¿Nuestros hijos se portan mal?

#SerMadres
Foto: Kambrosis

Foto: Kambrosis

¿Qué es portarse mal? Le pedí a varios de mis amigos con hijos de entre 3 y 5 años que les preguntaran a los chicos justamente esto: ¿qué es portarse mal? Las respuestas fueron diversas (cruzar la calle, pegar, gritar) pero todas tenían algo en común: antes que nada todos mencionaron algo del estilo “cuando me retás”. El acto de portarse mal y la verdadera causa se desdibujaban, y lo que cobraba real importancia era el reto en sí mismo, la mirada adulta.

Me hizo pensar hasta qué punto nosotros condicionamos a los chicos. ¿No les pasó estar en un lugar público y que los miren con desaprobación por algo? La misma acción cambia el sentido según quién la mire. Por ejemplo, mi nene es muy sociable, se acerca a la gente, le sonríe, si consigue quórum se lleva a alguien de la mano (sí, a veces se puede tornar un poco denso, OK). Según quién esté del otro lado, esto se convierte en un problema o no. A veces me encuentro con una mesa llena de señoras paquetísimas que lo miran sonriendo, incómodas, con esa típica sonrisa de “todo muy lindo querida pero sacame al chiquito de encima porque molesta”. Y otras veces la sonrisa es genuina, es de un abuelo simpático, una mamá copada o un chico con mucha paciencia que le hablan con respeto y se alegran de tener un visitante inesperado.

Y nosotras como mamás… ¿cuántas veces nos encontramos enojadas por un comportamiento que no es malo en sí? Tal vez nos descoloca, nos incomoda en ese momento, pero ni merece demasiada atención. ¿Esa sonrisa pícara es un “desafío a nuestra autoridad” o simplemente algo les parece gracioso? ¿Están “desobedeciendo” o están jugando? A veces está bueno partir de la base de que un comportamiento poco adecuado tampoco es “malo”. Aunque corran como indios salvajes de una película del Lejano Oeste, para eso son chicos. ¿Eso es ser permisiva? Si me preguntan mí no. Un poquito de tolerancia extra a veces nos hace la vida más fácil a todos y ayuda a desdramatizar el día a día. Es como esa frase que dice “elegí tus batallas”. ¡Una madre mentalmente equilibrada vale por dos! ¿Ustedes qué piensan?