Cómo empezar una conversación

Tal vez una de las preguntas más frecuentes referidas a la seducción es cómo abrir un interacción. Podríamos resumirla en el interrogante “¿qué le digo?”. Lo cierto es que si existieran frases mágicas, nadie se habría tomado la molestia de desarrollar este conocimiento. Los estudios de seducción, por el contrario, no tienen la pretensión de encontrar frases mágicas que en una sola oración desencadenen en las mujeres una pasión desenfrenada. Y esto es así por varios motivos:

1- Una frase puede ser dicha de diferentes maneras. No son sólo las palabras las que generan atracción, sino también la manera de decirlas, la mirada, la sonrisa (o su ausencia), el tono de voz y el lenguaje corporal.

2- Una frase genera distintos efectos dependiendo del contexto en el cual es pronunciada. Aquí entran en juego la situación y el momento del día, pero también el espacio sociocultural e incluso la región en la que habitamos.

3- Una frase puede resultar adecuada para una persona pero no para otra. Este aspecto es tal vez el más importante de todos ya que refiere al concepto que Rienik y Tabaschek explican en el capítulo 7 de “El juego de la Seducción” (apartado “¿De qué nos permite hablar un buen opener?”). Las frases de apertura son herramientas que cada uno debe calibrar en la práctica. Más aún, una buena frase de apertura debería permitirnos abrir una conversación y llevarnos a un tema que nos resulte interesante y nos de la posibilidad de realizar DAVs (Demostraciones de Alto Valor).

4- Por último, la experiencia nos muestra que las frases de apertura no son realmente el principal obstáculo en el proceso de seducción. Como le explicaba Martín Rienizk a Ernesto Tenenbaum en la entrevista emitida por la radio Rock & Pop, en los cursos de LevantArt los alumnos superan rápidamente esta primera traba (pueden escuchar el audio aquí). Lo mismo manifiestan quienes han leído el libro. Al entender el proceso de seducción y sus etapas, las primeras frases van perdiendo importancia.

*Martin Rieznik es director de LevantArt, escuela de seducción, y autor del libro “El juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”  Editorial Dibuks, Bs As, 2013. (enlace para descargar gratis los primeros capítulos)

EL juego de la Seduccion WEB

Cómo actuar frente a una mujer que nos atrae

Dibuks

Por  Dibuks (Editor.d)

Cómo actuar frente a una mujer que nos atrae*

Sin duda, esto lo que más interesa saber a los hombres: es la consulta que más recibimos.

Para responderla, primero analizaremos cómo actúan las mujeres cuando conocen a un hombre con el que podrían llegar a tener algo sexual o romántico. Ellas suelen actuar en base al siguiente tipo de pensamiento:
“Por ahora sos interesante para mí. Podríamos conocernos mejor y ver hasta dónde podemos llegar…”
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En cambio, los hombres solemos pensar diferente cuando conocemos a una mujer que nos atrae:
“Estoy muy interesado en vos y me pongo nervioso. De hecho, ya estoy imaginándote como una novia, o una amante… o al menos sexo por una noche”.
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En otras palabras, las mujeres suelen ser casuales y desenvueltas cuando conocen a un hombre interesante mientras que los hombres las tratan como una potencial pareja.Esto provoca que el hombre actúe con nerviosismo, generándose una tensión y presión innecesaria al sentir que está frente a una mujer con la cual podría pasar parte de su vida. Esta situación resulta totalmente incómoda para ellas.
Seguramente te puedas sentir identificado de alguna manera con todo esto. ¿Cuál es la solución?
Dejá de intentar impresionar a las mujeres, trabajá en mejorarte a vos mismo.
Lo mejor es pensar que ELLA está a prueba, que en cualquier momento puede dejar de interesarte. Lo mejor de esto es que… es la verdad!
Esa mujer hermosa con la que estás hablando no es ideal. Lo más probable es que si la conocieras íntimamente, encontrarías en ella un montón de cosas que no te atraen, o al menos varios motivos para que no sea tu novia.
Una de nuestras frases favoritas, divertida y arrogante a la vez, es decirle a la mujer con la que estamos charlando:
  • “Mmm… creo que lo nuestro no va a funcionar”.
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Si te suena raro, entonces con más razón deberías probarlo.
Con este tipo de comentarios estás demostrando lo contrario a “Me encantás, estoy pensando en que podríamos ser una hermosa pareja” y estás transmitiendo lo mismo que ellas suelen transmitirnos “Estoy cómodo hablando con vos, tanto que puedo burlarme un poco de vos sin miedo a lo que puedas pensar”.
Otras frases similares que podés utilizar juguetonamente son:
  • “Estás arruinando todas tus posibilidades conmigo…”
  • “Nunca vamos a poder ser pareja…”
  • “Sin lugar a dudas podemos llegar a ser muy buenos… amigos”

 

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Podés seguir siendo el tipo normal que tiene conversaciones regulares y quiere mostrarse como la pareja ideal. Pero si en vez de eso, te relajás, sos divertido, un poco arrogante (no demasiado) y le hacés bromas acerca de que está perdiendo posibilidades contigo o que pueden ser dos buenos amigos, podrás lograr mucho más que si la tratás como el amor de tu vida.
No te comportes de forma aburrida y predecible, comportate siempre como si tuvieras cien mujeres llamándote a diario.
Dejá de idealizar a las mujeres sólo porque son lindas y ellas comenzarán a buscarte.
*Adaptado de la web de la academia LevantArt, dirigida por Martín Rieznik y Mike Tabaschek – autores del best-seller “El Juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres” (Dibuks, 2013).
EL juego de la Seduccion WEB
+ información en www.dibuks.com

Evitar la ansiedad al seducir

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Por Martín Rieznik*

El que nunca tuvo miedo, no tiene esperanza
David Cowder

Está en los genes

Es un hecho que todos los hombres sienten ansiedad frente a una mujer que les gusta mucho y pienso que esto tiene un origen biológico muy claro: acercarse a una mujer deseada durante siglos ha constituido cierta clase de peligro. En los animales es muy fácil de ver cómo funciona: lo observo en mi gato cada vez que sale en celo a buscar una gata, siempre vuelve lastimado. Hay competencia allí afuera y los hombres lo sabemos. Casi todos vivimos situaciones incómodas por acercarnos a una mujer o porque alguno se acercó de mala manera a la nuestra.

Las emociones primarias como el miedo y la ansiedad existen justamente para avisarnos que estamos ante una situación de peligro. Sin embargo en la actualidad, la mayoría de las veces no existe un riesgo verdadero en acercarse a una mujer linda, menos aún si lo hacemos con una buena estrategia. Ya no vivimos en la época de las cavernas y la mayoría de las mujeres – al menos en nuestras latitudes – ellas suelen ser libres de elegir con quiénes quieren estar sin que un macho alfa ande cuidándolas celosamente.

Pareja de las cavernas

Entonces, si hoy en día no constituye un peligro acercarse a una mujer que nos gusta ¿qué podemos hacer con esa ansiedad, con ese miedo que nos invade cada vez que pensamos en hablarle? Nada. Con ese miedo y esa ansiedad no podemos hacer nada. Esas emociones primarias son una carga genética que llevamos desde que nacemos. Se trata de algo que, en su momento, constituyó una ventaja evolutiva.  Si no hubiese existido ese miedo en nuestra especie, es posible que no estuviésemos hoy acá. No podemos evitarlo, como tampoco podemos impedir otras emociones primarias como el amor, el miedo, la ira, el deseo, etc. Lo que sí podemos hacer es aprender a convivir con estas emociones, mantenerlas bajo cierto control y no dejar que nos gobiernen.

Actuar para ganar, la regla de los tres segundos

No podemos evitar que el miedo o la ansiedad estén, pero sí podemos evitar que crezca si sabemos reconocerlo a tiempo. Supongamos que vemos a una mujer linda hablando con dos amigas. Pensamos en una frase para acercarnos pero… nos arrepentimos. Creemos que es mejor pensar otra frase, la primera que se nos ocurrió no era adecuada. Ella ya sabe que la vimos, sigue tranquila con sus amigas y nosotros cada vez más ansiosos. Muchos hombres pasan toda la noche así: mirando a la mujer linda o a varias de ellas y pensando en qué le dirían pero no lo hacen. Muchos otros se emborrachan para perder el miedo y lanzarse en estado etílico a la conquista. El resultado casi nunca es bueno.

La verdad es que no existe una frase mágica para levantarse a una mujer, así que pensar en qué decirle no tiene mucho sentido. Parece mucho mejor concentrarse en cómo decimos las cosas. No sirve esperar que el miedo se vaya, pues no se va a ir sino que, por el contrario, seguirá creciendo exponencialmente. La única forma de obtener un resultado, es actuar apenas comienza a aparecer el miedo e impedir, de ese modo, que se desarrolle. Es lo que en la ciencia de la seducción llamamos la “regla de los tres segundos”:

 

tres segundos

Si querés lograr algo y no dejar que la ansiedad te paralice, cuando veas a una mujer linda, comenzá en menos de tres segundos la interacción con ella o con sus amigas. Este primer paso es fundamental. Actuar en menos de tres segundos impide que la ansiedad domine nuestro comportamiento.

 

En definitiva, se trata de no cavarse la tumba uno mismo. Salir a mirar mujeres y esperar que suceda un milagro como que ella nos hable o que desaparezca la ansiedad para hablarle, no sirve de nada. Emborracharse para tomar coraje, no es recomendable. Lo más eficaz es actuar siempre en menos de tres segundos apenas vemos a una mujer que nos interese. Sin embargo, sabemos que ese es solo el principio y es probable es que ahora mismo estés pensando: “Ok, perfecto: en menos de tres segundos tengo que decirle algo, pero… ¿y cómo empiezo la interacción?” Ese será el tema de nuestra próxima columna.

 

*Martin Rieznik es director de LevantArt, escuela de seducción, y autor del libro “El juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”  Editorial Dibuks, Bs As, 2013.

EL juego de la Seduccion WEB

 

¿Estás teniendo el sexo que necesitás?

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Por Martín Rieznik *

 

Todo lo hecho por amor está más allá del bien y del mal

Friedrich Nietzsche

En Una teoría sobre la motivación humana (1943), Abraham Maslow  sostiene que son pocas las necesidades humanas básicas: la salud, respirar, beber agua, dormir, comer, ir al baño y… tener relaciones sexuales! Es decir que la seducción y el sexo nunca fueron actos puramente recreativos, sino más bien necesidades trascendentales. Que quede claro, ninguno de nuestros ancestros murió virgen. Los genes de aquellos que no fueron capaces de seducir al sexo opuesto, se extinguieron de la faz de la tierra.

maslow

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