Iniciar una conversación fluida con una mujer que no nos conoce puede ser complicado si no tenemos en cuenta determinados factores. Como ya vimos, las mujeres atractivas están socialmente más demandadas que los hombres. Por ende, su valor social es más alto. Es una realidad con la que debemos lidiar: ellas reciben constantemente propuestas sexuales, nosotros no. Si tenemos esto en cuenta, basaremos nuestras técnicas de seducción en anticipar el pensamiento femenino; buscaremos ponernos en su lugar y estar siempre un paso adelante. ¿Qué es lo primero que piensa una mujer cuando se le acerca un hombre que no conoce para hablarle? Lo resumiremos en tres preguntas que circulan por su cabeza cuando esto sucede: “¿Otro más? ¿Qué quiere? ¿Cuánto tiempo va a estar aquí?”
Si somos “uno más”, automáticamente nos descartará. Si demostramos interés sexual en las primeras frases de la interacción, también quedaremos rápidamente fuera del juego. Si damos a entender que pretendemos quedarnos mucho tiempo, sin duda se preguntará “¿Cómo me lo saco de encima?”.
Sin embargo, con algunos recursos bien utilizados es muy fácil lograr que, en escasos segundos, sean ellas quienes deseen nuestra compañía.
No podemos ni queremos ser “uno más”, así que debemos buscar la forma de aproximarnos y resaltar rápidamente. No es difícil, porque la mayor parte de los hombres dice casi siempre lo mismo. Quizás cambien las palabras, pero en esencia siempre comunican “soy uno más y ¡quiero algo con vos!”.
Éstas son algunas de las frases más típicas que se utilizan para transmitir ese mensaje estéril:
–¿Cómo te llamás?
–¿Nos conocemos?
–¿Estás sola?
–¿Tenés novio?
–¿Vamos a tomar algo?
–¡Me enamoré!
–Sos hermosa, qué lindos ojos tenés.
Son frases hechas que las mujeres escuchan una y otra vez en una noche cualquiera. Más allá de las variantes formales, en la cabeza de ellas se traducen todas con un simple: “Me calentás, ¿querés tener sexo conmigo?”. Dado que reciben decenas de aperturas de este tipo por noche, en el 99% de los casos no les importará quién las emita: el rechazo será la respuesta automática, casi como un acto reflejo. Si nos acercamos con un “¿Estás sola?” o, peor, con un nefasto “¡Qué lindos ojos tenés!”, sin duda seremos uno más entre el montón de hombres necesitados de sexo. Y una mujer no puede decir que sí a todos los que quieren algo con ella. Entonces, a los que se acerquen con el mismo cuento de siempre, los descartará de inmediato. Pero bastará con que llegue uno con algo diferente, para que obtenga de inmediato una oportunidad.
Volvamos a la cabeza de la mujer. Si bien casi todas ellas reciben propuestas sexuales constantemente, la gran mayoría se queja de que los hombres interesantes escasean. Si no comprendemos esto, no entenderemos en absoluto a las mujeres; debemos recordarlo siempre al comienzo de una interacción. Para que una mujer (o un grupo de mujeres) acepte interactuar con nosotros y logremos evitar el rechazo inicial, tendremos que desactivar sus reflejos. No es tan difícil. Sólo debemos emitir las señales correctas en los primeros segundos de interacción, de modo tal que ellas sientan: a) que nuestro tiempo es muy valioso y nos quedaremos allí sólo en la medida en que ellas ganen nuestra atención, b) que no tenemos un interés sexual inmediato y c) que, por el contrario, hay una razón diferente y genuina que nos lleva a aproximamos.
Existen dos técnicas muy importantes que logran generar ese efecto en la mente femenina. Las aprenderemos con ejemplos clásicos pero, con el tiempo, cada uno deberá adecuarlas a su forma de ser.
La Falsa Limitación Temporal (FLT)
Para lograr nuestro primer objetivo, utilizaremos una técnica que fue sistematizada por primera vez en Venusian Arts1, el libro escrito por Mystery . En su forma más básica, la FLT puede reducirse a una sola frase: “Chicas, tengo un minuto…”. Con el tiempo, aprenderemos a comunicar esto físicamente, pero es bueno que practiquemos primero su forma verbal.
El objetivo de la FLT es desactivar el escudo de protección de las mujeres; que ellas estén dispuestas a iniciar una interacción. Si nos aproximamos diciendo: “Chicas, tengo dos horas para abordar un tema, ¿me ayudan?”, seremos descartados de inmediato. Nadie inicia una interacción con esa frase, pero casi todos generan una respuesta de rechazo cuando pronuncian cualquiera de las frases hechas que antes mencionamos (“¿Cómo te llamás?”, “¿Nos conocemos?”, etcétera). Quien lo hace, se muestra dispuesto a permanecer en ese lugar hasta lograr su objetivo sin importarle cuánto tiempo le demande y lo más probable es que, justamente por eso, sea descartado de inmediato.
La FLT comunica todo lo contrario: “Estoy de paso, en realidad me tengo que ir pero esto que estamos hablando me parece interesante”. Eso predispone mejor al grupo para escucharnos. Y al observar que las mujeres responden satisfactoriamente a nuestra frase inicial, sabremos que ya no somos “uno más” para ellas.
El opener
Con la FLT, comunicamos que nuestro tiempo también es valioso y que sólo estaremos con ellas siempre y cuando logren atraer nuestra atención. Ahora, debemos transmitirles los puntos b y c. Y eso haremos con el opener o abridor.
Ya hemos mencionado que en cualquier opener es fundamental no demostrar un interés sexual inmediato. Al iniciar una interacción, debemos salir del conjunto de los “desesperados por el sexo” y comenzar a revelarnos más bien como uno de esos hombres interesantes que escasean. Las preguntas situacionales, como “¿Dónde queda el baño?” o “¿Tienen fuego?” quizá habiliten un diálogo mínimo pero, en definitiva, no impedirán que sigamos siendo un “don nadie” para ellas. Para iniciar exitosamente una interacción, buscaremos openers que, unidos a la FLT, constituyan temas de conversación interesantes y que, a la vez, nos permitan mostrarnos tal cual somos y dar a conocer esas particularidades que nos hacen únicos y muestran nuestro VSR.
Existen decenas de openers “enlatados”, es decir, líneas de diálogo que se han probado como efectivas para iniciar una interacción con desconocidas. Aquí van algunas:
–Necesito una opinión femenina: ¿quién miente más, el hombre o la mujer?
–Ayúdenme con esto: ¿cómo le digo que no a una mujer sin lastimarla?
–¿Qué le regalarían a una mujer de XX años?
¿Por que estas técnicas resultan tan efectivas para empezar una conversación?
Como vimos en los cuatro openers que usamos como ejemplo, los temas que plantean justifican el hecho de que nos aproximemos a hablar con una o varias mujeres. Son tópicos para cuyo abordaje requerimos una visión del sexo femenino. Este tipo de opener se clasifica como “Abridor de opinión femenina”.
Ahora bien, hasta aquí logramos captar la atención del grupo: empezamos con una FLT seguida de un opener que despertó el interés de las mujeres. Nos hemos anticipado a ellas y pasado con éxito la primera etapa, cumpliendo las tres reglas fundamentales para comenzar una interacción:
1. No demostrar un interés sexual inmediato.
2. Exponer una razón genuina por la que nos aproximamos.
3. Transmitir la idea de que nuestro tiempo es valioso.
. Fragmento del libro “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”. Adaptado para INFOBAE.COM con autorización de la editorial Dibuks. Los primeros capítulos pueden descargarse gratis en la web de la editorial.
+ Información sobre el libro.