Los fotógrafos del siglo XIX

 

La historia de la fotografía mexicana en el siglo XIX es poco conocida, es una imagen borrosa, un espacio poco explorado aunque se encuentran las investigaciones de Francisco Montellanos sobre Charles B. Waite; la obra de Patricia Massé sobre el estudio Cruces y Campa y el trabajo de Arturo Aguilar sobre el Imperio de Maximiliano.

Era una época en la que las novedades tecnológicas llegaban rapidísimo; el descubrimiento del daguerrotipo, en Francia, ocurre en 1839, pero ya para diciembre de ese mismo año se encuentran los primeros registros tomados en Veracruz y en la catedral Metropolitana del DF. Éstas imágenes se encontraron tiempo después en Rochester. Esto significa que el génesis de la fotografía mexicana arranca pocos meses después del descubrimiento de Louis Daguerre, en 1839, quien inventa el daguerrotipo, un objeto con un positivo y un negativo a la vez y donde las imágenes quedan atrapadas en una placa de cobre cubierta con plata bruñida, parecido a un espejo. Será hasta los años 60 cuando en papel se comenzarán a imprimir las primeras imágenes.

Los hermanos Julio, Guillermo y Ricardo Valleto abrieron su estudio fotográfico en 1865 en la calle Plateros -ahora Madero- del Centro. Eran tiempos en los que el poder político lo tenía el emperador Maximiliano de Habsburgo. Ellos nacen en los años 40, una fecha convulsa en la historia de ese país; viven la invasión norteamericana en 1847, la guerra entre liberales y conservadores, la guerra civil, la invasión francesa, todo el porfirismo con el que también al asomarse la revolución. La casa fotográfica permaneció abierta durante 50 años.

Hay que recordar que la fotografía de estudio del siglo XIX tiene una poderosa carga teatral: telón, manejo de unificación virtual, objetos que forman parte de la representación, como son la pose de los personajes, el vestuario y un director de escena, que en este caso es el fotógrafo. Allí está el nexo. Los hermanos llevaron el arte escénico a la fotografía de manera muy exitosa aunque no hayan sido los únicos en haberla referenciado. Tenían una relación próxima y cotidiana con el teatro lo cual se refleja en sus imágenes ya que fueron hijos de un actor español que vino a México en los años 30. Resulta sorprendente su llegada porque en esa época hay leyes para expulsar a los españoles. Y, es justamente extraño que, en ese periodo independista y antiespañol, en ese ambiente social, un hispano buscara vivir en el país.

En sus retratos emulaban a la pintura de retrato de gente influyente y adinerada; copiaban las representaciones pictóricas de las cortes con sus reyes y princesas, porque las burguesías buscaban imitar a la aristocracia europea y a sus códigos. Por ejemplo, una mujer de clase alta quería un retrato como la moda fotográfica dictaba desde París y eso lo podían hacer los hermanos Valleto y hasta mejor. Por supuesto no se trata de sólo imitación o colonialismo cultural. Es una forma de pertenecer a la Modernidad, de tener una adscripción a la vanguardia. Aunque predominaba este tipo de trabajo otros le dedicaron más tiempo al paisaje, la estereoscopia (una especie de new master de otros lugares del mundo; otra forma de conocer otros sitios a los cuales no se podía uno trasladar muy fácil), el fotoperiodismo, la fotografía publicitaria o la científica. Ahora casi ha desaparecido la totalidad del archivo Valleto, los que sobreviven se encuentran en manos de coleccionistas privados.

Papasquiaro: un indomable de las letras chilangas

De lo profundo del drenaje profundo de la literatura chilanga ha regresado Mario Santiago Papasquiaro; el río de aguas negras de la letras lo han devuelto a la superficie, lanzado hacia afuera de la piel de la ballena. Las constelaciones desde aquí no parecían sino microbios voladores, dice en uno de los poemas reunidos en Arte & Basura, compilación a cargo de Luis Felipe Fabre (Almadía, 2012).

Moriré sorbiendo pulque de ajo
haciendo piruetas de Cirquera. 

Luces de neón. Cigarrillos. Alcohol. Letras desveladas. Caminatas por la calle Bucareli y viejas casonas aledañas a un Monumento de la Revolución que aún no significan nada para los habitantes de esta desahuciada ciudad. Arte y basura. Recuerdos escritos sobre papel de estraza de los tacos para romper la monotonía de la muerte con unas líneas así:

There is a revolution going on in our skins: todavía puedo leer a Darío leyendo Auden, Lewis Carroll, Marqués de Sade, paseándose como la Divina de Genet por las azoteas, los subterráneos de la preparatoria 1.

Para José Alfredo Zendejas, su nombre de pila, las únicas dos familias galácticas son los Flores Magón y los Revueltas, de ahí viene el Santiago Papasquiaro, lugar donde nacieron José y Silvestre. El chileno Roberto Bolaño, su amigo, lo volvió uno de los personajes de su novela Los detectives salvajes con el nombre de Ulises Lima. “Escribió en un momento en que las cosas aparentemente estaban más claras; en tiempos en los que había una institución literaria y los marginales. Una de las cosas que se le achacan a la poesía mexicana es que le falte calle. En los años 90 los autores sudamericanos criticaban a los poetas mexicanos jóvenes de que en sus textos les faltaba calle, que parecía que todo sucedía en el Edén, Olimpo, Topus Uranus, pero no conocían a Mario Santiago, con quien te das cuenta que a las letras locales no les falta calle. Mezcla el lenguaje popular con el de las vanguardias”, dice Luis Felipe Fabre.

Papasquiaro se asumió marginal (cuando la palabra aún significaba algo) de tiempo completo; adoptó una postura contestaría que llevó hasta las últimas consecuencias. Este halo de lumpen ha sido también una capa de sus seguidores, donde es un poeta de culto, quienes impiden que sus letras lleguen a ámbitos que no sea la tradición del Infrarrealismo.

¿Pero qué es el Real Visceralismo? Nació en la casa del chileno Bruno Montané en 1976 en la ciudad de México. Bolaño lo define así: “lo que molestaba mucho al estatus de la literatura mexicana de la época era que no estábamos con una mafia, ningún grupo de poder. En la literatura mexicana siempre ha habido parcelas con señores de guerra y sus samuráis. Nosotros no estábamos con ninguno. No estábamos con la izquierda, una izquierda stalinista, dogmática, dirigista, bueno, una izquierda espantosa, vaya. Ni con derecha exquisita que de exquisitez no tenía nada, era una exquisitez llena de polvo. No estábamos con los vanguardistas, a quienes lo único que les interesaba era ganar dinero y además hacían vanguardia piramidal hacia mucho tiempo atrás”. La cita es del libro El hijo de míster playa. Una semblanza de Roberto Bolaño, de Mónica Maristáin (Almadía).

Aun antes de nacer
huelo el milagro de ser 1 hijo real de esta caída
Los oráculos La Prensa, Alarma, Historia Semanal
Son las únicas tres patas de mi epiléptico pesebre
Que nada como gargajo de los dipos
Entre las sombras-matadero del Canal
Chilango de verdad
:zopilotito: dentro de nuestra santísima chiripa.

 

Arte & Basura más que una nueva reunión de poemas es una puesta en escena de los textos descartados por la antología realizada por la viuda de Papasquiaro, Rebeca López García y el escritor Mario Raúl Guzmán en Jeta de Santo (FCE, 2008). Es más, es todo aquello que fue descartado, pero que tiene gran importancia porque el tono de su escritura es más vitalista que estética al tratarse de un outsider que escribía sobre lo que tenía en la mano y a la mano. “La fuerza está en esa fuerza continúa que se niega a domesticarse en una obra maestra. Es una obra en continúa formación”, puntualiza Fabre desde la una silla incómoda de la cafelibrería de una zona no-lumpen de la metrópoli, alejada de las colonias donde el poeta maldito caminó: Tlatelolco, Peralvillo, Tepito. La Periferia. Como su vida.

iPhonografía

 

 

La ciudad de México cabe en un teléfono celular, o mejor dicho, los smartphones capturan fragmentos visuales al Distrito Federal y los exhiben como trofeos en las redes sociales. Jacob Bañuelos (@jacobisrael), director de la maestría en Comunicación del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México, y uno de los teóricos sobre la iPhonografía defiende que este celular inteligente vino a cambiar nuestra forma de entender la fotografía, gracias a las cientos de aplicaciones especiales el aparato de Apple, ya que su plataforma hace que no sólo sea una simple cámara sino un laboratorio móvil.

 

La iPhonografia es el “arte” de sacar fotos con el iPhone y modificarlas sólo con las aplicaciones del teléfono; esto se puede lograr, de momento, sólo con este smartphone ya que otros no cuentan con la tecnología ni aplicaciones para igualar la calidad de los registros de este celular. En estos momentos se encuentra en proceso la construcción de un mapa visual de la ciudad de México que se almacena y se difunde a través de las redes sociales como Instagram o Flickr. Cientos de personas se han sumado a la iPhonografia y salen a fotografiar calles, edificios y personas.

 

Señala Bañuelos, quien además está a punto de sacar su libro sobre la iPhotografía que ahora el teléfono inteligente ya es una prótesis del cuerpo humano, nuestra conexión con el mundo físico y virtual; una brújula que, gracias a sus cámaras, vuelve más disfrutable la ciudad, porque nos reencontramos con ese universo de concreto, de ruidos, personas y vehículos que antes nos parecían ajenos, difusos y poco interesantes. De acuerdo con el teórico de la iPhonografia no falta mucho para que veamos en el Distrito Federal a personas que se implanten un iPhone en la cabeza, como ya sucedió con Waafa Bilal, un profesor de la Universidad de Nueva York que se hizo instalar una cámara en la parte posterior de la cabeza.

 

Si bien es cierto que Google Earth ha logrado capturar a toda la ciudad de México con un software, no ha logrado completar el mapamundi ya que sus imágenes son planas, sin emoción y sin detalle, pues como dice Susan Sontag, la verdadera fotografía está en los pequeños fragmentos de realidad.

El silencio, lo más preciado en la ciudad de México

atmósfera jurásica
La ciudad de México seguro que es uno de los lugares más ruidosos del mundo, pero dentro de su burbuja sónica cuenta con algunos resquicios para escapar de la histeria que genera tanto escándalo. Uno de ellos se encuentra en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el llamado Espacio Escultórico, la reserva ecológica más importante que tiene la metrópoli. Su rico ecosistema tiene especies animales y vegetales únicas en el planeta por su clima y suelo volcánico. Cuando los transeúntes se introducen en esa capa geológica el ruido de los automotores deja de proyectarse por el espacio. El silencio pasea sobre las piedras volcánicas del  Xitle [ombligo, en náhuatl] un volcán muerto que hizo erupción hace 2400 años y su lava cubrió parte del territorio de las delegaciones TlalpanCoyoacán y Magdalena Contreras.

 

incluso, mi corazón

La industrialización cada vez nos aleja más del contacto con la naturaleza; el avance asfáltico de la ciudad lo devora todo. Nuestras áreas verdes se limitan a zonas de un metro cuadrado. Resulta evidente que nos gangrena la enfermedad de la ciudadneurosis por la saturación de ruido; paranoia por el miedo que promueven los medios; esquizofrenia por una falta de identidad que se disuelve entre millones de personas que echan a andar el motor de un Distrito Federal que muestra su faceta más decadente atrás de gigantes edificios. Una enfermedad de asfalto, vehículos, muros, miradas de odio y desesperanza. Aquí no hay tiempo para nada, de hecho son pocos los que se dan tiempo ante las ocupaciones de la mente contemporánea dedicada a “cosas más importantes”: la televisión, la virtualidad, el fetichismo por los objetos de plástico y el vacío. Nuestros pensamientos se enferman en la bruma de ruido e imágenes. La ciudad nunca se olvida de su batalla contra la naturaleza. Por eso, el Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM, en Ciudad Universitaria, es una cápsula de curación, una isla en el archipiélago del smog y un buen pretexto para desconectarse de internet.

Apps, para cuidarse en una ciudad peligrosa

Xabier Pérez (País Vaco, 1984) le alertaron en Europa que la Ciudad de México era un campo de guerra, un entorno hostil y muy peligroso si pensaba radicar en ella, por eso se puso a trabajar en una plataforma virtual que guiara a los extranjeros o visitantes por los lugares no-violentos o sin altos índices de robos o secuestros. Así fue como construyó SureDF,  una página basada en la realidad aumentada con datos oficiales proporcionados por la Secretaría de Seguridad Pública capitalina y la Procuraduría de Justicia local en 2010 y que terminó en septiembre de 2011.

 

 

Relata que cuando llegó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México “me asusté mucho al ver encendidas la mayoría de las sirenas de las patrullas; de donde vengo sólo las prenden en momentos de emergencia. Con el paso de los meses me fui acoplando a la vida cotidiana y me di cuenta que me habían mentido en España: los capitalinos no te asaltan en las calles ni las calles son un campo de guerra“.  Es por eso que SureDF tiene como objetivo brindar información a los extranjeros o visitantes una guía para recorrer la NeoTenochtitlán sin problemas.

 

 

SureDF basa su operatividad en Layar, un navegador para Realidad Aumentada que recopila toda la información disponible sobre entornos no virtuales y muestra a los usuarios datos históricos, oficiales y comentarios de los internautas. Lo que al principio sirvió como referencia con el paso del tiempo se transformó en algo no preciso: los datos que daban la SSP-DF y la PGJDF no tenían la exactitud que requiere un caminante, sus datos eran muy generales y no detallaban qué calles eran las zonas de peligro por lo que poco a poco fueron sustituidas por los comentarios de amigos y  usuarios que alertaban no sólo las colonias y delegaciones con índices delictivos por tomar en cuenta.

 

 

“Eso es lo que ahora me interesa: que los cibernautas realicen un mapa colaborativo de zonas inseguras; los de las autoridades son muy generales, por lo tanto poco precisas. SureDF busca la especificidad para ser una herramienta de ayuda para la gente”.  El nuevo modelo de vigilancia de la ciudad, creado por el secretario de Seguridad Pública, Manuel Mondragón, consiste en dividir al Distrito Federal en 865 cuadrantes que cuentan con un jefe cada uno que supuestamente debía presentarse con cada uno de los vecinos para fortalecer la figura del policía de barrio en los 75 sectores de las 15 regiones de seguridad que hay en la metrópoli.

 

 

Ante el éxito de esta plataforma de PlaceMaking,  Xabier Pérez prepara la segunda versión de este programa que no cuenta con aplicación para smartphone para convertirla en un espacio colaborativo donde los usuarios podrán crear el  mapa delictivo de cada una de las calles, colonias, pero que no sólo será el mapamundi del delito sino una agenda de actividades culturales y turísticas por lo que ya buscan entablar convenios con los gobiernos del DF y Querétaro. Para consultarlo desde el móvil hay que descargar la capa de realidad aumentada que sureDF tiene en Layar;  en Twitter lo encuentran como @SureDF.

 

 ciudadmonstrvo.wordpress.com

De cuando los cines porno se resisten a morir

 

Desde que hay internet y dispositivos móviles conectados a internet la pornografía se masificó, pero a la vez se individualizó. Ya no necesitas conectar aparatos a tu pantalla de tv o ir a los cines tres equis para ver películas, bueno, ya no es indispensable. En la ciudad de México hay algunas salas que ofrecen programación para adultos para todos aquellos nostálgicos de la pantalla grande… que además quieran ligar.

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Alfredo Vilchis, el cronista del inframundo urbano

 

La frase “soy ateo gracias a Dios” describe muy bien el pensamiento contemporáneo. Prevalece en el ambiente la sensación de un secularismo, aunque hay ciertas situaciones que fracturan esta visión, cosas que le muestran a la mente un filamento divino (por decirlo de una forma conocida) que contradice lo que Darwin y sus alumnos se han empeñado en enseñar: que no hay ningún ser todopoderoso detrás de los objetos, sólo evolución. Alfredo Vilchis (DF, 1960) no busca contradecir los argumentos racionalistas; sus exvotos son crónicas de lo milagroso y la fe.

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Placemaking, seguridad y realidad aumentada

A Xabier Pérez (País Vaco, 1984) le alertaron en Europa que la Ciudad de México era un campo de guerra, un entorno hostil y muy peligroso si pensaba radicar en ella, por eso se puso a trabajar en una plataforma virtual que guiara a los extranjeros o visitantes por los lugares no-violentos o sin altos índices de robos o secuestros. Así fue como construyó SureDF,  una página basada en la realidad aumentada con datos oficiales proporcionados por la Secretaría de Seguridad Pública capitalina y la Procuraduría de Justicia local en 2010 y que terminó en septiembre de 2011.

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