se crearon historias que lo pintaban como maestro de Ryu y Ken. Para colmo, una revista norteamericana publicó que el rumor era cierto como parte de una broma del día de los inocentes. Se imaginarán que millones de monstruitos pasados de azúcar y vacaciones empezaron a desgastarse los pulgares intentando recrear las condiciones necesarias para que el personaje apareciese. La cuestión es que el rumor se volvió tan popular, que inspiró a Capcom a crear a Akuma/Gouki y su hermano Gouken años después.
Algo parecido sucedió con Mortal Kombat II, que en la primer entrega se había encargado de cebar a todos con la inclusión de Reptile y un par de pavadas más.
Los rumores respecto al juego existieron desde el minuto cero. La mayoría tenía que ver con personajes secretos, como la misteriosa antorcha humana que aparece en el fondo del escenario The Pit II o con la liberación y posterior uso de Kano y Sonya, quienes aparecen encadenados en el escenario de Shao Kahn. Todas las semanas alguien salía con un nuevo método (el definitivo), que permitiría efectivamente liberar a los cautivos. Incluso había gente que ya hablaba de las fatalities de cada uno. Como era de esperarse, fue todo un engaño que nos hizo perder a todos incontables horas, así que le agradezco mucho al tremendo desgraciado al que se le ocurrió jugar con nuestros sentimientos y que Satanás lo conserve.
Además de los ya mencionados engaños, el mundo de los videojuegos cuenta también con un sinnúmero de mitos y leyendas urbanas, algunas de las cuales resultaron ser ciertas, como fue el caso de los cartuchos de Atari enterrados en el desierto.
Mi favorita es la del Polybius, un supuesto arcade o fichín que apareció misteriosamente en galerías de Portland, Oregon, por el año de 1981.
Según cuenta la historia, el juego era medio lisérgico, con muchos colores y acción constante y todo aquel que lo jugaba terminaba sufriendo de amnesia o pesadillas. De todas formas, eso no duró mucho debido a que al poco tiempo de haber sido lanzado, las máquinas de Polybius desaparecieron de la faz de la tierra, retiradas, según el mito, por misteriosos grupos de hombres de negro, que también se habían encargado de registrar los efectos del juego en aquellos que lo habían jugado.
El mito se volvió sumamente popular, llegando el Polybius a convertirse en el santo grial del mundo de los juegos. Constantemente aparecen nuevas fotos que comprueban su existencia o incluso recreaciones basadas en las experiencias de quienes supuestamente se sometieron a su lavado de cerebro. Abajo les dejo un link a una de estas “recreaciones”, pero les recomiendo que no la vean si tienen problemas de epilepsia o algo así porque se pone super flashero.
Y ahora si, el prometido link a la “recreación”.
¿Alguna vez te engrupieron con una de estas historias? ¿Se te ocurre alguna otra? ¿Jugaste al Polybius y ahora te están buscando unos tipos no tan simpáticos como Will Smith y Tommy Lee Jones para hacerte unas preguntas? Poné lo que se te ocurra abajo y ¡nos vemos la próxima!