¿Acaso soy tu esclava?

#SerMadres

si mama no es feliz

¡Si habremos escuchado de nuestras madres alguna frase de este tipo! “Claaaaro, dejá todo tirado en el comedor, total, ¿quién ordena? ¡La esclava! Dormí hasta el mediodía, ¿quién se levanta a las 8 am para limpiar la casa y lavar una montaña de ropa? ¡La esclava! Comé en el sofá y dejá todo mugriento, ¿quién limpia el tapizado? ¡La esclava! Ahora capaz se ríen, pero solía ser un flagelo, una tortura, una exageración histérica. ¿Pero no se encontraron en algún momento diciendo o pensando frases parecidas?

Estaba en clase de pilates. Una compañera, mamá de dos nenas, llega indignada. Con esa indignación profunda que sólo otra madre puede entender. Su marido había llevado una hora tarde al colegio a una de las hijas por hacer algo que a ella le llevaba cuatro veces menos tiempo, y de rebote la casa había quedado patas para arriba. Su pregunta retórica, por supuesto, fue “¿total, quién viene atrás a ordenar?”, a lo que respondí con total seguridad: “la b****a”. Carcajadas generalizadas, todas entendimos el concepto.

Y es que es así: nos sentimos bastante burladas cuando todo el trabajo doméstico recae en nosotras. ¿Dónde dice que nos tenemos que ocupar de todo lo relacionado al hogar? Porque los hijos vienen con un bagaje importante. Como esos mails con un archivo adjunto pesadísimo que resulta ser un PowerPoint meloso que odiamos. Los nenes vienen con varios adjuntos: ropa sucia (mucha), pegotes de comida, paredes dibujadas, cuadernos y libros, juguetes tirados (en lugares insólitos), mochilas cada vez más grandes (miedo), migas de diversa procedencia y antigüedad, viandas, y una larga lista de etc. Ni hablemos de cuando van creciendo.

Tal vez sea simplemente esa sobreexigencia desmedida por tener la casa limpia y ordenada (culpemos a la revista Living), tal vez haya que olvidarse de tantos detalles (sí, hay gente que plancha las sábanas), seguramente haya que repartir más equitativamente las tareas de la casa y empezar a criar con más igualdad a varones y nenas… Sea como sea, me encantaría erradicar el estereotipo de #MadreEsclava del repertorio maternal.

¿Y a ustedes?