Parkour, el deporte que desafía a las grandes ciudades

El parkour es un deporte de ciudad y su nombre deriva de la forma en que los franceses llamaban a las pistas de entrenamiento militar: ”Les parcours du combattant“.

A la persona que practica esta disciplina se la llama “trazador“, también en referencia a otro término galo: “Traceur”.

El eje principal de la actividad es, justamente, trazar un recorrido entre dos puntos y completarlo con pocos movimientos, mediante la utilización exclusiva del cuerpo humano.

Como un “skater”, un patinador, o un “biker”, que utilizan dos o cuatro ruedas para completar piruetas, el trazador utiliza su propia carne. 

Si usted alguna vez vio jóvenes saltando en las plazas, escalando monumentos o corriendo a máxima velocidad para desplazarse entre canteros, ahora ya sabe de que se trata.

El parkour es un deporte de alto riesgo, sobretodo, cuando es desarrollado en los niveles “profesionales“: elevadas alturas y riesgo de caídas mortales son algunos de los peligros que asedian a los practicantes.

Profesional entre comillas, porque no hay auspicios, ni federaciones internacionales. Nada. 

A su vez, ropa liviana y calzado deportivo son las únicas exigencias que tiene el parkour para quienes desean comenzar.

Se presume que su creador fue “el hombre más agil del mundo”, llamado David Belle. Hijo de un militar y criado en las afueras de París por su abuelo bombero, abandonó el colegio a temprana edad para abocarse a desarrollar un deporte que, años más tarde, tendría miles de adeptos en el mundo entero.

 

 

Argentina: los inicios de Fernando Gago en el fútbol

 

Ver videos de los cracks cuando eran niños es, al menos, extraño. Las nuevas generaciones del fútbol no conocerán los casetes VHS ni los cronistas de fútbol infantil que portaban corbatas llamativas. Por eso, los archivos transpiran esa particular magia. El contenido que llevan dentro es irrepetible.

Aquí, un pequeño recorte en la vida de Fernando Gago, crack argentino que vistió la camiseta de los grandes en el fútbol mundial: Boca Juniors, Real Madrid, Valencia, AC Roma. Conozca sus comienzos en el Club Social Parque, ubicado en la Capital Federal.

 

 

Crédito foto: Gentileza: Mediotiempo.com

Rugby: Jonah Lomu, el mejor neozelandés

En julio de 2004 recibió un trasplante de riñón que lo salvó de estar en una silla de ruedas para toda la vida, y lo condenó a abandonar el deporte en el que marcó un antes y un después: el rugby.

El hecho de que la compañía Codemasters halla creado un videojuego llamado Jonah Lomu Rugby, en el que se puede jugarla Copa del Mundo 1995, habla por si sólo.

El gigante neocelandés fue, también, la cara visible de la firma Adidas durante los años en que duró adentro de las canchas.

La violencia del deporte de contacto produjo daños severos en el físico de Lomu, pero reforzó su amor.

Sus apariciones constantes en televisión lo llevaron a divorciarse dos veces y casarse tres. Incluso, en ese ir y venir de amoríos, Jonah se quedó con la esposa de Jarek Goebel, por entonces jugador de los Auckland Blues.

Nació el 12 de mayo de 1975 en Auckland, Nueva Zelanda y, gracias a jugadas como las que aparecen a continuación, fue incluido en el salón de los mejores del mundo en 2007:

 

 

 

Elegí el mejor gol de Messi

¡Buenas! Para los que recién llegan, bienvenidos a #JogoBonito, un blog, un archivo vivo de las grandes jugadas del deporte mundial. Las de ahora, y las de siempre. En este post, una pregunta para los cibernautas que vinieron hasta aquí.

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Las grandes jugadas son gestos de amor

#JogoBonito es un término acuñado en el seno del fútbol popular, en lo potreros más pobres, que fue multiplicado sorpresivamente en las altas esferas del mundo publicitario. Había que identificar, sea como sea, a la innombrable belleza de las prácticas deportivas que resultan hermosas al ojo humano.

El título de este blog representa, entonces, el amor por la calidad que sienten quienes hacen magia a cada paso que dan. Representa, también, los escalofríos que el televidente siente en el sillón de la casa cuando su ídolo deja atrás a un rival, en un estadio visitante, a miles de kilómetros de distancia.

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