Cuando esto sucede, cuando el carro está adelante del caballo se originan dos grandes inconvenientes, en primera instancia el caballo tropieza con el carro, lo hace una y otra vez, el carro deja de ser un elemento de utilidad para ser obstáculo. Por otro lado hay ausencia de movimiento, la función del caballo es avanzar y arrastrar el carro, sin embargo dadas las condiciones su objetivo queda sin curso ya que más allá de los intentos, la frustración sostenida en el tiempo en general conduce a la resignación y luego al abandono. Puede que cada uno realice muy bien su actividad y que funcionen individualmente, sin embargo no logran realizar su tarea ya que no trabajan para un objetivo común. No creo que la solución a lo planteado sea reemplazar al caballo o comprar un nuevo carro, habría que intentar que cada una de las partes comprometidas en la acción encuentre su lugar, se coloque allí y que trabaje, que se realice teniendo en cuenta su objetivo individual pero también uno común al resto con quienes co-habita.
Argentina es carro y caballo, es elemento de utilidad para sus habitantes y su objetivo es avanzar, progresar. Cada uno de nosotros Argentinos somos quienes nos ubicamos adelante o atrás. Cada uno desde su saber ser y hacer debería revisar el lugar donde está ubicando su objetivo individual y dónde el común. Está claro que somos una comunidad con vasta capacidad en diferentes ámbitos y rubros pero también es real que algo está fallando dado que nuestro país no funciona en consonancia a dichas capacidades. No creo que sea el desempeño sino la manera en que nos desempeñamos. Muchos hablamos de brecha, agresividad y autoritarismo, escucho decir “nuestro problema está en la educación” “está en el sistema judicial” “son los políticos” “son los policías” y de esta manera nos vamos echando mutuas culpas sin darnos cuenta que no tiene que ver con la profesión sino con nosotros que ejercemos dichas profesiones, el problema somos todos en mayor o menor medida. Es tanto lo que hay que mejorar que no podemos focalizar en un objetivo común y es por eso que no avanzamos o por lo menos no avanzamos en una dirección lineal, damos tres pasos y retrocedemos uno, no logramos construir sin destruir.
Remendar es más difícil que hacer bien las cosas desde el comienzo, requiere de más esfuerzo y es más desgastante pero en este caso no tenemos opción. Para lograr remendar deberíamos comenzar por asumir la responsabilidad que tenemos como miembros activos del país que queremos cambiar, que queremos mejorar y dejar de poner el foco para iluminar a los supuestos culpables y poner el foco sobre lo que nosotros podemos hacer para aportar y dejar de hacer lo que sabemos no ayuda, entorpece y atrasa el progreso. Poné el caballo adelante del carro, taconealo suavemente y va a comenzar a transitar su camino, a avanzar.