Sexo débil

Proyecto Pibe Lector es un blog de ficción.Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

43. Sexo débil

¿Nombre? Edurne

¿Nacimiento? Mmm.

¿Ciudad? Listo.

¿Género? ¡¡!!

¿Quiero? Mmm.

Sala… “Ámbar”. Suena bien.

Edurne entró en la sala.

Empezamos.

Quincy J. entró en la sala.


Quincy J: Hola

Edurne: ¡Hola!

Quincy J: ¿Sos hombre o mujer?

 Edurne: Puse que me llamo Edurne, ¿no viste?

Quincy J: Sigo a oscuras…

Edurne: ¿Por qué? ¿Estás usando una compu con baterías o algo así?

Quincy J: Y yo te sigo hablando… A ver, contame qué buscás por acá… No entiendo tu foto.

Detalle de "Venus mirando el espejo", Rubens.

Detalle de “Venus mirando el espejo”, Rubens.

Edurne: Es que me pasó algo absolutamente inesperado, podés creer. Resulta que me levanto el otro día con un dolor de muelas horrendo . ¡Unas ganas de agarrar una tenaza y arrancarme todos los dientes! Tres horas después, ibuprofenos, calmantes caseros y geles, me seguía doliendo a lo loco. Y ahí me tenés, no va que caigo como una chorlita en la trampa y me siento en la sala de espera del único dentista que se dignó a darme un turno sin turno, desesperada.

Quincy J. salió de la sala

No fue justo, entonces. Vos me entendés. Una está ahí, vulnerable hasta los huesos, y te atacan. Toda una vida evitándolas concienzudamente: nada de peluquerías ni de salones de uñas o cosas por el estilo (y nada, nada de estilo). Me atacaron entre diez, más o menos, todas viejas salvo una que estaba nuevita, resplandeciente, afilando sus hojitas como navajas. Y ¿sabés qué? Hay que reconocer que son poderosas. Combinadas con los anestésicos y el dolor, fue una batalla desigual.

Llegué, apoyé el traste en un silloncito ajado hasta la deformidad y a los tres minutos ya me había cansado de mirar a los otros. ¡Un silencio! Todos dándole al celular como si estuvieran poseídos por una Musa, y yo ahí, hinchada, cada segundo más parecida al silloncito, a punto de ser poseída también, pero por el Miedo. Una vida dedicada a esquivar sus golpes, desoír sus llamados, a escapar de sus naturales hábitats…  Me acechaban desde el revistero.  No pude más: había como seis personas antes que yo. Agarré una y me sumergí en el apasionante mundo de La Mujer.

No tengo retorno, Quincy. Es una fatalidad pertenecer al sexo débil.

Propagandas de ropa interior. Juventud. Modelos esqueléticas, modelos, modelos. 

Maquillajes. Modelos, Belleza, moda. Ju-ven-tud.

Joyas. Pelo.

¿Seis personas adelante no te parecen una buena excusa? ¿Y el dolor? ¿Eh?

Productos para adelgazar. 

Productos para sacarte las arrugas.

Famosos, famosas, glam, famosas,

famosos y famosas, famosos con famosas.

Fama. Éxito. Dinero. Brillo. Dorado. Sexo. Chic. Sexy. Care.

(23), (44), (34), (56). ¡¡¡!!!

Tips. Trendy. Fashionista. Juventud. Anticelulitis. Cremas. No a las estrías. Nutritivo y nutritiva. Dietas. Sexualidad.

Glamour.

Humectación profunda.

Ay.

Renovate. Reinventate. Redescubrite. Ejercitate. Decorá.

Hidratate.

Un test para saber si sos adecuada para tu pareja. Accesorios. Perfume. Accesorios.

Un test para saber si sos insegura con tu pareja.

Pasos para servir un cóctel. Lo imprescindible de saber hacer un cóctel. Cóctel. Cóctel. Felicidad.

Labial. Faldas, shorts, “casual”, trendy, trendy.

Niños rubios y delgados posando como si fueran adultos. ¿Hijos?

Ropa cara, inaccesible. Seis lugares top. Look. Top. Top. Tip. Tips.

Amor.

Crash.

(El crash fue mi muela en poder del dentista. Olor a putrefacción, inundación de sangre en la boca, escupir, escupir, buches, aaah, qué horrible que es esto, por qué a mí. Pero el daño estaba hecho, Quincy, el crash no me devolvió a mi realidad).

Estoy acá por recomendación de las revistas femeninas de la sala de espera. Además, estoy haciendo dieta. Y tengo que ahorrar: necesito zapatos nuevos. Deben combinar con un cinturón y un bolso, que también debo comprar. Conseguí jengibre hoy: agrega un toque fresco a los jugos que deberé prepararme durante la tarde. Sólo me salvé de los test: tengo asumido desde jovencita que soy inadecuada e insegura y no me someto a humillaciones que lo comprueben. Me falta completar mi perfil para la cuenta de mi nueva aplicación para buscar parejas… y estaba en eso cuando se me dio por entrar en esta sala de chat. Estar sola es inaceptable en estos tiempos… ¿Qué opinás, Quincy? Ya mentí con la edad, te habrás dado cuenta por mi foto… ¿digo la verdad en los demás detalles o sigo mintiendo? ¿qué te parece? ¡Según mi horóscopo, soy una romántica incurable!

¿Quincy?

¿Quincy Jota?

¡Hola!

¿Estás ahí?

¡Hola! ¡Hola!

 Edurne salió de la sala

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Con olor a mandarinas

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42. Con olor a mandarinas

Los pasillos del barrio son su privilegio: nadie osa entrar por ahí. Ni la gente “de afuera”… ni los médicos, remiseros, taxistas, deliverys, policías, bomberos. Los miran desde lejos, desde arriba de los puentes, desde el confortable asiento de sus autos. Están protegidos por lo intrincado y por el miedo.

van Gogh: "Naturaleza muerta"

van Gogh: “Naturaleza muerta”

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Sueño de amor en verso

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41. Sueño de amor en verso

Durante un sueño, su pareja muerta aparece joven. Es el primer hecho sorprendente. El soñador es anciano; consigue luego de una larga explicación que le permita pasar suavemente la palma de la mano por su rostro. Ahí está el adivinado hoyuelo, cuando se ríe. La desaparecida piel tersa, el lunarcito en el pómulo.

Claude Monet: "Lirios de agua"

Claude Monet: “Lirios de agua”

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Muerte inconclusa (con comentarios)

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40. Muerte inconclusa (con comentarios)

 

El gran escritor pasó el resto de la tarde caminando por la orilla del río, usando una rama como bastón. Recién a la caída del sol decidió volver al hotel, temeroso de resbalar con alguna piedra. “Todo fue acerca de mi amor por ella”, escribió con el dedo en el espejo del baño. Luego alguien intentó asesinarlo. Los investigadores creen que la frase encierra una clave sobre el ataque y trabajan para develarla.

Imagen tomada de internet

Imagen tomada de internet

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Sin vuelta atrás

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39. Sin vuelta atrás

4:00 a.m.

Se realizó un allanamiento en el Barrio. Hubo un tiroteo que dejó como resultado cuatro heridos y dos muertos. Un argentino de sesenta años y tres jóvenes extranjeros quedaron detenidos. Serán acusados por poseer armas de guerra y dedicarse al narcotráfico. Ninguno saldrá del penal hasta muchos años después de esta madrugada.

 

Dalí: "Los relojes blandos"

Dalí: “Los relojes blandos”

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Lecciones de pirotecnia

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38. Lecciones de pirotecnia

Las calles son de asfalto y están ornamentadas por zanjas de agua verde esmeralda, olorosa. En mi barrio, las calles son de tierra y en las zanjas hay totoras y profundidad suficiente para pescar ranas con la mano. Es diferente el olor. Año nuevo en la casa de mi abuela tiene un hálito de mejora social: hay un arbolito de navidad más alto que yo, dos turbos que no hay que apagar a cada rato para ahorrar electricidad, un cristalero celeste, postre helado y salame de chocolate.

Jackson Pollock: "Convergence"

Jackson Pollock: “Convergence”

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Pánico Escénico

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37. Pánico Escénico

Me encajaron el discurso del Acto Solemne, justo a mí, que lo venía esquivando con una cintura que ni te cuento, a mí, después de todo lo que hice por esta Institución este año. Acá vengo, con el papel escrito en la cartera, toda emperifollada de nocturnidad, porque esto de venir a la Institución a estas horas ameritaba la inversión económica  en pilchas y el esfuerzo con el jabón y el peine.

Qué raro está el barrio a estas horas, parece otro, che. Caminás por la vereda y sentís ruiditos inquietantes, mirás para arriba y no ves la copa de los árboles sino una masa oscura y amenazadora; no se te cruza ni el loro. Me siento un poco mareada, debe ser por el calor. El edificio mismo parece otro, envuelto en las sombras. Un silencio. Imaginate que entró un asesino serial y están todos muertos. Mejor toco timbre y me dejo de joder; abran, tengo que decir el discurso frente a gente desconocida y conocida, qué se piensan que soy, qué se piensan, justo a mí me tenían que elegir.

Caravaggio. "Medusa"

Caravaggio. “Medusa”

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Búmeran

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36. Búmeran

 

Piiiiiiiiiiiippp (portero eléctrico)

_¿Quién?

_ ¿Está mi abuelo?

_ No, vuelve a eso de las doce, está en el Hospital. Pasá.

Ernest Descals

Ernest Descals

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Juegos de estrategia

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35. Juegos de estrategia

Mientras se van conectando los jugadores, ninguno deja de notar que esa partida va a ser espectacular.

Apareció el padre de Ruiz, está parado como un Jefe en la puerta de la dirección.

Nadie dijo quién era, pero la cara lo delata: el pibe es igualito a su progenitor, son dos gotas de agua.

El juego tiene dimensiones simultáneas, a los que se puede acceder conociendo una clave secreta que sólo conocen los de rango experto o diamond. Cuando llegaste al nivel 6, que es el final, ya te movés en las dos dimensiones simultáneamente, por más papariola que hayas resultado jugando.

Un Troll. Imagen tomada de internet

Un Troll. Imagen tomada de internet

En la Dimensión Superficial de la escuela, no pasa nada que llame la atención: las auxiliares caminan llevando sus bandejas con tarta de jamón y queso hacia las aulas, los profesores entran, lapicera en mano, a firmar el libro de asistencia, salen, los alumnos que llegaron tarde corretean cuadernito de comunicaciones en mano, hacia sus salones.

En la Dimensión Profunda, en este momento, está sucediendo lo más interesante. ¡El padre de Ruiz! ¡Apareció el hombre, finalmente! ¿Vos viste lo parecido que es al pibe? ¿O el pibe a él? ¿Perolatti no había dicho que Ruiz era adoptado? El rumor recorre paredes y pisos, sube y baja por la escalera, se mete por las hendijas de las puertas, va y viene a la velocidad de la luz. Los jugadores entran en modo expectante y la tensión del momento hace que hasta la tarta de jamón y queso pase desapercibida.

Es necesario un vigía. Mary se pone en acción. Todavía no terminó de cerrarse la puerta, todavía el señor Ruiz no apoyó su trasero en el banco (que le parecerá muy incómodo y desagradablemente manchado), cuando en la Dimensión Profunda los jugadores pasan de modo expectante a diferentes estados, según sus personalidades y gustos, para prepararse para la eventual batalla. No por nada es un juego de estrategia: hay quienes adoptan la posición defensiva, pero todos despliegan su arsenal para elegir las armas adecuadas. ¡El padre de Ruiz! No es moco de pavo la situación: todos saben que Ruiz es un jugador hardcore .

Durante la primera hora de clase los chicos se preparan, tranquilos. Todo se desencadena cuando sucede el imprevisto: eso de las sorpresas es lo que hace el juego tan interesante. Suena el timbre y aparece silbando bajito, auriculares, capucha, visera … ¡Ruiz!, que llega tarde, como siempre.

_ Boludo, está tu viejo en dirección- le dice el Cebolla, su compañero de banco.

_ Ya sé.

_ Boludoooo, está tu viejo, te dije. ¿Qué te pasa que no entendés? ¡Se va a enterar!

_ Ya le dije.

Silencio.

Los jugadores no esperaban la movida de Ruiz, que evidentemente está más despierto de lo que parece con todas esas capas de tela puestas sobre la cabeza y quedan desconcertados. Ruiz instantáneamente evoluciona tres niveles y su Karma Cósmico se incrementa. Asesta el golpe:

_ Ahora los van a llamar a ustedes, por giles.

La Dimensión Profunda se mezcla con la Superficial y el Cebolla agarra del cogote a Ruiz, lo tira al suelo y empieza a romperle la cara a trompadas. Los demás jugadores retroceden, buscando guaridas que les permitan contemplar la batalla y filmarla con sus celulares. La pobre profesora de Química, que ya tiene un hueso de la muñeca que se le sale solo por andar separando contrincantes, sale corriendo hacia el pasillo utilizando su potente poder de la súper-voz, que ensordece a los luchadores y pone en alarma a los integrantes de los otros salones. Cinco profesores corren hacia el aula ahora, junto a la vigía Mary y a la preceptora Silvana, quien es finalmente la que logra levantar de la capucha a Ruiz y sacarlo de abajo de la lluvia de puñetazos que lo han convertido en una masa deformada parecida a Ruiz, pero en modo inframundo.

_ Después vamos a hablar con vos, Ruiz. Una atrás de la otra, no se puede creer lo mal que te estás portando este año. Vos, vos y el Otro Ruiz, a dirección.

Se oye claramente el trac-trac del desfile de armas. Cetro de hieloNova 6Carabina R 4Arma Thunder. Hay que elegir rápido qué llevar.

_ Ruiz, andá a lavarte la cara y venís también. Tu papá está con la directora.

_ Ya sé. Le conté todo.

Otra vez; a pesar de que ya la frase está usada, sigue siendo efectiva. Silvana queda con la boca abierta y los demás se agarran la cabeza. Perolatti pone cara de entendido y prepara su contraataque. Perolatti es un troll. Qué jugador resultó este Ruiz, qué jugador. Toda la ira kármica que rodeaba a la preceptora representada por una nube roja desaparece, se torna blanca y suave, con puntitos brillantes, y Ruiz recibe la tímida caricia en la cabeza y las palabras dulcificadas.

_ Bien, pibe. No esperaba otra cosa de vos. Ahora lavate la cara y vení con nosotros.

 Las clases continúan, excepto en el aula donde estaba en vivo la partida, porque la profesora de Química después de la pelea vivida se pone en modo hibernación hasta que suena el timbre del recreo. En la Dimensión Profunda los chasquis encuentran modos creativos e innovadores y circula toda clase de información, absolutamente falsa, sobre lo que está sucediendo dentro de dirección. Los grupos de wasap están que arden, especialmente a causa de Perolatti, que tiene una facilidad para inventar historias que desconcierta a jugadores amigos y enemigos:

. Ruiz le contó al viejo que el Cebolla anda con la novia mientras está en el laburo.

. ¿Con la novia de Ruiz grande, de Ruiz chico o del Otro Ruiz?

. El Cebolla anda con la que vendría a ser la madrastra de Ruiz, boludo, el grande.

. ¿¡¡¡¡¿¿¿¿?????!!!

. Ruiz le dijo eso el viejo anoche, porque no se la banca a la minita.

. ¿Qué minita?

. A la madrastra.

. ¿Pero el Cebolla se está comiendo a una vieja? ¿No es que anda con la pibita esa de 2do que tiene los pelos teñidos de rosa?

. No, esa anda con Ruiz.

. ¿CON QUÉ RUIZ?

. Con el chico, con el que se sienta al lado del Cebolla.

Los jugadores entran en modo caos. Perolatti va ganando, es indiscutible. El chico se siente en las nubes, escucha “Perolatti win, flawless victory” por todos lados, Suena el timbre, salen desesperados al recreo (la más desesperada en salir es la profesora de Química, pero nadie lo nota). Se agolpan en la puerta de la dirección y un nivel diamond, revestido con la coraza de hielo ganada después de más de un año de acumular puntaje y sacrificio, se anima a golpear esgrimiendo un pretexto que sabe de antemano inútil.

 _ Pude ver apenitas, pero algo vi. Ruiz hijo está sentado con la capucha puesta.

 Perolatti, que se siente imbatible, finge una gran agitación y declara:

 _ Me escapé y espié desde afuera, por la ventana abierta. El Cebolla está llorando.

 “El Cebolla está llorando en dirección”. Arde el wasap, el facebook, circulan instantáneamente fotos del Cebolla con lágrimas dibujadas con el paint, que le gusta a una que se hace la artista del photoshop y sigue usando esa antigüedad. Recién cuando termina la cuarta hora, cuando ya pasaron tantas cosas que todos se olvidaron de Ruiz, del padre, del Cebolla y del juego, se abre la puerta.

Con paso cansino, Ruiz hijo toma su mochila, le da un beso a la profesora de Matemáticas (que es su preferida y lo mira angustiada) y se va de la escuela junto a su padre. El Cebolla está lo más pancho, pero le agarra una especie de ataque cuando mira la pantalla de la netbook cargada de la información ilustrada que lo puso como protagonista en el juego de esa tarde.

_ ¡¡¡La recontra recontra calcadísima recontra hijos de mil!!!- grita, mientras reparte patadas y trompadas y vuelan carpetas, lapiceras y carcajadas. La profesora de Matemáticas, que no es como la de Química y sabe jugar muy bien, simula un pico de presión y la escuela entera vuelve a la Dimensión Superficial. Retorna la calma.

 _ Mañana, si no venís con tu papá no entrás.

 La voz de Silvana resuena por los pasillos de la escuela, restaurando el orden cósmico. Nadie sabe qué sería de la escuela sin Silvana.

 ¿Cómo será el padre del Cebolla?, se preguntan los jugadores, mientras se alejan, ya en la calle, comentando la partida en pausa. Perolatti es el único que no habla, porque va hablando consigo mismo. Está inventando ya la historia que desparramará el día siguiente y, que espera, le hará ganar la partida a fin de año. Entre el arsenal de armas está el falso rumor, pero los tontos prefieren los fusiles y las ballestas, desconociendo un poder que está a la vista de todos.

 _ Che, Perolatti, ¿vos sabés por qué se le sale el hueso de la muñeca a la profe de Química?

 _ Sí, pero no le cuentes a nadie. Se le sale el hueso porque la operaron cuando era chiquita para sacarle una hermana siamesa que tenía pegada justo ahí y la hermana no sobrevivió a la operación. El brazo le quedó bastante bien, ni se nota, pero cada vez que ella lo mira dicen que puede ver la cara de su hermana muerta, le agarran ataques y se golpea ella misma contra las paredes. Masoquista, quién lo diría. Salió en los diarios. No hay que recordarle el episodio porque es muy triste.

 _ Vos sí que sos raro, Perolatti.

 No hay dudas. Muchos sospechan acerca de sus historias, pero todos lo escuchan, lo leen atentamente y se lo bancan: ni el Cebolla le pegaría a Perolatti. Los jugadores así hacen el juego más entretenido: el objetivo es sólo vencer el aburrimiento. Son valiosos, siempre encuentran una ventana abierta a lo desconocido; son los que saben abrir la puerta para ir a jugar.

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Trabajo Práctico

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34. Trabajo práctico

Con cariño, para los últimos egresados de la 22

1. Escribir un relato fantástico en primera persona. Mínimo de extensión: 1 carilla

Estimada profesora:

Ahora que usted salió con eso de que se piensa quedar en la escuela, no nos quedó otra que contarle la verdad. Lo decidimos entre todas, reunidas en asamblea, así que si viene alguna con que nada que ver, ni ahí o que es un invento, no le dé cabida porque siempre va a haber una renegada y va a ser para confusiones. Quien avisa no traiciona, ¿se acuerda? Me encantó el refrán cuando nos lo enseñó.

Miró: "Vuelo de pájaros"

Miró: “Vuelo de pájaros”

Se habrá dado cuenta desde principio de año, porque sabemos que tonta no es aunque parezca a veces que se hace la tolola, que a veces no estamos. Puede ser cualquiera de nosotras, cinco minutos, diez, a veces más. El récord lo tuvo Sancholuz, que se fue como veinte minutos cuando le habló el moho de la pared de durlock, pero fue una excepción. En general es poquito tiempo y eso no molesta a nadie.

Me explico mejor: todas en la escuela sabemos qué hacer cuando pasa. Llevamos acá adentro muchos años y estamos curadas de espanto, por decirlo de alguna manera. Para nosotras es normal y vamos a comprender que le lleve un tiempo entenderlo, que no quiera participar con nuestro método y se quiera ir. Sería una pena, porque es tan simpática. Debe saber que nos llevó años perfeccionar la cosa y que cualquier sugerencia que se le ocurra para cambiar algo, por más ínfima que le parezca, ya se nos ocurrió y salió mal. Le aseguro que lo hacemos de la única manera, así como no encontramos otra que contárselo mediante esta carta, en este momento.

Lo que sucede es que hay en la escuela un yo que te narra. Te cuenta una historia, ordenada cronológicamente, para escuchar. El autor no quiere que la escribamos: nos dimos cuenta enseguida cuando algunas empezamos a armar una especie de diario o crónica y se armó una que para qué le voy a contar. Lo que hay que hacer es sentarse tranquilamente sobre lo que haya a mano, quedarse quieta y concentrarse en la voz, porque no es fácil, a veces por el volumen y otras por  culpa del canal elegido, que obedece a una lógica que desistimos comprender. Es así, qué le vamos a hacer.

Ya sé, ya sé, esta parte se volvió confusa. Vamos despacio. Una puede ir caminando por el pasillo y ahí empieza, saliendo de la rejilla de ventilación. ¿Nunca nos vio sentadas, sin hacer nada, en lugares insólitos? A mí este año me tocó con un pájaro: se posó en el mástil del patio y tuve que soportar la historia bajo el solazo del mediodía, ¿se acuerda, profesora, que me retó cuando me vio? Qué más podía hacer, con el bicharraco mirándome fijo y el cuento que se hacía largo. Ni le digo si empieza  del inodoro, o sale del cañito que sostiene la cortina de la ventana de la cocina, con el olor a guiso que hay ahí y en el otro lado. No queda otra: si empieza hay que sentarse y escuchar.

Usted se preguntará quién, qué, cómo puede ser posible. No se preocupe: si se queda con nosotras (como ya dijo ayer, delante de todo el mundo), va a tener que ser oyente también. La voz nunca es la misma, ni siquiera es una voz (¿qué voz podría tener un moho parlante, no es cierto?), pero te cuenta. A veces la historia está linda, es entretenida y te da fiaca cuando termina y tenés que volver. A veces da miedo, a veces es subidita de tono y volvés toda colorada de vergüenza. Hicimos la prueba de contarnos, para saber si era una sola historia congruente, coherente y verdadera. Se imaginará que se enojó: no hubo caso, pero bastó ese momento de indiscreción para que supiéramos que no concordaba, o, por lo menos, que si se suponía que iba todo junto era un producto experimental y vanguardista. Lo seguro es que respeta un orden cronológico: en estos momentos está en la etapa de la salida de la adolescencia del personaje protagonista.

Usted es joven: mire si se queda y tiene la suerte de llegar a la parte de la vejez. Pensar que ya no voy a estar me hace un nudo en la garganta, qué raros son los sentimientos cuando son encontrados, ¿vio?

Me voy despidiendo: ahora ya sabe el porqué de las chicas sentadas por ahí en horas incorrectas, ahora puede entender las miraditas, los rumores, los guiños. No puede decir que no le avisamos: cuando el relato comience, sólo tiene que quedarse quieta, sentarse y escuchar con atención. Después de leer esto será una decisión tomada con conciencia, ¿no es cierto? Eso es lo que decían las chicas ayer, que usted tenía que saber para poder elegir bien y que no hubiera reproches si salía algo mal con el relato y había represalias por parte del autor.

El trabajo práctico terminaba allí: 1 carilla exacta. Podría haberle dado más forma al final, hacerlo más interesante con la explicación de las consecuencias de la violación de las reglas, pensó mientras buscaba la lapicera. Obedecía la consigna, estaba bastante bien para una alumna del último año. “Experimental y vanguardista”, “el autor”… la chica prometía. Escribió al pie, con su apretada caligrafía manuscrita: ”¡Excelente relato! ¡Te felicito, continúa siendo aplicada y perseverante y llegarás a ser una extraordinaria escritora!”. Releyó sus palabras y recordó el par de aros de plástico que guardaba sin saber para qué; levantó la vista buscando el nombre de la alumna para personalizar el elogio y amortiguar el mal efecto. No había. Recordó que Sancholuz había desaparecido efectivamente unos veinte minutos de una de sus clases, hacia el mes de junio. Recordó haber sido observada por un pájaro durante un mediodía enceguecedor y pensó que la letra del trabajo práctico era admirablemente similar a la suya. Hasta parecía que el texto y la devolución que acababa de escribir al pie de la página habían sido garabateados con la misma lapicera… Observó detenidamente la inclinación de las “l”, los palitos sobre las “t”. No había dudas. Qué miedo. Mocosas insolentes, extrañas. Bromas de mal gusto, a ella. Tolola. Sintió que se le ponía la piel de gallina, guardó los trabajos prácticos en un folio y se prometió terminar de corregir por la mañana. Cinco minutos, diez, veinte, en la hora de Literatura, qué se pensaban. No tuvo más remedio que tomar una pastilla celeste y una rosa: el corazón se le salía por la garganta. Se durmió finalmente mientras unas ganas repentinas de no volver a pisar una escuela en su vida la invadían malsanamente, como era usual que le pasara a esa altura del año. Atrevidas, las mocosas. Ya iban a ver. Tuvo pesadillas.

 

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