66. Los escurridizos

#AmoresTóxicos

Hay una especie especial específica de caballeros conocida con el nombre de escurridizos, del latín nocompromisum, más conocidos por los “sí pero no”. Hombres gentiles y de buen humor que van prometiendo con pequeños actos, barriles de eternidad para las muchachas desprevenidas. Tienen el don de la seducción a flor de piel, son encantadoramente espontáneos y no necesitan ninguna estrategia; esos artilugios se los dejamos a los feos que son los que aportan las grandes ideas al Manual de Estrategias de Levante y Abandono. Saben cuándo victimizarse al encontrarse con un alma maternal o hacerse los héroes cuando una personalidad apocopada se presenta ante sus labios. Calculan cuándo sonreír y en qué momento pegar el zarpazo.

Suelen tener muchos amigos ya que sus armas de seducción no entienden de discriminación, son el sobrino preferido, el alumno buena onda y el primo consejero. Tienen la facilidad, por un desarrollado síndrome de hiperadaptación, de cambiar de discurso conforme se va desarrollando la trama. Leen el momento. Cuando están, están con todo, como si nunca se fueran a ir de tu lado, por eso las ausencias de los escurridizos son tan dolorosas y traicioneras.

Los huidizos están con el cuerpo pero no con la mente y mucho menos con el corazón. Les cuesta sostener la mirada y cambian de todo a cada rato: novias, ropa, autos, cortes de pelo, etc. Consideran que siempre hay algo mejor esperando por ellos, por eso no se conforman con nada, algo así como que las cosas en sus manos van perdiendo valor a medida que pasa el tiempo. Para ellos el amor es un fósforo.

Tienen con la madre una relación de amor y odio muy marcada aunque se sabe que el odio compensa y disimula el amor excesivo por esa mamma que suelen ser mujeres que no tuvieron fortuna con sus sucesivas parejas o que viven esclavizadas ad eternun por un marido ninguneador.

En el histérico estafador hablábamos de porqué Prometeo andaba robando fuegos por ahí y después dejaba pagando a más de uno y que el conquistador era el evangelizador de las desprevenidas, llevando la palabra del Supremo Amor a todos los rincones de tu corazón. Y que lo más importante era saber el axioma que al conquistador no se lo conquista, se lo descubre.

Escurrirse es desaparecer contra la corriente. Su arma secreta es auto inculparse ante el primer ceño fruncido; en el momento de dejarte se hacen cargo de todo: que no están preparados, que son muy jóvenes para comprometerse, que sufrieron un desengaño que les anestesió el corazón, que la hermana tiene problemas de alimentación y toda su familia está preocupada por eso. Que no quieren lastimarte!!! Como si el abandono no fuera la forma más cruel de andar hiriendo narcisismos. Que es mejor que se tomen un tiempo (me debo escribir sobre ese recurso empobrecido de pedirle al otro un tiempo como si estuviera jugando en los Chicago Bulls), que todo se suscitó de manera precipitada… -debemos denunciar públicamente en el muro de cada quién a las personas que utilizan terminología climatológica para defender lo indefendible-. Cuando tu pareja se transforma en un meteorólogo del amor es porque te está por meter una patada en el culo.

huidaEl carisma convierte al gambeteador emocional en impune. Vas decidida a enojarte y decirle todo lo que pensás de él, pero resulta que con dos piropitos, trescientos gramos de manipulación, medio litro de victimización y tres metros de frases edulcoradas, invierte el conflicto transformándose rápidamente en el indignado. ¿Qué le viste?

Muchas mujeres tienen el inútil desafío de querer cambiarlo y el certero final de no poder hacerlo, convénzanse que la principal fábrica de escurridizos empieza por ustedes. Nadie despliega plumas sin la mirada obscena de quien considera que su yo se fortalece frente a la figurita difícil.  Siempre somos lo que el otro nos habilita. No hay una errancia varonil que va por las calles buscando a sus ingenuas victimas para beber de su sangre pero seguramente  hay miles de almas omnipotentes que andan con sus gillettes buscando cheguevaras para convertirlos en luismigueles.

 Los 10 tips del escurridizo

  1. No te miran a los ojos.
  2. Te prometen cosas desproporcionadas.
  3. Durante la primer quincena te llaman más de tres veces al día.
  4. Dicen que se sienten raro con vos pero no especifican.
  5. Quieren, compulsivamente, que conozcas su “mundo” pero nunca te lo muestran.
  6. Viven el presente y el futuro no pasa del fin de semana.
  7. Sus actos no coinciden con sus palabras.
  8. Son posesivos pero solo para la foto.
  9. Después de dejarte siempre quieren ser tu amigo.
  10. Te llaman a las seis de la mañana de un finde para ver qué onda.

 

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