La vuelta al trabajo

#SerMadres
Anna Fisher, astronauta, en 1985. Fue la primera madre en llegar al espacio.

Anna Fisher, astronauta, en 1985. Fue la primera madre en llegar al espacio.

Tema sensible la vuelta al trabajo. Cuando todavía estaba de licencia por maternidad, hace poco menos de dos años, literalmente googleé algo como “volver al trabajo y dejar a mi bebé”. Necesitaba desesperadamente una fórmula mágica o un consejo celestial que me sacara de encima la angustia enorme que me generaba la sola idea de volver a trabajar. Y faltaban meses.

¿Qué descubrí? Que no existen fórmulas mágicas. Y descubrí que era injusto. Más bien reafirmé que todo el sistema en que vivimos es injusto. Un sistema que en la mayoría de los casos entra en franca oposición con nuestras necesidades y realidades familiares. Porque tener que dejar a un bebé de meses y pasar horas trabajando es (por lo menos) forzado. Pero es lo que nos toca a muchas.

Y acá le escribo a las que comparten esta visión y lo sienten de este modo. Sé que habrá casos en que algunas desean con toda su alma volver a trabajar o tienen el privilegio de poder compatibilizar todo sin tener que estar 9 u 11 horas fuera de su casa; todas las experiencias son válidas.

Yo, al menos, la primera semana me fui llorando. Una puérpera suelta en la ciudad. Título para una comedia dramática con muchos diálogos desopilantes en la cual una mujer (aparentemente de la nada) enloquece y llora por los rincones. Además estaba enojada: Yo, que siempre había renegado de la sensiblería. Yo, que era tan autosuficiente y profesional. Bueno, esa yo (o mejor dicho, otra) se fue llorando camino al subte durante días y pasó meses incómoda en su propia piel, sintiendo que le faltaba algo.

Si hay un modo de sentirse distinto, no lo encontré. No creo que el problema seamos nosotras. Más bien es un mundo donde no hay demasiada cabida para lo que no sea económicamente productivo. Un mundo hecho a la medida del adulto trabajador/consumidor. Un mundo donde las mujeres y madres podemos ser muy incomprendidas.

Sea como sea, no es fácil pero lo logramos. Como logramos tantas cosas en nuestra cotidianidad. Probablemente sean triunfos invisibles a los ojos de otros, pero para nosotras son batallas ganadas. Y al final del día, cuando volvemos a casa y abrazamos a nuestros hijos, sentimos que todo valió la pena.