55. Dejarse querer

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Para Walter Alejandro Cuevas

¿Rúcula o radicheta?

Uno de los malos entendidos de la comunicación humana es creer que uno tiene el dominio de todas sus decisiones. Cuando elegís un jean lo hacés para esos ojos que van a mirarlo y que posiblemente condicionen la elección sin demasiado conflicto. Mirar una película con alguien implica tenerlo en cuenta a la hora de alquilarte una para el sábado a la noche. ¿Rúcula o radicheta? Sabés que le gusta la ensalada de hojas verdes pero… por cuál decidirte. Si el deseo es el deseo del otro, el asunto de la libertad de elección es un gran laberinto que amortigua la triste realidad de saber que nuestras elecciones son elegidas por un otro ausente. De todos modos la dulce ilusión de que hay cosas que podemos elegir libremente nos hace dormir sin demasiadas rueditas verdes o pipitas de última hora. Cof, cof. Continuar leyendo

53. Las 50 preguntas más comunes del amor

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Tanto por euforia como por disforia el amor se hace presente (o ausente) en nuestra vida cotidiana a través de preguntas que en su gran mayoría no tienen respuestas y, cuando aparecen, enturbian el pensamiento y manosean las emociones porque como decía Blanchot “la respuesta es la desgracia de la pregunta”. Continuar leyendo

49. Dame otra oportunidad, Normi.

San Justo, 23 de agosto de 2013

 

Querida Normi:

                              Te escribo porque no doy más. Me di cuenta que no puedo vivir sin vos, que fui un nabo y que tenés razón en todo lo que decís. Soy un barrilete, una cometa que quiere que el viento lo devuelva a tu corazón, necesito que me des otra oportunidad. Me arrepiento de todas las veces que me pedías que hable y yo me quedaba callado, sin saber qué decirte. No era falta de interés lo que pasa que yo tengo muchos problemas, sabés que con el tema del flete no me va del todo bien y pero te juro que estoy dispuesto a todo para que me aceptes de nuevo en tu vida. Uno valora lo que tiene cuando lo pierde y yo me di cuenta que sos un pulmón para mi. Vos me hacías rescatarme, antes de conocerte andaba re duro todo el día pero cuando empecé a estar con vos… no te digo que nunca más… pero mucho menos que antes. Si, te mentí en eso también, cuando iba a ver al Globo un tirito me tomaba, pero al toque me rescataba eh! Vos siempre fuiste como una madre para mi, que me decías lo que tenía que hacer; y ahora a la distancia valoro y extraño que me estés encima. Continuar leyendo

33. 45 indicios para comenzar una relación

Te presentaron, saliste un par de veces. Una de las veces te dijiste que no daba. A los tres días te llamó y volviste a ir. Buscás la quinta pata y no aparece. La última vez te hizo reír bastante, el otro día en el trabajo pensaste en dónde podrían ir el fin de semana. Entonces es hora que agarres tu libretita y vayas anotando:

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32. Actividades para los recién separados

Dedicado a Los Martes Filosóficos

Los recién separados no encajan en ningún lado. Llegan tarde al grupo de amigos, a renovar el vestuario y a conocer los nuevos yeites de la comunicación. Andan como abombados recodificando la vida cotidiana. Claro, te vas acostumbrando y aunque no lo reconozcas, íntimamente pensabas que el amor era para siempre. Continuar leyendo

31. Las parejas complementarias

Ella Digital, él Analógico.

Breve historia de señales que pueden llevar decenas de tiempo y docenas de conclusiones. Posiblemente no sepan que a pesar de ser opuestos dialécticos, no se excluyen, ni se acotan al ámbito de los vínculos eléctricos y las relaciones informáticas, tampoco, entre ellos, son buenos o malos, mejores ni peores. Continuar leyendo

30. La carta del adios

Fiske Menuco, 15 de abril de 2013

Querido Santiago:

                               Te escribo esta carta porque es la única forma que me escuches de verdad. Intenté muchas veces hablar con vos pero siempre termina todo igual; yo me pongo a llorar desesperadamente y vos, que sos un cobarde especializado en el maltrato emocional, decís que lo vas a pensar y que te de unos días para pensarlo. ¿Pensar qué? ¿Cómo sacarme de encima tuyo? ¿Cómo borrarme de tu vida? O ¿qué hacer para que la culpa no te carcoma? Una amiga me dijo que los culposos en algún momento se dan vuelta y pasan a ser un cacho de hielo, unos insensibles del orto y que pueden estar cortándote un dedo que ni se inmutan. ¿Eso querés, cortarme un dedo? Continuar leyendo

28. Los amores imposibles

Siempre se llena de humo y el aula se convierte en París en pleno barrio de Once. El teórico de los martes es un laberinto; un docente distinto cada vez improvisa mejor que Miles Davis y Chick Corea en noches de borrachera. Tenía que haber empezado hace cinco minutos y dudo entre quedarme o ir a ver el partido de la Libertadores, de inmediato, entra una docente con una especie de rodete que enuncia la belleza de su timidez y una pollera larga y escocesa delatando que alguna vez fue psicobolche. Continuar leyendo

27. El amor platónico

El cubrebaches

No hay nada mejor para la soledad que una buena invención. El amor platónico es generoso y completo, podés depositar ahí todas tus fantasías: tu ideal de perfección, te patrón estético y hasta un determinado nivel cultural. Es la escultura perfecta hecha con tu propia imaginación aunque la mala noticia es que nunca llegarás a alcanzarlo y en tal caso si eso ocurriera, ese ideal automáticamente perdería su magia y se convertiría al instante en un mortal común y silvestre. Continuar leyendo