Jugar como chicos

#SerMadres
Octavio en la playa

Octavio en la playa

En julio estuve en Villa Gesell con mi hijo Octavio. Salimos a pasear por la playa desierta y encontramos unos juegos. Me animé y me subí a jugar con él.

Hacía mucho tiempo que no sentía una libertad parecida. Después vinieron más chicos y me invitaron a jugar. Por un ratito, fui una más. Hasta que, por supuesto, hice un tremendo papelón tirándome del tobogán y cayendo tan pero tan mal que terminé doblada en la arena. Los chicos se rieron tanto que igual valió la pena.

En una entrevista que hice hace un tiempo (acá) la psicóloga Daniela Ferazzini me decía: “mi intención es resaltar la necesidad indispensable de que un niño juegue por puro placer, sin ningún otro objetivo o meta que el mismo jugar.” ¿Los adultos no necesitaremos un poco lo mismo a veces?

Ella coordina un taller de juego terapéutico y contaba que a muchos padres se les dificulta jugar. Incluso algunos dicen no saber cómo hacerlo. “Pero la respuesta está en los niños. ¡Ellos saben bien cómo jugar! Lo principal es soportar el vértigo del dejarse llevar”. El juego es liberador. Nos permite ser, decir y hacer lo que queramos.

¿Y ustedes? ¿Cuándo fue la última vez que se tiraron de un tobogán?