El buen trato en la vida cotidiana

Tuve un maestro a quien yo llamo el “dandy de la gerontología”: Leopoldo Salvarezza.

El decía algo así : Es difícil entender que le pasa a un” viejo”, no lo vamos a saber hasta que lleguemos a esa edad en la que podamos vivenciar algunas cosas que hoy, al no tener la experiencia nos cuesta comprender…

Salvarezza usaba siempre la palabra “viejo”, él pensaba que nos da tanto miedo envejecer que usamos eufemismos para no nombrar a la Vejez.

Como todos fuimos niños podemos recordar la emoción e ilusión de recibir un regalo del ratón Pérez, de los reyes magos, de cumpleaños… los que nos enamoramos podemos entender la emoción del primer beso… tenemos memoria de ese momento, los que nos casamos podemos entender que se siente en esa ceremonia con el vestido blanco… otro dirá que es una pavada, las mujeres que tenemos hijos podemos entender lo que es atravesar los primeros meses del embarazo, o los dolores de las contracciones antes del parto, podemos comprender algo de la emoción o la vivencia del otro en la medida que la conocimos o la vivimos, a nuestra manera.

A eso le llamamos empatía: es la capacidad de percibir los sentimientos de otro, de ponerse en los zapatos de otro y ver las cosas desde su perspectiva, pero no con nuestros recursos psicológicos, emocionales, nuestra educación, nuestra familia…sino entendiendo que el otro es diferente y a veces damos por sentado que tiene los recursos emocionales e intelectuales para resolver lo que le pasa.

Sin embargo es difícil que podamos comprender lo que le pasa a los mayores hasta que llegamos a ese momento. Una mujer que ya tenía 90 años me contó que recién en ese momento de su vida, entendía a su propia madre que caminaba lento, “vamos mamá apurate” le decía la hija ,que en ese tiempo tenía 40 años y no podía entender que a veces el cuerpo no te da… tu cabeza tiene muchas intenciones y tu cuerpo te frena.

Cuando sos joven, te resulta más difícil entender que una persona mayor necesite mas tiempo para todo, para bañarse, para decidir, para entender algo nuevo, para procesar noticias que lo angustian. Vivimos en una época tan acelerada que nos cuesta controlar nuestra ansiedad que nos lleva por la vida a una velocidad diferente a la de los mayores.

Que tiene que ver esto con el buen trato?

En muchas situaciones cotidianas los mayores se encuentran con una sociedad que no los comprende, no registra lo que les pasa y no les tiene paciencia.

De lo que estamos hablando es que seamos todos un poco sensibles , tratemos de generar una sociedad más receptiva para que las personas mayores reciban un trato más adecuado cuando desarrollan sus actividades en la vida cotidiana.

Un buen trato no implica actitudes paternalistas con las personas mayores, sino tener en cuenta que debemos hablar y explicar con tranquilidad, con respeto, dar información fidedigna , no ocultarles información creyendo que no van a poder entender, decidir o procesar diferentes cuestiones personales o familiares.

El buen trato impacta en que la persona se sienta valorada, respetada, siendo parte de la comunidad en la que vive.

Deseamos ver buen trato en el banco , en la obra social, en el colectivo, en la familia, donde a veces falta paciencia y sobra violencia.

Una persona joven (acá lo dejo a tu criterio, porque todos nos creemos muy jóvenes) en una relación profesional, desde cualquier puesto de trabajo , sea un escritorio de una obra social, una ventanilla de un banco, un colectivo, tiene que aprender a tratar correctamente y con respeto a una persona mayor: no con desdén, no resoplando… como ” perdonándole la vida”.

Las personas mayores (algunas, no todas) suelen tener limitaciones auditivas o visuales, al ver menos u oír menos procesan la información más lentamente…no quiere decir que no entiendan, sino que necesitan más tiempo para procesar la información. Eso requiere un poco de paciencia de parte de quien te atiende. Por otra parte todos sabemos que hay hospitales donde te perdés con GPS, trámites complicados y arduos para entender, no conozco un parlante en una estación de subte, lugar público o privado que se entienda algo de lo que dicen.

Una sociedad y una ciudad más amigable la hacemos entre todos, tomando conciencia de la sutileza que significa el buen trato.

Para tratar bien a una persona mayor es importante no prejuzgar, no siempre alguien que físicamente parece débil o dependiente es una persona que no comprende: una persona puede ser frágil físicamente pero es fuerte psicológica y cognitivamente, es decir entiende todo y puede decidir, sólo necesita unos minutos más de tiempo para escuchar, pensar, actuar en consecuencia.

Necesitamos un cambio de actitud en nuestra sociedad, si queremos a los mayores integrados a la vida actual…y los queremos activos e integrados porque todos estamos muy ocupados para cuidarlos…¿no?

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Del maltrato al buen trato

Nuestro país desde hace algunos años ha adherido al DIA INTERNACIONAL DE LA TOMA DE CONCIENCIA DEL ABUSO Y MALTRATO A PERSONAS MAYORES establecido el 15 de junio de cada año.

Las víctimas principales del maltrato son las personas más vulnerables y dependientes: niños, personas mayores y mujeres, especialmente aquellas con hijos pequeños, poca educación formal y  sin independencia económica.

¿Qué es el maltrato?

«El maltrato es cualquier acto único o repetido o la falta de medidas apropiadas que se produce dentro de cualquier relación donde hay una expectativa de confianza que causa daño o angustia a una persona mayor”  (declaración de Toronto para la prevención global del maltrato de las personas mayores, 1995)

Hace un tiempo escribí una nota para el blog sobre maltrato a los mayores  ”Cómo y quién cuida a nuestros mayores”, Enero 23, 2014.

Las personas mayores suelen decir que muchas veces son tratadas como niños, en vez de ser tratadas como personas adultas con el debido respeto.

Una persona mayor nunca debe ser tratada como un niño, ya que nunca vuelve a ser un niño… cuando las personas refieren que los mayores son caprichosos, tercos, o tienen actitudes infantiles es nuestra interpretación de lo que les está ocurriendo, la que los infantiliza.

Si una persona mayor tiene incontinencia y debe usar pañales, esto no lo transforma en un niño, sino en una persona que a raíz de alguna patología tiene un problema que antes no tenía, merece ser tratado y respetado como un adulto : con dignidad.

Con dignidad y respeto nos gustaría que nos traten a todos nosotros el día que lleguemos a viejos…más aún si tenemos alguna enfermedad o discapacidad.

La definición de dignidad no es algo objetivo: cada individuo conforma su propio concepto de dignidad. Para alguien puede ser indigno tener que ir acompañado en la calle, para otro puede ser indigno necesitar una ayuda económica, para otro necesitar ayuda para bañarse y que lo vean desnudo puede ser indigno.

Todos queremos ser tratados como adultos: con paciencia, comprensión, con amabilidad.

Un adulto es alguien que tiene derechos y obligaciones, sin importar su edad cronológica, alguien que tiene derecho a decidir sobre su cuerpo, su patrimonio, su salud.

Como adultos mayores somos responsables al permitir que el otro nos avasalle: un hijo, un empleado del banco, un colectivero, un profesional que nos atiende, alguien que nos presta un servicio.

No consientas nunca una humillación o un maltrato

No permitas que nadie maneje tu economía

No permitas que nadie decida por vos ni que te impongan su modo de pensar o vivir

Nunca te olvides que todas las personas mayores son competentes para tomar decisiones mientras no se demuestre lo contrario: tus decisiones son respetables aunque al otro no le gusten o no le sean convenientes

Ahora hablemos del buen trato

El buen trato en relación con tu familia, con los profesionales que te atienden, con los prestadores de servicio, con las personas que contratás  para que te ayuden o te asistan incluye el respeto ( mutuo) en el trato, la comprensión de tu situación, la aceptación por tus gustos, decisiones, tu estilo de vida, tus ideas políticas o religiosas, tu voluntad y autonomía personal.

Alguien que te trata bien es aquel que desea tu autonomía, que respeta tu voluntad, tu intimidad y tu privacidad.

Hacete respetar, preguntate frente a las situaciones cotidianas: ¿Es así como deseo y merezco ser tratado?

La mejor manera de luchar contra el maltrato o de evitarlo es  registrar que no corresponde, que no lo mereces y que no lo debes permitir.

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Mirá si a esta edad….

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Max cumplió 90 años hace unos meses…le pregunté : te regalaron algo interesante para tu cumpleaños? Sí, me contestó ,” yo quería un Ipod”. “Todos los días voy a tomar café por el microcentro a lugares que tengan Wifi. Siento satisfacción al entrar a un café y decir: Buen día, como está el Wifi hoy?” “Tengo agendado en el Ipod mas de 6 cafés con wifi que voy eligiendo según el día”…

Max me cuenta que se obliga a caminar por lo menos 5 o 6 cuadras por día…”Estar encerrado -dice-  aumenta la sensación de dolor y crea mayor inseguridad. Porque uno solo, piensa en uno.” “Yo llamo “roce”, al roce de la calle , a sentarse en el café, a mirar a la gente, eso es importantísimo”. “Todos los días camino como mínimo 2 cuadras y media, me impongo salir a caminar para no desacostumbrarme.” “entonces camino entró a un café y veo las noticias en el Ipod, descanso, me informo y vuelvo a casa”…

A Max no le importa su edad cronológica , no dice…” mirá si a esta edad…voy a aprender a usar el Ipod…”

Clarita es más joven cronológicamente, tiene 89 años. Me contó que “a la computadora le dedico una hora al día o antes de irme a dormir para mirar las novedades. Uso mucho Facebook  y me gusta ver a mi familia. Lo uso hace muchos años a facebook…Cuando le pregunté cómo aprendió a usar el face me dijo: “mi hijo es actor y actúa en una obra de teatro. Entro al face y leo los comentarios que le ponen a él. Me gusta ver que dice la gente de su obra… .”Hinché, hinché, hinché hasta que me regalaron la computadora.” eso fue hace años…y por qué “hinchaste” pregunté… “Porque no me gusta estar sentada en mi casa, me gusta estar actualizada.”

A Clarita no le importa su edad cronológica, no dice…” mirá si a esta edad…voy a aprender a usar facebook.”

Norma tiene 82 años, me contó que su pasión es hacer videos… si leíste bien, con su profe de computación aprendió a usar el programa “movie maker” pero ahora hay programas más modernos…como yo no los conozco no te puedo decir cuales usa pero dice que le gustan más, son más dinámicos y tienen para hacer muy lindos efectos…Es la que hace los videos cuando hay un cumpleaños familiar o un acontecimiento especial…o simplemente el otro día estaba muy ansiosa y se puso a hacer un cuento para los bisnietos con dibujos animados porque le encanta y le calma la ansiedad.

A Norma no le importa su edad cronológica, no dice…” mirá si a esta edad…voy a aprender a usar un programa para hacer videos en la compu…”

Evelyn me contó : “Yo tengo un EBOOK, es un libro electrónico. Tengo como 200 libros ahí adentro. Me lo trajo mi sobrino por mi cumpleaños  de 80″…si tengo que ir a un médico o cualquier trámite y tengo que esperar, no pesa y tengo muchas cosas para leer.

A Evelyn no le importa su edad cronológica , no dice…” mirá si a esta edad…voy a aprender a usar Ibook…”

No conocés a Max? a Clarita? a Norma? a Evelyn? yo sí, doy fe. Son gente mayor que no tiene prejuicios respecto de sus capacidades, gente que no mira su edad cronológica, aprende, se interesa, se incluye, se desafía.

Nosotros los mayores de 40/50 años somos inmigrantes digitales.

Se dice que alguien es nativo digital a todas aquellas personas que nacieron durante las décadas de los años 1980 y 1990, cuando ya existía una tecnología digital bastante desarrollada y la cual estaba al alcance de muchos. Por otra parte, el término inmigrante digital se refiere a todos aquellos nacidos entre los años 1940 y 1980, ya que se considera que han sido espectadores y actores generalmente privilegiados del proceso de cambio tecnológico. Estos términos : “nativos e inmigrantes digitales” fueron creados por Marc Prensky, difundidos en varios libros.

Nosotros los mas “jovatos” conocimos el teléfono celular que era un zocotroco, usamos la máquina de escribir para trabajar y estudiar, algunos estudiaron taquigrafía, otros desconectaban el teléfono de línea para enchufarlo en la computadora y poder acceder a recibir y mandar mails. Era pura magia!!!

Pensar que las cartas que venían de Europa tardaban más de un mes en llegar, y ahora cuando la compu tarda en abrirte un programa unos 40 segundos nos quejamos de su lentitud…

Lo más importante que quiero decirte es que la edad cronológica por sí misma no significa nada. Que digas que alguien tiene 30, 42 o 97 años nada dice de la formad de vivir de esa persona.

Una persona mayor además de la edad cronológica, tiene una edad biológica, social y funcional, que nos dice que está integrado a la sociedad en que vive, aportando sus conocimientos, con proyectos, haciendo actividades laborales, familiares o sociales.

Cada uno envejece distinto.

Una persona joven cronológicamente puede ser dependiente porque tuvo un traumatismo de cráneo y está internada en rehabilitación, una persona mayor de 90 años puede vivir sola en su casa, independiente  y tomando decisiones.

Pero…tenemos que poder valorar las competencias o las capacidades de los mayores y consolidar lazos inter generacionales, las personas mayores a veces suelen ser relegadas y poco  valoradas…pensando que viven mirando el pasado.

Sin embargo hay mucha gente mayor que vive en el día de hoy, que considera que tiene mucho para aportar.

Entonces hablamos del “estatus funcional” es decir de la capacidad de cada persona  para cumplir con sus actividades cotidianas: algunos son dependientes, muchos son independientes.

Rita Levi-Montalcini, vivió 103 años. Luigi Cavalli-Sforza nos cuenta que con 101 años escribía un libro por año, dirigía un instituto científico, era senadora vitalicia y tenía una fundación cuyo objetivo era ayudar a las niñas africanas a estudiar, además de dar conferencias científicas.

Ella decía : “El cuerpo se me arruga, es inevitable, ¡pero no el cerebro!”

Oscar Niemeyer, el arquitecto creador de Brasilia llegó a cumplir  un siglo de vida con siete proyectos de trabajo en países como España, Italia, Alemania y Cuba.

En un reportaje con motivo de cumplir 100 años dijo: “Como siempre, voy llevando la vida conforme ella lo permite, trabajando, abrazado con los amigos y la familia, que no es pequeña. Esa idea de centenario no tiene la menor importancia. Lo principal es mirar hacia atrás y sentirme bien conmigo mismo”.

Efraín Wachs, nació en Rosario el 12 de marzo de 1918, se recibió de contador en la Universidad Nacional del Litoral en 1945, tiene 97 años. Vive en Tucumán, y para festejar su cumpleaños corre 100 metros por cada año cumplido: entonces al cumplir  97 años festejó corriendo 9,7 kilómetros en la Plaza Independencia. La gente lo acompaña. Comenzó a correr a los 70 años, es un atleta que ha ganado muchas competencias y medallas nacionales e internacionales.

Dice: “Mi lema es “vivamos 100 años”. Le preguntan: ¿nunca se enfermó? “no tengo tiempo responde”.

Ah! me olvidaba de Mirtha… La Legrand que no faltó a su programa de televisión porque estaba enferma…sino porque viajó al festival de Cannes. Trabajará hasta el último día de su vida? Por qué no? es su derecho, es inquieta intelectualmente, curiosa, siempre quiere estar al día.

Otros quieren jubilarse y disfrutar de su tiempo libre.

Ah! el juez Fayt…Nació en Salta el 1 de febrero de 1918, estudió abogacía, tiene 97 años cumplidos y 35 libros publicados.

Dice el periodista Nelson Castro que “aprendió computación a los 87 años y es un entusiasta lector de temas científicos. Los temas relacionados con las neurociencias le son de particular interés así como también mucho de lo referente a la nanotecnología. Su memoria está intacta. Su recuerdo de hechos y fechas es preciso. A pesar de que su físico le impone algunas limitaciones, camina entre 10 y 15 minutos por día en una cinta que tiene en su casa”.

Respecto de la edad cronológica hay sólo 2 límites: Uno es la capacidad intelectual y el otro es el deseo de seguir integrado a la sociedad, aportando las capacidades y conocimientos que uno tiene, lo que uno como persona está en posibilidad de brindar.

Seres excepcionales? quizás… algunos conocidos y otros anónimos, pero excepcionales por su deseo de vivir, crear, aprender.

Entre paréntesis Rita Levi Montalcini, era prima de la Dra. Eugenia Sacerdote de Lustig  que nació en Italia en 1910 y murió en Buenos Aires a los 101 años en el 2011. Su trabajo fue clave en 1959 para controlar la epidemia de poliomielitis. Fue Investigadora del Conicet, Jefa de Virología del Instituto Malbrán, trabajó años en el Instituto de Oncología Roffo, allí, en el área de investigación básica trabajó hasta el año 2000, tenía 90 años.

Una apasionada a quien la ceguera le impidió seguir usando el microscopio a los 80 años, pero seguía siendo consultada por doctorandos que lidiaban con sus tesis.

Como dijo su prima Rita: “A los cien, mi mente es superior, gracias a la experiencia, que cuando tenía 20 años.”

El secreto…usar la mente y no creer que lo sabemos todo.

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Palabras de nieto

Hoy quiero compartir una carta que escribió un nieto ( Santiago) de 14 años a su abuelo

( Alberto) en su cumpleaños de 80. Esta carta es reciente,  del 13 de abril del 2015.

Veamos que piensa este “filósofo” de 14 años del paso del tiempo. La carta va en comillas ya que es textual.

Abuelo y su nieto futbol

“Abuelo nosotros 2 compartimos muchas cosas juntos y tenemos algunos gustos parecidos, el fútbol y la pasión por Independiente. Yo te quiero contar la relación que yo hago de un partido de fútbol con la vida, te cuento esto a vos porque los 2 compartimos el amor por este lindo deporte.

El fútbol y la vida:

Minuto 20 de un partido de futbol: empiezas a conocer al rival, por dónde atacar y cómo defender.

20 años de vida: empiezas a conocer la vida , sus complicaciones y beneficios.

Minuto 40 de un partido de fútbol: esperas al descanso para acomodarte

40 años de vida: esperas a formar una familia, relajarte con tus hijos y tu esposa

Minuto 60 de un partido de fútbol: empiezas a cansarte y paras un poco de correr y empiezas a trotar

60 años de vida: ya no puedes hacer lo que solías hacer a los 20 y empiezas a relajarte más de lo habitual

Minuto 80 de un partido de fútbol: queda poco de partido pero las oportunidades son las mismas

80 años de vida: ya no queda tanto tiempo pero las risas, abrazos, viajes, besos y charlas siguen estando y estarán por siempre.

Abuelo no importa la edad o el minuto, sino que siempre van a estar las mismas oportunidades de reír, compartir, hacer, hablar.

80 años??? SOS TODO UN PIBE”

Que intereseante…para nosotros los que trabajamos en el área de la Gerontología, la edad cronológica  por si sola es irrelevante, nada te dice de la persona. Sólo que desde que nació tiene tantos años, no te habla de su estado de salud, de su integración social, de las oportunidades que cree que tiene en la vida, de sus ganas de aprender , participar y de su proyecto de vida.

Claro porque no hay vida sin proyecto, a ninguna edad cronológica.

 Y además que yo sepa un partido de fútbol dura 90 minutos… reglamentariamente…sin embargo siempre hay tiempo adicional…un tiempo que hay que saber aprovechar.

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¿Qué me pongo?

 

Hace algunos años sentada en el escritorio de mi colega Ana Bonifacio vi un almanaque que tenía una foto particular.

Inmediatamente la “secuestré”. Arranqué la foto con su permiso y asombro, una foto que no deja de llamarme la atención y que voy a compartir con vos.

¿qué ves en esta foto?

 foto ESPEJO

Una mujer mayor que se mira pensando que todavía es joven?

Una mujer mayor que piensa y recuerda … bella era yo cuando era joven.

Es una foto inquietante… que da lugar a pensar muchas cosas.

Vemos una mujer mayor que  se siente joven? tiene una representación de sí como si fuera más  joven?

Es habitual que las personas se sienten con una edad interna que difiere de su aspecto físico: a veces nos sentimos más jóvenes de lo que es nuestra edad cronológica y a veces sentimos que tenemos 100 años.

¿y esta foto que te parece?

Que me pongo2

¿Cuál es el mensaje?

Tenés derecho a ser joven, dice la publicidad.

La verdad es que tenemos derecho a ponernos lo que se nos canta. Lo que nos gusta, lo que nos hace sentir más cómodos.

Tenemos derecho a ser libres, a no estar tan limitados por los estándares sociales que cambian según pasan los años.

En nuestro país la mirada es muy prejuiciosa, si la ropa te gusta y te sentís bien de ¿dónde salen ciertas reglas?

Por ejemplo:

Después de cierta edad hay que usar el pelo corto…

Ojo con los jeans que te pones…

Con el largo de la pollera…

Con salir sin maquillaje o con demasiado maquillaje…

Recuerdo una mujer que tendría en ese momento 70 y pico, estábamos en un grupo, vestía un capri rojo con una remera blanca.  Le quedaba muy bien , era verano, estaba fresca. El yerno le dijo al verla así vestida: cuando te vas a vestir como una mujer de tu edad?

Estaba muy bien vestida, acorde a su edad, al clima, a su criterio y estado de ánimo.

Creer que hay ropa para jóvenes y para gente mayor es un concepto un poco anticuado. Recuerdo que mi abuela, que había nacido en 1896, nunca usaba pantalones, era ropa no apta para mujeres. Siempre iba en pollera y llevaba una enagua corta, a veces entera si usaba vestido. Los colores que usaba: marrón, gris, azul, negro. Nunca un rosa, un amarillo suave, un celeste. Había ropa para salir, y de entrecasa. Por supuesto que usaba batones. Todavía hay algunas casas en Capital Federal que venden batones, quien te  impide andar en batón si te hace feliz y te hace sentir cómoda?

Por suerte nuestra sociedad ha cambiado y la moda refleja estos cambios.

La moda es la forma o el modo de hacer algo. Atraviesa la manera de: Vestirse, hablar, comer, los nombres que les ponemos a nuestros hijos…

La moda, la vestimenta  forman parte del ser humano, quien se viste de tal o cual manera quiere transmitir algo, vestirse es comunicar.  Según Yvonne Deslandres:  “El traje revela a quien lo lleva, es la imagen que procuramos dar de nosotros mismos…”

Ignorar la edad cronológica y vestirte como te gusta es una buena opción,  disfrutar y usar todo es una ley que podríamos imponernos para aprender a disfrutar.

Todavía hay personas que guardan camisones, batas, ropa interior sin estrenar para cuando tengan que internarse y estén enfermas…

Una mujer de 91 años me dijo hace un tiempo ” yo ahora uso todo…me visto con la ropa que me gusta, no sé cuánto tiempo voy a estar bien, me visto como si la vida me ofreciera una fiesta todos los días”.

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Una Belleza para cada edad

Cómo las personas mayores se perciben a sí mismas depende de su historia personal y su momento vital actual, pero también del contexto histórico – cultural en el que viven. Cuando nos miramos al espejo no lo hacemos sólo con los ojos, sino que nos medimos con los modelos que nos imponen, con los estándares que nos transmiten que debemos cumplir y con la autoestima que poseemos, es decir nos miramos con más o menos amor, de acuerdo a cómo nos evaluamos en el momento presente.

 Las representaciones sociales, dice Moscovici, son un conjunto de conceptos, afirmaciones y explicaciones que se originan en la vida cotidiana, en el curso de las comunicaciones entre los individuos.

Las representaciones sociales suelen tomarse como algo ya dado, que no se discute, que es impuesto desde afuera, por ejemplo: “ser joven es ser hermoso, la vejez es fea”.

Las representaciones sociales son estructuras cambiantes y dependientes de los diferentes contextos sociales, son formas de pensamiento que las personas comparten y tienen influencia sobre la forma en que interpretamos acontecimientos de la vida diaria.

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Este cuadro pintado por Rubens se llama “Las tres gracias”. A lo mejor viajaste y lo viste en el Museo del Prado en Madrid, España.

Fue pintado entre 1630 y 1635.

Las Tres gracias, siempre aparecen desnudas ya que la belleza no necesita cubrirse.

Son las representaciones de la afabilidad, la simpatía y la delicadeza.

Fijate la idea de belleza de Rubens: mujeres entradas en carnes pero proporcionadas, elegantes. En esa época la palabra “celulitis” no se conocía, por tanto estaba fuera del cánon de belleza de la época.

Una de las 3 gracias, lleva el rostro de Elena Fourment, la segunda esposa de Rubens. Cuando el pintor se casó con ella, Elena tenía 16 años. Fue la inspiración necesaria para afrontar la última etapa de su vida.

Las tres gracias responden al modelo de belleza de Fourment, carnosas, de formas exuberantes, saludables y contentas. No iban al gimnasio, no se sentían feas por el aspecto de sus “carnesblandas”.

 “La cultura da forma a nuestros gustos, expectativas y rechazos”, dice Iacub en su libro Erótica y envejecimiento.

Nos rechazamos a nosotros mismos al no cumplir con las expectativas e ideales de belleza de nuestra época.

La belleza es una construcción cultural de la feminidad que varía a lo largo de la historia y en las diferentes culturas.

 Hay muchas mujeres grandes que son bellas…no?

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Norma Aleandro: bella, inteligente, interesante, activa…

Hace tiempo frente a una mujer de unos 70 y pico, que además de linda era muy elegante le pregunte: ¿Vos que pensas cuando dicen que sos linda?

y su respuesta me sorprendió:

“Pienso que me dicen una mentira piadosa”.

Que crueldad para mirarse a sí misma…

Esto indica la dificultad de las personas de ver su belleza a través del paso del tiempo.

Nosotros debemos realizar acciones concretas para modificar las representaciones sociales negativas sobre el proceso de envejecimiento.

Tenemos que comenzar un cambio cultural que debe producirse primero en los propios adultos mayores: poder mirarse como personas bellas de acuerdo a su edad y con las marcas que la vida les ha dejado en sus cuerpos, poder reconocerse como bellos, admirables y deseables sin realizar comparaciones respecto de la juventud.

Es frecuente escuchar…”linda era yo cuando tenía 20 años…” ahí tenés otra vez el prejuicio, la belleza sólo está ligada a la juventud.

La salida está en encontrar un punto de quiebre a esta lógica.

Desde el punto de vista psicológico reconocer y aceptar el nuevo cuerpo, sus posibilidades y límites, requiere realizar duelos: por el cuerpo de la juventud o de la madurez, por el cuerpo que no responde u obedece a lo que le ordeno, por el cuerpo que no es como queremos.

También implica una reflexión crítica y colectiva, tanto de los adultos mayores como de aquellos que trabajamos en el campo de la gerontología para comenzar a mirar la vejez como una etapa de erotismo y disfrute, como le gusta decir a Iacub, como una etapa bella para desarrollar lo que antes no hemos podido.

Tenemos derecho a ser mayores y no tener que avergonzarnos de ello.

El desafío es sentirnos bien en nuestro cuerpo que va cambiando con la edad.

Y empezar a pensar que hay una belleza para cada edad…

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Un mundo mejor para todas

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Marie Curie fue la primera mujer en ganar el Premio Nobel de Física, junto con su marido Pierre Curie y Henri Becquerel en 1903.

Es también la única mujer que ganó 2 veces el Premio Nobel, ya que en 1911 obtuvo el de Química.

Esto no la liberó de sus tareas como madre y esposa, por eso me gustaría dedicarle este Día Internacional de la Mujer.

Hay una historia llamativa…para nosotras las mujeres de hoy, del siglo XXI en el Occidente.

Cuando estaba en el cenit de su carrera como científica, gana su segundo Premio Nobel, el de Química, en el año 1911 por sus descubrimientos acerca del radio y el polonio.

En esos tiempos sostenía un romance con el físico Paul Langevin, ella era viuda hacía varios años, su marido había fallecido en un accidente en la calle en abril de 1906.

Paul Langevin era casado, entonces Paul era el amante “en falta” en esa relación, ya que Madame Curie era viuda. Sin embargo el comité del Nobel le sugirió a ella, que no asistiera a la entrega de premios, pero fue de todos modos. En los diarios se la pintaba como una destructora de hogares y el escándalo estaba en su punto más alto.

Si te interesa su historia te recomiendo la lectura del libro  ”La ridícula idea de no volver a verte”, de la escritora española Rosa Montero. Es un hermoso libro sobre el duelo, escrito sobre el diario íntimo de Madame Curie en el que narra sus emociones y su dolor, tras la muerte de Pierre Curie y se entrecruza con el propio duelo de Rosa Montero por su pareja, con quien vivió más de 20 años.

Dice Rosa Montero que al adentrarse en la vida de Madame Curie, le impactó ” el tesón, la tenacidad con la que supo sostener su deseo contra todas las circunstancias”. Curie terminó el colegio a los 14 años y soñaba con seguir estudiando en una Polonia donde, como en muchos países, a las mujeres les estaba prohibido. “Ella leía por las noches, porque había oído que las mujeres podían estudiar en San Petersburgo y Francia.”

Era una mujer persistente, fue también la primera mujer que obtuvo una cátedra en la Sorbona, Francia.

Vos crees que es historia antigua?

Te recuerdo que el año pasado Malala Yousafzai, ganó el Premio Nobel de la Paz: una adolescente paquistaní que el 9 de octubre del año 2012 fue víctima de un atentado llevado a cabo por los talibanes. Dos miembros, del Tehrik-i-Taliban, subieron a un micro escolar en el que se encontraba Malala y le dispararon con un fusil, alcanzándola en el cráneo y en el cuello. Su pecado ( y su deseo ) era estudiar. Su lucha  consiste en defender el derecho a la educación de las mujeres en su país. Hoy vive con su familia en Birmingham, Inglaterra, donde retomó la escuela.

Mary Wollstonecraft, una de las iniciadoras del pensamiento feminista, escribió en el año 1792 “Vindicación de los derechos de la mujer”.

En esos años escribe que  el objetivo de la educación es conseguir carácter como ser humano, independientemente del sexo al que se pertenezca“.

Hoy en la Universidad de Buenos Aires (UBA), seis de cada diez estudiantes son mujeres, según el último censo de la UBA, las mujeres son más de la mitad del alumnado en casi todas las carreras.

Por supuesto que estudiar y trabajar no nos libera de las tareas domésticas, sino mirá en todas las ciudades como vuelven a su casa las mujeres: cargadas de  bolsas con comida, pañales, artículos varios y pensando en las tareas domésticas por hacer . Aún así, con esta sobrecarga de trabajo que tenemos en el siglo XXI, es una bendición que podamos estudiar, trabajar, disponer de nuestro dinero, ser más libres y empoderadas.

Pero en el mundo,  según la ONG como Savethe Children, hay entre 62 y 65 millones de nenas y adolescentes que no van a la escuela. De ellas, 39 millones tienen entre 11 y 15 años. ¿Qué futuro tiene una adolescente que no estudia?

Una mujer con educación no sólo tiene un destino en la sociedad en la que vive, sino que puede proteger y defender a sus hijos, a su familia.

Pienso en este día en muchas mujeres.

Mujeres golpeadas

Mujeres quemadas

Mujeres lapidadas

Mujeres analfabetas

Mujeres explotadas

Mujeres que sufren injusticias

Mujeres humilladas

Mujeres abusadas

Mujeres sin derechos

Mujeres vendidas como mercancía

Hay mucho por hacer, si bien recorrimos un largo camino … y  las mayores de 60 saben bien de que hablo.

Deseo un mundo mejor para todas las mujeres.

Dedico este día también a mi bobe Eva, a quien pusieron a “ayudar” en las tareas de la casa a los 7 años de edad y tampoco pudo estudiar. Quien sabe por qué, si por ideología  o por pertenecer a una familia pobre.

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Lic. Judith Jaskilevich

Modular las emociones

Hoy quiero invitarte a pensar el tema de las emociones.

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Qué capacidad especial tiene alguien que puede dominarse en un momento de furia, y en vez de explotar, agredir, escupir fuego como un dragón , puede contenerse y frenar?

Hay mucha gente que  puede hacerlo y ni siquiera registra que eso es una virtud. Eso a mí me produce especial admiración.

Regular tus emociones es aprender a calmarte o a cambiar tus estados de ánimo, utilizando recursos internos que te permite  no usar medicación.

Entender, regular y aprender a lidiar con tus emociones te ayuda a convivir con vos mismo y con los demás. A aguantarse y a aguantarlos.

En Mar del Plata  dos colegas brillantes,  María Florencia Giuliani y Claudia Arias, investigan este tema (entre otros relacionados con el ciclo vital) y en un artículo de investigación publicado dicen que:  ”Las emociones son un fenómeno multifacético… que constituyen una fuente vital de información sobre nosotros mismos, el medio y los otros y que por lo tanto resultan altamente valiosas para el comportamiento adaptativo al mundo social”.

 Por que las  emociones son un fenómeno multifacético?

 Ellas desarrollan 2 autores, Gross y Thompson que “consideran que las emociones son fenómenos multifacéticos, que involucran a todo el organismo e implican cambios en la experiencia subjetiva, en el comportamiento y a nivel fisiológico”. A su vez, los autores concuerdan con Snyder y Lopez al decir “que las emociones se despliegan a partir la evaluación de alguna situación u objeto como relevante para las metas del sujeto”.

 Traducido quiere decir: que las emociones las sentís en tu cuerpo, con signos neurofisiológicos, (te agitas, se te acelera el corazón, te transpiran las manos) y también son una respuesta de nuestra mente a una situación que estás viviendo o al encuentro con alguna persona. Y además te llevan a reaccionar con conductas diversas.

 La pregunta es: ¿ es posible “gobernar” nuestras emociones?, siempre es necesario hacerlo? O a veces debemos simplemente dejarnos llevar por ellas?

 Contenerse y frenar es cuidar al otro de uno mismo: cuidar al otro de la capacidad de agresión, de la propia furia, de la capacidad que todos tenemos de herir cuando nos enojamos por alguna razón o cuando sentimos que el otro lastima nuestro orgullo…

 Ojo! que no estoy diciendo que hay que callar y aguantarse…sino que estoy elogiando a aquellas personas que pueden controlarse en un determinado momento de enojo, para no lastimar a alguien, porque como se dice popularmente, las palabras, son más dolorosas que los golpes.

 Conozco pocas personas con esa capacidad de regular sus emociones, pero conozco una mujer en particular que puede levantarse de una mesa antes de decir algo de lo que se puede arrepentir, conozco otra que es capaz de retirarse para no discutir con el padre de sus hijos delante de ellos, son personas que tienen un gran dominio emocional. Luego, calmadas, hablan.

 Mirá que fácil… en vez de gritar, herir o insultar se levantan, se retiran, se serenan y luego dicen lo que tienen que decir con tranquilidad.

 Conocés alguien así? hay gente así , y hay otra que después de algunos años de terapia…pongámosle 20 o 30… lo logran.

 Decir lo que uno tiene que decir, con respeto, hacia el otro y hacia nuestra propia persona debe ser de los aprendizajes más complejos que tenemos que hacer en esta vida.

 Lo habitual es que si te peleaste con tu jefe… le grites a tus hijos, o que si tuviste un día muy complicado… te la agarres con tu madre, con tu empleado, que descargues tu bronca con quien no corresponde de la manera menos adecuada.

 Cuando uno va envejeciendo también van cambiando sus emociones y con suerte aprende a regularlas y a conocerlas. Digo “con suerte” porque envejecer no es sinónimo de aprender, hay personas que con el correr del tiempo adquieren arrugas, mañas, canas, kilos, kilómetros transitados pero no aprenden, no adquieren sabiduría.

 Hoy estamos hablando de lo que se llaman “emociones negativas” como el enojo y la ira. Y te cuento que no me gusta mucho que las llamen “negativas” porque vos podes entender que no deberíamos sentirlas. Y no es así.

 Simplemente sentimos estas emociones y tienen una utilidad: cuando sentís miedo te preparas para huir, cuando sentís enojo te preparas para luchar. Cuando sentimos determinadas emociones nos llevan a reaccionar y a desplegar una conducta. Después veremos si esa conducta fue o no la adecuada a ese momento.

 Parte de la Inteligencia Emocional (IE), que han estudiado distintos autores, tiene que ver con entender las propias emociones: ¿prestas atención a tu estado de ánimo y a tus emociones?, ¿podes discriminar lo que sentís? ¿entendés por que estas sintiéndote alegre, triste o furioso?

 Otra parte de la IE es poder regular esas emociones: poder lidiar con lo que sentís y modificarlo cuando te sentís triste, angustiado, enojado, irritado…Por ejemplo:

 Cuando estás triste ¿podés hacer algo para cambiar tu estado de ánimo?.

 Cuando algo te salió mal y estás enojado ¿podés no descargarte con el que tenés a mano y no tiene nada que ver?

 Cuando estás desanimado ¿podés conectarte con cosas buenas, agradables para  cambiar tu estado de ánimo?

 Estamos hablando de regular nuestras emociones cuando intentamos  incrementar emociones positivas en momentos en que lo necesitamos o disminuir las emociones positivas en un contexto donde no pueden acompañarnos.

 Regular las emociones no es reprimirlas, ni silenciarlas, es percibirlas, entenderlas, es modular tus estados afectivos para alcanzar una meta: no pelearte, sentirte mejor, estar tranquilo, disfrutar un momento a pesar de…

 Conocí a una mujer hace años que me contó que cuando sentía que no podía más con su tristeza, o con su rabia, se iba a un cuartito en su casa , se quedaba ahí sola y empezaba a recordar buenos tiempos: un viaje, un momento agradable, una fiesta, una situación que la hizo feliz, a alguien que la quiso mucho…

 A este recurso yo lo llamaba “el método de control mental de Elba”.

 Hoy, muchos años después lo llamo ” el método de regulación emocional de Elba”.

 Una genia Elba,  si no aprendía a hacer esto…quien sabe…hoy le estábamos llevando café y cigarrillos a la cárcel de mujeres de Ezeiza.

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Lic. Judith Jaskilevich

Cinco modos de decir NO

Hemos tenido un comienzo intenso del 2015 con las notas de nuestro blog, con esta nota te propongo que nos tomemos un pequeño recreo. Veremos que sale…

Hace algunos años conocí a Olga una médica pediatra muy buena, a la que recurría para consultas de urgencia los fines de semana. Una excelente médica, interesante mujer y con un excelente criterio como médica.

Algunas veces hablábamos de su madre: una mujer que tuvo 5 hijos y nunca se levantó de noche para atenderlos , ése era el trabajo que le correspondía al padre.

Su madre vivió mas de 90 años. Era una mujer inteligente, pensaba que las mujeres debíamos aprender a decir LOS 5 NO:

NO SE

NO PUEDO

NO QUIERO

NO ME GUSTA

NO HAGO POR MIEDO

 

Si podemos decir no sé, le damos lugar a alguien que quizás pueda saber  y nos ayude.

A muchas personas les cuesta decir no puedo y no quiero.

Decir no quiero es un poco mas difícil porque a veces podemos…pero realmente no queremos. Y decimos y hacemos preocupados por lo que el otro va a pensar, a decir, de nosotros, por miedo a que nos retire su amor.

Si podemos decir no quiero, no me gusta, no puedo, no nos veríamos enredados en situaciones que después nos llenan de enojo y bronca con nosotros mismos.

Si podemos decir me da miedo, tenemos la posibilidad de encontrar alguien que nos diga: te acompaño, te ayudo.

La mamá de Olga decía “me da miedo” y nunca iba sola al médico, alguien la acompañaba siempre.

Si ya sé, te hablo de las mujeres… porque a  la mayoría femenina le cuesta decir no, se sobrecarga de temas personales, familiares y de trabajo.

El “qué dirán” y el «qué pensarán de mí», nos hace muchas veces aceptar, hacernos cargo, decir que sí cuando en realidad sería más saludable para nosotros poder decir no.

Si decimos “sí” cuando en realidad queremos decir “no”

estamos desoyendo nuestras propias necesidades.

Poder decir que no, cuando queremos decir que no, podemos o no queremos, es liberador.

Y por otra parte nos saca del lugar de víctima.

Viste que hoy cualquiera te dice: “no te victimices”…vivimos en una sociedad que no soporta a las personas que tienen esta conducta.

La persona que se victimiza, ve el lado negativo de cualquier situación que se le presenta, rechaza mostrarse feliz ante los demás, disfruta de contar sus tragedias o dramas, todo es visto como un drama o una tragedia, busca preocupar y bajar el  ánimo de la persona que la escucha, no le interesa encontrar soluciones a los problemas de los que se halla víctima. Siente que la vida fue injusta con ella, que nació para sufrir, que nunca será feliz. La persona que se victimiza cae en la autocompasión y la lástima, quien se relaciona con una persona así, termina agotado, sin ganas de reencontrarse.

En fin entre un bolero y un tango. Como el tango  “Tarde” de José Canet (1947)

Tarde

“Y aunque quiera quererte ya no puedo,
porque dentro del alma tengo miedo.
Tengo miedo que se vuelva a repetir
la comedia que me ha hundido en el sufrir.
¡Todo te lo di!…
¡Todo lo perdí!…
Siempre puse el alma entera,
de cualquier manera,
soportando afrentas
y al final de cuentas
me quedé sin fe.”

y claro en 1947 se veían las cosas de otra manera…

PD: Si lo vas a poner en práctica , que no sean todos los no juntos,para que no parezca un piquete. De a uno, despacito, piano, piano…

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Salir del horror, volver a la vida

Hoy 27 de enero es el “Día Internacional de Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto” por resolución de Naciones Unidas.
Prefiero hablar de Shoá en lugar de Holocausto ( que significa genocidio, pero también ofrenda o sacrificio a la divinidad), Shoá en hebreo significa catástrofe.
La fecha coincide con la llegada, en 1945, del Ejército Rojo soviético al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, en Polonia, poco después de que éste fuera abandonado por los nazis.
Este año, el organismo eligió como lema “Los niños y el Holocausto” y recordará al millón y medio de chicos judíos, así como a los miles de romaníes y sintis (errónea y popularmente llamados “gitanos”), pequeños con discapacidad y otras víctimas de los nazis y sus colaboradores.

Les quiero contar que fui acercándome al concepto de resiliencia, al tema del capital psíquico, a la psicología positiva por la necesidad de mi práctica profesional.
Hace más de 14 años que coordino grupos de reflexión de hombres y mujeres que sobrevivieron a la Shoá, y cuando me encontré con estos grupos no fué para hablar del trauma, sino para reflexionar sobre cómo mejorar la calidad de vida en el envejecimiento. Pero lo traumático se colaba en forma constante. Y comencé a escuchar relatos, horrores que llevaban guardados durante años.
El grupo de reflexión implica contención, acompañamiento, poner palabras, resignificar, desde el lugar de víctima a un lugar subjetivo de valor, autovaloración, aprendizaje, sabiduría, comprensión de las capacidades que uno encuentra para salir del infierno.
Estas personas han atravesado una situación traumática.
El trauma es “como un efecto sobre la mente, un efecto de violencia exterior que por determinadas circunstancias no puede ser procesado” (Dr. Pedro Boschan). Es decir que el tiempo no cura la herida, no se puede terminar de elaborar lo que se sufrió.
Ustedes se imaginan haber pasado por un hecho traumático y no hablar con nadie de lo que nos sucedió durante 40, 50 o 60 años?
“He aquí porque se necesitan de treinta a cincuenta años de musculación del Yo para volverse capaz simplemente de decirlo” (Cyrulnik, 2001)
Bueno… esto es más habitual de lo que todos pensamos…
En mi grupo hay una persona, David, que se reencuentra con su hermano finalizada la guerra, llegan a Buenos Aires, viajan como polizontes en un barco, el capitán los esconde durante el día en un armario y de noche los deja salir y les guarda comida para alimentarlos.
Nunca, nunca hablaron estos hermanos sobre lo que les pasó, cuando uno de ellos murió, el que quedó vivo se enteró por otras personas de algunas de las circunstancias que le acontecieron.

Otra mujer, Tauba, paso su adolescencia en el campo de concentración haciendo trabajos forzados, desde los 12 a los 18 años…adolescencia? No se había inventado para ella.

Ernest pudo escaparse de Austria con toda su familia, llego a Bolivia a los 14 años. Su padre era un gran abogado en Viena, un hombre culto, un intelectual, tuvo que vender mermeladas caseras que hacía su madre para poder subsistir, integrarse a la nueva sociedad y aprender el idioma.

Herbert se escapa de Berlín solo, cuando tenía 20 años…su madre ya se había ido con su hermano menor, no había dinero para el viaje, las visas, los sobornos en la frontera…tuvo que elegir a que hijo salvar…Herbert pudo llegar, tiempo después, a Gran Bretaña y alistarse como paracaidista.
Son gente fuerte, yo los llamo los “rolling stones”, han pasado lo peor.

Hace años recuerdo que para el día de nuestro encuentro semanal, hacía mucho frío (para nosotros), pensé me van a dejar sola… la mayoría de ellos rondaba los ochenta y pico…me sorprendí, estaban todos… Herbert que llevaba apenas una camisa y una campera de cuero me dijo. “ Frío? Frío hacía en Europa, 20° bajo cero, sin abrigo a veces sin zapatos… todo lo demás que vino en la vida era difícil, pero incomparable con “aquello”.

Estas personas tuvieron que atravesar este proceso de “musculación del yo” que consiste en tomarse el tiempo para poder ponerle palabras a la adversidad. Es hacerse fuerte para poder superar el dolor y la vergüenza para comenzar a hablar.
Ojo! Hablar es un proceso, superar la adversidad es otro cantar que llevará su tiempo, su esfuerzo y otros procesos.

Cuando hablamos de resiliencia siempre menciono los libros de Boris Cyrulnik, médico, neurólogo, psicoanalista, terapeuta especialista en trauma, etólogo…el mismo ha sido un niño que sobrevivió al horror y ha estudiado tanto tratando de entender lo que le ha pasado a sí mismo y a la humanidad hace 70 años, tratando de entender el horror y la maldad.
Porque con el nazismo no podemos hablar de locura sino de pura maldad.
Cyrulnik nació en Burdeos en 1937 hoy tiene 78 años, es una autoridad en el tema resiliencia a partir de su propia biografía, tras haber pasado parte de su infancia en un campo de concentración, donde perdió a su familia. Con tan solo seis años de edad consigue escapar de un campo de concentración, de donde el resto de miembros de su familia, rusos judíos emigrantes, murieron. Empieza entonces para él una etapa errante por centros y familias de acogida. A los ocho años la asistencia pública francesa lo instala en una granja y a punto está de hacer de él un niño granjero analfabeto; pero pudo ir a la escuela a los 11 años, y termina siendo un médico empeñado en entender sus propias ganas de vivir.

Cyrulnik se ha interesado en todos aquellos que logran superar un trauma y reinventarse. La resiliencia está compuesta por dos facetas inseparables: la destrucción, el sufrimiento, el descalabro por un lado, y por otro lado, la reconstrucción, el proyecto de una vida nueva o de una vida mejor.
El poder relatar la historia es un proceso que cura necesario para la construcción de la identidad individual o colectiva.
Dice nuestro querido maestro Cyrulnik: “Haciendo el relato de mi historia íntima, sé quién soy, cómo reacciono, lo que amo y aquello de lo que soy capaz”.
Va mi homenaje para aquellos que vivieron el horror de la maldad, de la destrucción de los valores más básicos de la humanidad, que siguen de pie para transmitir la historia, la verdad, a todos quienes quieran aprender de estos últimos testigos, que su lucha tanto en silencio, como las multiplicadas palabras que lograron al contar sus historias en primeras personas han logrado vencer por segunda vez la barbarie, antes la de la muerte y ahora la del negacionismo.