La acción como salida a los problemas

En nuestro país la psicología está por todos lados. Se presenta  en televisión, revistas, diarios, internet. Todo esto tiene un costado muy positivo: la gente ya sabe que esa herramienta existe y que está comprobada su eficacia, que ayuda, que suma y que -muy a menudo- salva vidas humanas, muchas. Pero también, la excesiva presencia de la psicología o el psicoanálisis en nuestra sociedad ha generado algo curioso. Les cuento: la vez pasada yo le decía a una persona algo así:  - vos has pasado por varios psicólogos y teorías; ya tenés una vastísima idea de los condicionamientos que te ha impuesto tu historia familiar. Ya sabes, en líneas generales, la subtrama de muchos de tus síntomas y angustias. También comprendiste a muchos de tus enemigos internos: es hora de empezar a vivir.

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Gustavo Cerati: se fue el último romántico, el delator de emociones

Compatriotas: se fue uno de los tipos más talentosos que ha dado la Argentina, y uno de los últimos románticos. Porque de eso se trata: Gustavo fue un tipo que le cantó al amor, casi exclusivamente diría. El amor, los vínculos de pareja, eran su tema. En sus  canciones, en sus refinadas melodías, encontramos un  complejo universo de matices emocionales como pocas veces ha sido mostrado. Creo que ese es el secreto del por qué su obra ha calado tan profundo en el corazón de las masas. Y algo no menor: lo que decía… se entendía. No necesitaba hacerse el sofisticado o usar palabras o metáforas raras para trasmitir las contiendas del alma humana. Porque, queridos lectores ¿qué más importante que el amor? Nada. Este es el tema de la gente, todo parte de allí.  Y digo esto sin desconocer y  teniendo en cuenta los sufrimientos y desventuras que los seres humanos transitamos en la experiencia de amar. Nada es ideal. Pero lo que ocurre allí, es el gran tema de la humanidad.

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La tiranía del “estar bien”

Hay que estar bien, “pum para arriba”, para adelante ¿hay dolor? hay que extirparlo ¿hay angustia?  ¡Fuera! ¡Es tóxica! ¡Metete psicofármacos! Salí a aturdirte a algún bar, intoxícate. Ponete a hablar sin parar, mirate 400 series, hasta la ceguera.  A ver: “tenes que estar bien” ¡La vida es para disfrutar hermanito!… ¡No- te- ha- gas-dra-ma! ¿Problemas sexuales? No te plantees nada, tomate un Viagra y fue.  ¿Esas mal con tu cuerpo? Operate, inyectate algo: rápido, todo al toque. Nada de tomarte en trabajo un  año en el gimnasio o modificando tu dieta. La vida pasa ¡HAY QUE VIVIR A FULL!.. Stop, pongámonos a pensar un poco en el sentido de todo.

El nuevo imperativo social, el nuevo mandato: la nueva tiranía social es tener que sentirte bien, a cualquier costo. Por supuesto no  todo el mundo compra o entra en esto; pero sí vemos que es una tendencia que aumenta. No hay tiempo para trabajar con uno, estamos enfermos de tiempo, de ansiedad (la ansiedad es una patología del tiempo, es querer ir más rápido que él). Cada vez veo más intolerancia al sufrimiento, a las frustraciones lógicas de la vida: frente a los primeros conflictos de pareja, o laborales, o lo que sea…se rompen los vínculos, no se tolera nada, o  “estamos bien o no estemos” como si habría que sacarse de encima lo antes posible aquello que es fuente de conflictos.

Donde hay seres humanos hay problemas. Donde hay amor y pasión, hay líos…tensiones, desamparo, fragilidades de los dos lados. En el mundo del trabajo hay combates y objetivos, y estrés; con los hijos hay angustias y grandes satisfacciones…es decir: creo que hay de bajar los ideales de lo que “es la vida” porque si no, o “es eso ideal”… o “todo es poco”, todo es nada, y ante las primeras frustraciones o diferencias… rompemos  vínculos y relaciones. No olvidemos que en las búsquedas desenfrenadas de los ideales, se gestan grandes patologías: ideal de cuerpo, de querer hijos perfectos, novios perfectos, de  estatus social, de libertad, de lo que te da el dinero…etc. La vida es el arte de lo posible; no propongo que aceptemos el sufrimiento y nos entreguemos: solo digo que en nuestra existencia no  todo es pasarla bien y  hacer lo que se quiere en cada momento y ya. Por ejemplo: ser padres responsables es entender que ciertas  responsabilidades como padres están por sobre nuestros intereses narcisisticos. Por supuesto que hay que  buscar  un equilibrio, pero siempre, en definitiva, y en determinadas situaciones, es la responsabilidad lo que ordena  la cosa, luego sí: todo lo demás. En el trabajo, en el amor ¿por qué no? el amor es  -también – trabajo, creatividad, construcción, proyectos.

Lo que quiero decir es que hay que bajar un poco las exigencias para con nosotros y para con “los otros” que nos rodean. Somos humanos, estamos transitando una experiencia que es vivir  y  – vivir-  tiene cosas buenas y malas. Yo creo que, naturalmente y más allá de estas ideas que comparto con ustedes, vivir es una experiencia predominantemente muy buena.  Cada vez me encuentro más diciéndole a mis pacientes cosas como estas: “tranquilo, no te exijas tanto, la vida es compleja, no le exijas tanto a los otros, ni a la realidad, pues ella es lo que es, tenés  que adaptarte a algunas cosas e intentar modificar otras,   tranquilo, casi nada es tan grave”.

Las personas tenemos naturalmente un enorme abanico de estados de ánimo, buenos y malos, los trabajamos, buscamos el bienestar, un equilibrio pero,  ojo: esa búsqueda puede volverse algo muy tiránico e interminable…y puede derivar en una búsqueda delirante y angustiosa de algo inexistente… ideal. Propongo que a los ideales, que a veces los tocamos de  cerca ¿por qué no? los llamemos IRREALES. Los ideales nos dan fuerza, son  motivadores: aspiramos a ellos y, bien tomados, nos hacen mejores personas o mejores en lo que hacemos.  Por supuesto que muchas veces en la vida sentimos tocarlos, nos sentimos plenos con muchas situaciones, pero pretender más que eso…mal camino para la vida mundana. Todo esto que he escrito, quizá, son  obviedades: pero ustedes no saben la cantidad de gente que está atrapada en este nuevo mandato de aturdirse y buscar más…y más, dejando  incluso a veces…la vida misma en el camino.

Los 3 motivos más frecuentes de consulta

 

MOTIVOS

En el “Ranking de los 40 principales” en los motivos de consulta que nos hacen a los psicólogos, sin duda que el tema que más suena se llama “Los Problemas del Amor” (¿Parece el titulo de una canción de Arjona verdad?) Ese  es el que más se escucha, es el Puesto número 1.  Gana por goleada en relación a lo que motoriza a la gente a consultar. El amor es algo complejo para todo el mundo, es lo mejor  que se puede vivenciar,  lo que da más placer y felicidad, pero también, a veces,  es una fuente de  sufrimiento. Es lógico, se ponen  en juego muchas cosas; toda nuestra historia de cómo fuimos amados, se juega lo que observábamos cuando niños  entre nuestros padres (o sustitutos de ellos), de cómo vivían el amor, en fin. Por más bien que eso marche en un sujeto, en los conflictos del amor siempre “va la vida” ( “Va la Vida”, otro tema para Arjona”) así se experimenta el asunto, siempre es medio trágico ese mundo.

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