Todos nosotros vivimos enmarcados por un sistema de creencias que fuimos adquiriendo a lo largo de nuestra formación como seres sociales: A través de nuestra familia, de nuestro diseño de crianza, a través del modelo educativo en las escuelas de las cuales participamos y, más adelante, a través del contexto social y polito-económico que difunden los medios de comunicación más activos.
La mayoría de las veces, no tomamos conciencia del fuerte impacto que provocan estas instituciones en nuestra vida y de cómo interfieren en la creación de nuestro propio pensamiento independiente.
Sentimos lo que nos enseñaron que debíamos sentir. Nos filtramos.
Y esto provoca una saturación mental, emocional y energética que nos aleja, cada vez más, de nuestra voz verdadera, de esa “parte que sabe”, de nuestras necesidades álmicas y de nuestro camino con corazón.
Porque, sabiamente, nuestra esencia no proviene de ningún molde y no se corresponde con ese mundo social al que, errónea y ferozmente, intentamos pertenecer. Tenemos terror de que nos vean tal cual somos, tenemos pánico de no encajar, de no ser aceptados. Pero ¿Aceptados por quién?
Aprendimos a sobre-adaptarnos, dejando de lado al Ser Verdadero. Pero ese Ser es extremadamente fuerte, sabio, sano, entero y amoroso. Ese Ser lucha, porque es un Guerrero de Luz que quiere evolucionar librando su propio Camino. Él sabe que es Medicina. Puja constantemente para emerger a la superficie y cuando es bloqueado (Por nuestra mente, nuestros prejuicios, nuestro miedo a diferenciarnos cuando nos olvidamos de que somos imbatiblemente únicos), se manifiesta creando un síntoma en nuestro cuerpo físico, mental o emocional afectando nuestro concepto de Salud. Nos crea un desequilibrio que puede ser una gripe, un sarpullido, un a anemia o un estado de mal humor constante o de terquedad excesiva, entre otras muchas otras posibilidades latentes.
Muchas veces, podemos observar en quienes nos rodean o incluso en nosotros mismos, que solo estando en situaciones límites o situaciones “bisagra” (Aquellas que nos permiten el trasladarnos a una nueva etapa) es que activamos las preguntas personales esenciales.
Aquellas preguntas acerca de nuestras creencias, de nuestras búsquedas vitales, de nuestra manera de relacionarlos con todas las creaciones.
Entonces, Hoy, te invito a preguntarte y a recordarte que no debes responderme a mí, que no debes responderles a tus padres, que no debes responderle a tu pareja o a tus compañeros de trabajo, ni tampoco a tu círculo de amigos.
Solo puedes responderte estas preguntas a través del viaje a tu propio corazón y, en consecuencia, al hacerlo solamente te estarás respondiendo a ti mismo.
¿En qué o en quién creo más allá de todas las cosas?
¿Cuáles son mis búsquedas vitales? (Y por búsquedas vitales, me refiero a aquello que sostiene cada una de tus acciones, tus movimientos de cada día, tus metas esenciales por las que intentas evolucionar).
¿Qué me mantiene inspirado?
¿Me siento así con frecuencia?
¿Hay algo que puedo hacer para experimentar en mi vida mayor inspiración?
¿Se puede sentir que sigo a mi corazón o que mis acciones se acomodan al entorno que frecuento a cada momento?
Relee la pregunta anterior. Respira lentamente y revisa el contenido de tu respuesta.
¿Fuiste sincero contigo mismo al responderla?
Aquí tienes espacio en blanco para re escribirla si así lo necesitaras.
También, tienes la posibilidad de comenzar Hoy una nueva manera de ver, de sentir, de comprender y de conectarte con la Vida. Porque hoy te has preguntado. Has reflexionado. Hoy te has respondido a ti mismo y a nadie más. Hoy te has permitido abrazarte tal y como eres en ese momento.
Y, a partir de ahora, estas preguntas resonarán en ti a cada momento, en cada nuevo emprendimiento, en cada nuevo vínculo que crees y en cada soledad introspectiva. Y al detenerte de esta manera para preguntarte y responderte, ya estás siendo más consciente, ya estas actualizando tu cosmovisión del mundo, pero sobre todo, ya estas siendo más fiel a ti mismo.
Que podamos conectarnos con nuestro camino del corazón y con el Fuego encendido en el centro del Gran Circulo que ocupamos entre todos los seres de esta tierra. Que el Gran Misterio sostenga nuestros rezos y nuestros pasos. Que encontremos la armonía y la impecabilidad para ser quien verdaderamente somos en el amor y en el respeto de todas las creaciones y de todo lo que vive. Todo está cantando adentro tuyo. Y tú cantas en todas las cosas.
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