Las marchas en nuestro país han sido y seguirán siendo un útil recurso para que el ciudadano común, enojado, cansado de que situaciones injustas no se modifiquen y desesperanzado se manifieste. La injusticia es en el mayor de los casos protagonista y convocadora. Los habitantes de nuestro país no sólo reaccionan cuando les tocan el bolsillo, como se suele decir por ahí, por el contrario suelen tener voz cantante y se hacen escuchar cuando el límite se ha corrido más de la cuenta. Ahora bien, cuál es el rol de los políticos allí en este tipo de situaciones? Para qué caminan en silencio, sosteniendo algún cartel de pedido/protesta? Con qué derecho se sitúan al lado de los “sólo ciudadanos” y pretenden hacer de cuenta que son uno más cuando no lo son? Hipocresía o intento de sacar algún rédito político?.
Como no suelo subestimar la inteligencia de ninguna persona, como confío en que aquellos que hemos elegido a través del voto popular y legítimo y nos gobiernan son gente idónea, disculpen si peco de ingenua para algunos pero realmente creo en que si no lo son, intentan serlo, no inclino la balanza para el lado de la hipocresía. Con lo cual me quedo sola enfrente de la otra opción, la del rédito político. En ese caso creo que ellos sí están subestimando nuestra capacidad para formar opiniones relevantes. Parece que últimamente todo deviene en la obtención de votos, ese tipo de acciones no considero vaya a sumar alguno, por el contrario creo que su presencia no hace otra cosa que subrayar su falta de humildad y su egocentrismo. Cada uno debería intentar construir teniendo una precisa mirada de lo que es y representa. No se debe querer estar en todos lados. Si bien es un momento complicado para establecer roles claros, donde es difícil poner distancia porque se la asocia con reprimir, creo que por lo menos en este caso los políticos deben hacerse a un lado.
Ya lo decía el Don Pirulero, “cada cual atiende su juego”, o debería atenderlo, hay un lugar para cada uno y considero respetados señores del estado que el suyo no es hoy en el Congreso Nacional a las 17 hs. Esa va a ser una marcha donde cada presente va a hacerse eco del dolor, del sufrimiento de muchas mujeres y sus familiares, de la muerte acompañada de injusticia. No es lugar para todos, no somos todos lo mismo. Otra palabra que emerge de este tipo de convocatorias es impotencia, es la sensación de no poder más que caminar, cosa que no ocurre con ustedes que tienen la suerte de poder trabajar desde su despacho para que tales injusticias cesen, cambien, se ajusten a las necesidades sociológicas y psicológicas que van alterando las realidades que nos tocan vivir. Con el mayor respeto que me merecen les pido que hoy su rumbo marche en pos de que se pongan en movimiento las leyes que favorecen a las víctimas que por ejemplo hoy se van a manifestar, allí es donde ustedes deben estar, en ningún otro lado.
Francisco, en este momento Dios está con vos
Dios creador y padre, hoy te pido abraces a Francisco, tu representante en la Tierra, nuestro Papa.
En ese abrazo podrá sentir la fuerza que necesita para cumplir con la ardua tarea que le encomendaste.
Hoy rezo para que él pueda aceptar sus momentos de incertidumbre,
sus dudas en las tomas de decisiones, su cansancio de largas y complejas luchas.
Para que se comprenda un ser humano
con las limitaciones y debilidades propias de nuestra especie.
Pero hoy rezo para que nada de esto detenga sus ganas de refugiarse en vos, su Padre.
Para que nunca deje de encontrar allí, en tu abrazo, su horizonte, su paz, la tranquilidad.
De sentir allí, refugiado en tu abrazo, el permiso de cerrar por un momento sus ojos,
de suspirar, de flaquear.
Pero que también sienta tu palmada en la espalda
que lo impulse y anime a erguirse nuevamente para seguir adelante.
Que caminando por la vida espiritual de cada uno de nosotros
logre ser semilla fecunda
para poder transformarnos en mejores personas
y de esta manera todos seamos parte
de un mundo que busque el bien común.
Amén
La Presidente le hace upa a Randazzo
Ayer por cadena nacional tuvimos el agrado de escuchar una vez más a la presidente de todos y todas ponerse a la defensiva, desparramar resentimiento y enojo sobre sus enemigos manifiestos para finalmente salpicar con rabia a sus enemigos latentes, a aquellos que a pesar de intentar mostrarse respetuosos y esquivar los sistemáticos golpes, deben creo yo, estar perdiéndole la paciencia a este continuo relato agresivo y partidista. Los que no consiguen dada su falta de idoneidad o creatividad mostrarse diferentes a quien nos preside cuentan con su sobreprotección. Claro fue el ejemplo de su última cadena nacional donde en medio de un recurrente relato autorreferencial plagado de autoelogios colocó bajo su ala a un Randazzo que puchereaba desde su lugar de víctima, solo faltó que le pusiera el chupete para demostrar explícitamente su espíritu consolador.
Si bien considero que, cualquiera sea, la figura presidencial debe ser respetada por ser acreedora de un lugar de privilegio ya que no hace ni más ni menos que representar a cada uno de los argentinos hayan o no votado por ella, me está resultando cada vez más difícil hacerlo. Cada vez menos comprendo su intolerancia por aquello que no encaja de manera perfecta en su esquema de pensamiento, me cuesta entender el motivo de tanto mensaje de enojo, resentimiento y reto disfrazados de una aprendida oratoria, acompañados de un tono suave que hasta de vez en cuando consigue hacer quebrar.
La presidente debería empezar a hacerse respetar bajo el lema de Ser y Parecer. Se maneja bien en el plano del parecer, sin embargo es el “ser” el que debería pulir. Lo que “ser” mandataria de un país significa, darle un lugar más preponderante a la objetividad, no dejar de defender sus ideales pero hacerlo con más altura, mejorar aquello que nuestro país necesite pero sin darle protagonismo a sus odios personales.
Esta democracia autoritaria está cansando a todos y todas, castigar a instituciones y personas que hayan tenido el tupé de disentir en el presente o pasado con su manera de entender la política pone en evidencia la ausencia de voluntad de gobernar a nuestro país respetando la genuina singularidad de cada uno de sus habitantes.
Democracia autoritaria donde expresar diferencias ideológicas puede tener consecuencias negativas, términos como “pluralidad” que se han convertido en palabras sin significado y manejos manipuladores que alientan a tomar la mano pero si la misma no sostiene el similar panfleto de ideas hay que empezar a estar atento a correrla rápidamente para que la vara no golpee demasiado fuerte al desacuerdo.
Argentina sigue necesitando madurar como sociedad para que el sistema democrático se respire en el ambiente y no se intente instalar a los golpes. Usted todavía nos gobierna, a mí no me haga upa pero por favor ayúdeme a poder respetar su figura sin tanto esfuerzo, haga de su legado menos terminología y más contenido.
Los Argentinos queremos paz, sin embargo estamos llenos de “relatos salvajes”
Tiene que haber un momento en donde todos y cada uno de los que integramos este país deberíamos reflexionar e intentar comprender qué nos está pasando para que la incoherencia sea quien nos defina.
La incoherencia de querer ser alguien pero comportarse de manera completamente distinta a esa búsqueda no solamente ocasiona sufrimiento sino que en ocasiones mucho enojo y frustración. Alguno de los motivos por los cuales esto sucede es por no conocerse, por distorsionar la imagen propia pensando que se puede ser alguien que no condice con la realidad o simplemente por pretender ser quien no se es. Tristemente en el cuadro de los Argentinos veo claramente la imagen representada de este sufrimiento, enojo y frustración.
Es cuando logramos hacer ese genuino contacto con nosotros mismos, cuando podemos empezar a intentar modificar aquello que no nos gusta de nosotros y revertirlo. Hacerlo requiere intención, sacrificio y madurez. En general se llega a esta instancia cuando tocamos fondo, es recién ahí cuando las personas nos damos cuenta que es necesario hacer algo distinto para estar mejor. Todo tiene un límite y creo que casi como naturalizando las desprolijidades, sin darnos cuenta ya lo hemos pasado, ya tocamos fondo.
Quiénes somos los Argentinos en esencia? Somos esos chantas que andan dando vueltas por el mundo disfrazados de turistas gritones que intentan sacar ventajas de cualquier distracción oriunda del país que estén visitando? Somos quienes tenemos cinco representantes que recibieron un premio Nobel? Somos tanta corrupción o merecedores de tener al Papa Argentino? Somos orgullo o papelón? Quizás algo de cada cosa y en función a eso deberíamos empezar a desplazar el papelón para reemplazarlo por más orgullo.
Tenemos demasiado por qué avergonzarnos, demasiada historia oscura de casos no resueltos. El hartazgo es masivo y seguimos errando el rumbo. Haciendo pie en la lamentable tragedia del fiscal Nisman, en un intento de ser cautos con lo que se dice y no solo por respetar a sus seres queridos sino también por respetar su figura profesional, no sería conveniente dejar de hablar sin saber, dejar de escupir opiniones y protagonizar debates televisivos o radiales donde por haberle perdido el respeto al valor del silencio pareciera que el objetivo es llenar espacios desarrollando la teoría de turno.
Si queremos que se respeten las instituciones no se te ocurrió respetar a quienes las integran? Si queremos paz por qué no la promovemos. Cada uno tiene un lugar en el territorio Argentino, lo ocupa, vos en ese espacio estás construyendo algo valioso con tu saber o estás apilando basura? Qué estás haciendo con tu profesión u oficio? La estás desarrollando en pos de alcanzar la meta de la idoneidad, la armonía y la excelencia humana o subrayando el egoísmo individual trabajas para sacarle ventaja a la circunstancia pasajera que sólo conlleva a logros de corto plazo?
Todos somos responsables del país que tenemos y todos debemos hacer algo para tener un país mejor, no un país distinto.
Acercarse a la idea de aceptación
Las personas tenemos la difícil tarea de aceptar lo que nos toca vivir. Hay situaciones con las cuales tenemos que convivir pero nos cuesta mucho hacerlo, no le encontramos la vuelta a la manera. Algunas son situaciones críticas o trágicas y otras tienen que ver con realidades no placenteras que ocurren en lo cotidiano.
Las tragedias son imprevistas y le ocurren a cualquiera; enfermedades, muertes de seres queridos, separaciones, pérdidas, sólo para proporcionar algunos ejemplos, no llaman a la puerta, irrumpen. Como resultado nos sentimos sacudidos, confusos, llenos de incertidumbre, angustia o tristeza. Hay otras cuestiones que pueden tener que ver con temas laborales, vinculares, personalidades complicadas para nuestro modo de percibirlas pero con quienes tenemos que relacionarnos y eso también provoca sentimientos de displacer.
Es esperable dada nuestra naturaleza ofrecer resistencia, enfrentarnos a estas situaciones e intentar combatirlas. Si pasado el tiempo esto permanece inalterable algunos se resignan, otros llevan su nivel de tolerancia más allá de lo que pueden soportar y continúan luchando convirtiendo lo que en principio era una batalla en una guerra donde el que pierde es uno mismo porque más allá de cuánto pelee, la mojarrita nunca se come al tiburón. Hay quienes se llenan tanto de enojo, impotencia y tristeza que enferman su cuerpo. Nada de lo mencionado nos coloca en un lugar mejor al que estábamos ya que no son opciones constructivas. Es en esta instancia cuando deberíamos considerar la idea de aceptar lo dado, tal y cual se presenta.
Intentar entender algo como “dado” ya es una manera de delinear nuestro pensamiento porque delimita lo que nos excede de lo que podemos cambiar. Hacer contacto con esta idea produce paz. Abandonar la omnipotencia y ubicar lo que nos perturba en el escenario de la complejidad humana y mundana sin querer evitarla produce tranquilidad. Poder entender a la vida y lo que nos sucede como algo global, como un todo que va adquiriendo sentido a partir del entramado de cada una de sus partes, por más dolorosas y difíciles de sobrellevar que sean, nos ayuda a cuestionar menos cada hecho que nos ocurre. Todo cuestionamiento requiere de un análisis introspectivo de difícil resolución que puede llevar a la frustración. Cuando por el contrario le hacemos un lugar a la aceptación en nuestro día a día nos acercamos a la serenidad, a la salud psíquica, a la paz interior.
Hacerlo requiere de mucho trabajo con uno mismo. Como todo lo que tiene que ver con lo humano es difícil, no obstante posible.
Candidatos políticos, del SER al HACER
Creo que nuestro país está lleno de incongruencias y uno de los ejemplos es que el voto sea obligatorio cuando es mucha la densidad poblacional que no sólo manifiesta desconocimiento sobre la política sino completo desinterés sobre la misma. Para el sector mencionado es difícil cumplir con esta obligación civil y pareciera que todo se reduce al año electoral cuando los candidatos con menor o mayor contenido exponen su perspectiva de desarrollo y crecimiento, nos dicen lo que van a hacer, lo que hicieron y sus razones por las cuales nosotros deberíamos elegirlos. Ellos en el escenario exponen, hablan, nosotros en las butacas escuchamos; ellos activos, nosotros pasivos. Sin embargo cuando agarramos la boleta elegida, la colocamos en el sobre e insertamos en la urna tenemos la oportunidad de ser activos y nuestra acción influye con nuestra elección el destino propio bajo su gobernabilidad durante los próximos 4 años y el destino del electo ya que le damos la oportunidad de que nos presida.
Los políticos accionan y construyen desde su ser. Ellos son y es a partir de esta esencia, su personalidad, su pensamiento y su modo de relacionarse que llevan a cabo. En general le prestamos atención a sus ideas, no obstante para quienes desconocen o no les interesa la política las mismas caen en saco roto. Y para los que creen que saben o para los que saben son tantas las ideas, tanto por hacer en un país, tantos rubros: educación, salud, seguridad, desarrollo social, planificación, economía etc etc, nadie sabe sobre todo lo mencionado. Ahora bien, votar es una obligación civil, tenemos que elegir, ellos, los candidatos nos van a tratar de convencer de que son la mejor opción, nosotros los electores no desaprovechemos esa oportunidad de que nos demuestren ser lo mejor. Podemos tener una mirada global de ellos, intentemos considerar sus ideas como forma y su persona como fondo, las ideas van a tomar forma dependiendo del fondo de donde provean, de allí emergen, no desatendamos el fondo de cada uno de los candidatos porque desde allí es que nos van a gobernar, desde el fondo de su ser.
Tenemos una oportunidad más de ser activos, no sólo cuando entramos al cuarto oscuro sino también cuando sentados en nuestra butaca no oímos sus ideas, los escuchamos a ellos, hagamos que en su exposición expongan su persona. La mayoría debería ser capaz de esto, de conocer al candidato, todos tenemos noción de cómo percibir a un otro, todos nos relacionamos y cuando lo hacemos podemos formarnos una idea de esa persona, de dónde viene, cómo llegó a ser quién hoy es, de qué manera transurrió su vida, si la caminó; la corrió, la tropezó, de hacerlo pudo levantarse? Con quién se fué relacionando en su crecimiento, a quiénes eligió para que lo acompañaran, que fué haciendo con lo que le fue pasando, quién lo conoce, si se deja conocer, si se hace conocer, si lo menciono en Usuahia, Córdoba o Jujuy saben quién es, quién le importa a él. Esa es la idea que debería preponderar en nuestra decisión, confiemos más en nuestra idea de ellos que de las suyas.
Argentina con el carro adelante del caballo
Cuando esto sucede, cuando el carro está adelante del caballo se originan dos grandes inconvenientes, en primera instancia el caballo tropieza con el carro, lo hace una y otra vez, el carro deja de ser un elemento de utilidad para ser obstáculo. Por otro lado hay ausencia de movimiento, la función del caballo es avanzar y arrastrar el carro, sin embargo dadas las condiciones su objetivo queda sin curso ya que más allá de los intentos, la frustración sostenida en el tiempo en general conduce a la resignación y luego al abandono. Puede que cada uno realice muy bien su actividad y que funcionen individualmente, sin embargo no logran realizar su tarea ya que no trabajan para un objetivo común. No creo que la solución a lo planteado sea reemplazar al caballo o comprar un nuevo carro, habría que intentar que cada una de las partes comprometidas en la acción encuentre su lugar, se coloque allí y que trabaje, que se realice teniendo en cuenta su objetivo individual pero también uno común al resto con quienes co-habita.
Argentina es carro y caballo, es elemento de utilidad para sus habitantes y su objetivo es avanzar, progresar. Cada uno de nosotros Argentinos somos quienes nos ubicamos adelante o atrás. Cada uno desde su saber ser y hacer debería revisar el lugar donde está ubicando su objetivo individual y dónde el común. Está claro que somos una comunidad con vasta capacidad en diferentes ámbitos y rubros pero también es real que algo está fallando dado que nuestro país no funciona en consonancia a dichas capacidades. No creo que sea el desempeño sino la manera en que nos desempeñamos. Muchos hablamos de brecha, agresividad y autoritarismo, escucho decir “nuestro problema está en la educación” “está en el sistema judicial” “son los políticos” “son los policías” y de esta manera nos vamos echando mutuas culpas sin darnos cuenta que no tiene que ver con la profesión sino con nosotros que ejercemos dichas profesiones, el problema somos todos en mayor o menor medida. Es tanto lo que hay que mejorar que no podemos focalizar en un objetivo común y es por eso que no avanzamos o por lo menos no avanzamos en una dirección lineal, damos tres pasos y retrocedemos uno, no logramos construir sin destruir.
Remendar es más difícil que hacer bien las cosas desde el comienzo, requiere de más esfuerzo y es más desgastante pero en este caso no tenemos opción. Para lograr remendar deberíamos comenzar por asumir la responsabilidad que tenemos como miembros activos del país que queremos cambiar, que queremos mejorar y dejar de poner el foco para iluminar a los supuestos culpables y poner el foco sobre lo que nosotros podemos hacer para aportar y dejar de hacer lo que sabemos no ayuda, entorpece y atrasa el progreso. Poné el caballo adelante del carro, taconealo suavemente y va a comenzar a transitar su camino, a avanzar.
ARGENTINA HOY comunidad, sociedad o suma de individuos?
Cada uno de nosotros tiene una habilidad, la misma con la práctica se puede desarrollar, transformar y llegar a convertirse en talento. Poder descubrir esta habilidad requiere de esfuerzo, para poder desarrollar nuestras potencialidades es necesario conocerlas, estar atentos a nuestro saber. No obstante considero importante tener la intención de que ese valor propio se ponga en común para que de esa manera cada parte conforme un todo más enriquecedor y podamos empezar a pensarnos como una comunidad y sociedad.
Una vez más nos pongo en el centro de la escena, tenemos el papel protagónico. Esto demanda un arduo trabajo individual que nos lleva a recorrer un ascendente camino dinámico. Poder entrar hacia uno mismo para ver qué hay allí, descubrirse no solo en las fortalezas sino también en las debilidades, nutrir las primeras y mejorar las segundas. Sin embargo pienso que esto debería funcionar como motor para no sólo ser cada vez mejor persona sino también parte significativa de los demás. Hoy es habitual para mí escuchar a la gente enfatizar la importancia de preservarSE, cuidarSE, ejercitarSE y me pregunto en qué momento empezamos a descuidar el NOS. Habría que revisar a dónde nos está llevando este modo de actuar, si consideramos que somos integrantes de una comunidad, si podemos entendemos como inmersos en una. Creo que hay una mirada muy aguda puesta en lo individual lo cual nos convierte en una suma de individuos, en una masa. No creo que el objetivo de nuestra vida sea sólo recorrerla, adquirir autoconocimiento a través de las experiencias que vamos teniendo sino que pienso que cobra sentido paulatinamente a medida que vamos mediante un proceso dialéctico interactuando y compartiendo ese aprendizaje con quienes nos rodean con el propósito de afectar positivamente a los otros. Si asumimos el compromiso de ser parte de una comunidad que enfatiza las características comunes de los elementos que la constituyen, donde el todo no está por encima del individuo sino que es componente fundamental del mismo quizás podamos asumir la responsabilidad que tenemos dentro de la misma y cooperemos para mejorarla.
Cuando nos paramos en un lugar común podemos sentirnos parte y si bien los individuos están más libres de las determinaciones también están más solos y librados a sí mismos. Somos seres sociales y ser parte tiene más ventajas que limitaciones pero a su vez tiene obligaciones que es lo que a mi entender estamos descuidando. Cada uno de nosotros dentro de nuestro país, de nuestra sociedad y comunidad podríamos esforzarnos para trabajar lo individual con el fin de darle más contenido a lo grupal y cuando nos quejamos por los temas actuales como la inflación, exclusión social, bajos salarios e inseguridad pensemos que somos responsables y tenemos la tarea de hacer algo al respecto desde nuestra singularidad.
Hoy le doy vacaciones al “deber ser”
Acabo de terminar de leer una nota protagonizada por un escritor que lamentaba el hecho de haberse tomado la vida tan en serio y por no haberle dado más protagonismo al entretenimiento y disfrute. Lo mencionado responde a uno de los tantos clichés del ser humano, vivir tras exigentes mandatos, vivir en eterna búsqueda de objetivos que parece nunca podemos alcanzar, darle en cada uno de nuestros días vividos mucho más lugar al “debo” que al “quiero” y después, siempre después, la reflexión y arrepentimiento. Coherente a mi línea de pensamiento considero que siempre estamos a tiempo de revertir, modificar y cambiar, sin embargo creo que es bueno no sólo saber y ser conscientes de lo que nos hace mejor sino también poder de vez en cuando poner en práctica este conocimiento, hacer algo respecto a un modo de vivir que se ocupa más de cumplir normas que de relajarse y disfrutar.
La inteligencia no tiene que ver con un saber abstracto y teórico ni con cuestiones sumamente complejas, es inteligente quien realiza con cada pequeña enseñanza. Es por eso que considero saludable intentar de vez en cuando o hasta incluso proponerse un día, algunos días, una semana, el tiempo que querramos y cada uno a su manera priorizar lo que nos hace feliz en lo cotidiano a atender demandas que nos pesan y muchas veces tienen que ver con supuestos e ilusorios escenarios de felicidad. Es precisamente cuando la felicidad pasa a ser una meta más que una elección diaria cuando empezamos a convivir con el estrés, las contracturas, jaquecas, con la enfermedad física resultado de la psíquica. Las personas no deberíamos ajustarnos a ese principio sino el camino contrario el que deberíamos intentar transitar, que el bienestar y la felicidad sean parte del proceso diario y no el resultado. Mencioné el hecho del vivir bien cada uno a su manera porque también es cliché dar listados con formatos limitantes como por ejemplo: realizá un viaje, hacé deporte, andá a un día de spa, júntate con tus amigos, toma un helado en vez de comer una barra de cereal, tomá una copa de vino y no agua mineral etc etc. Quizás para muchos nada de eso tiene que ver con su realidad o de cómo entiende su bienestar y muchas veces lo que podemos hacer para mejorar nuestro bien vivir está a nuestro alcance, conforma y es parte de nuestra rutina. Tiene que ver con la manera en que abordamos lo que nos va pasando, con lo que hacemos con lo que nos pasa más que con cambiar lo que nos pasa. Sirve llevar a planos de posibilidad la idea de entender a la vida como algo mucho más simple si no la complicamos y sin pretender desconocer ni desatender lo doloroso, complejo y arduo que nos pueda pasar de vez en cuando vale la pena prestarle atención a aquello que no lo es y no obstante lo convertimos en tal.
En lo personal creo que es imposible no tomarse la vida en serio ya que tenemos responsabilidades desde chicos y eso requiere de seriedad pero sí me parece que se nos intenta mostrar un modelo de vida exigente y al que es bueno no adherir en todos los casos. Si bien no todo, algo se puede flexibilizar, en eso pongo hoy el foco, en el algo, a eso hoy le doy vacaciones
Entre los bla bla y el contenido, la comunicación
“El aplazo va a estar pero priorizamos el saber y no la nota”
Desde el Ministerio de educación de la Provincia hubo que responder, aclarar y explicar una resolución que fue noticia por la intencionada mala interpretación de la misma. Lo ocurrido no es más que un ejemplo de los errores que pueden cometer no sólo los políticos sino que todos los seres humanos en la manera de hacer uso de la comunicación.
En el ejemplo citado el problema estuvo en la ausencia de comunicación, cuando esto ocurre, cuando dejamos espacios vacíos los mismos quedan librados al azar para ser completados por otro, quien no siempre lo hará de manera idónea, correcta o precisa, lo más recomendable para evitar interpretaciones es que los autores que generan el mensaje lo reproduzcan. Cuando omitimos puede que sea por creer que los datos no son necesarios y de alguna manera subestimamos el sentido de la comunicación, no asumimos que todo comportamiento es una comunicación y refleja nuestra forma de accionar frente a diferentes situaciones. Podemos expresar de variadas formas, elegir callar porque el no hacerlo puede generar conflictos, y de ésta manera considerar que por no decir, las dificultades van a dejar de existir, cuando en realidad lo único que sucede es que las mismas se esconden durante un tiempo determinado y cuando eligen hacerlo, salen, se descubren. Si logramos salir del estado de comodidad y nos animamos a hablar más allá de la situación angustiante, dolorosa, combativa o de malestar que la misma pueda tener como consecuencia seguro vamos a encontrar respuestas que no acobijan sino que nos dan un techo. También tenemos la posibilidad de confabular en contra de expresar correctamente, buscar momentos inapropiados para de ésta manera quedarnos tranquilos con que dijimos lo que pensábamos cuando en realidad al no crear un espacio para la conversación el mensaje sólo queda en el plano del emisor.
En ocasiones creemos que podemos reducir la comunicación humana a un intercambio de causa y efecto donde cada parte se defiende de los ataques de la otra. Vuelvo a lo ocurrido con el tema de educación, noticia central de la semana pasada, alguien dispara una información, la distorsiona con el único objetivo de tomar ventajas políticas que tiene como consecuencia la respuesta del defendido. En lo expuesto se ve claramente reflejada esta equívoca premisa de causa y efecto, si pudiésemos entender la comunicación como un proceso cíclico en el que cada parte contribuye a la ampliación, a darle forma o a la continuidad del intercambio quizás se reduciría la postura de defensa, se disiparía la necesidad de estar al asecho y las idas y vueltas entre opositores ideológicos no daría lugar a convertirlos en opositores personales.
Comunicar es una manera más de manifestarnos a través de nuestra personalidad, la intención que hay detrás de cada mensaje, la utilización de palabras apropiadas para considerar también al que escucha lo que tenemos para decir, el lugar que le doy al otro para que pueda también comunicar y de esta manera convertir la charla en diálogo y los tonos que son los que le dan armonía a las palabras, todo en conjunto ayuda para la efectividad de algo muy complejo que no siempre es tomado en cuenta y en serio.