En mi vida hay un antes y un después del jardín de infantes. Todavía me acuerdo cuando empecé a escribir por acá, haciendo catársis por la culpa que me causaba escolarizarlos desde tan temprano. ¿Porqué dudaba tanto? Si jardín es glorioso, G-L-O-R-I-O-S-O (se merece mayúsculas, ja).
¿Para cuándo el próximo?
Hace rato que no escribo por estos pagos. Es que, de a poco, estoy rehaciendo mi vida porque entre el jardín, la siesta posterior y juego cada vez más independiente, vuelvo a tener tiempo para mí (y posta que lo escribo y aún no lo creo).
Solucionadores de petit problemas
Siempre estoy pidiendo consejos, hoy me toca a mí dar algunos tips. En realidad el objetivo de este post es contarles qué inventos me salvaron en estos dos últimos años solucionando “problemones” que surgieron en mi rol de mamá y que ustedes cuenten si tienen algún “solucionador” para aportar a mi lista.
Opciones “baby friendly” para vacaciones de invierno
Las vacaciones de infierno están entre nosotros. Las mañanas y las tardes son más largas cuando todos estamos todo el día en casa y a los chicos hay que cansarlos de alguna manera. La pregunta es: ¿Cómo hacer para distraerlos en la Ciudad sin gastar fortunas?
Los celos son traviesos
Hace un par de meses escribí por estos pagos un post sobre lo espectacular de ser mamá de mellizos. Hablaba de lo gratificante de tener cuatro ojos te miren con admiración, dos sonrisas que te despierten cada mañana, cuatro brazos que te envuelvan…
Socorro, ¡no lo puedo sacar de mi cama!
¿Adivinen qué? ¡Otra vez los bebés se enfermaron! Sí, obvio. Pero como ya no es novedad, pasemos al tema que me desvela literalmente hace varias semanas.
Hay que pasar el invierno
Amo el invierno. Bah, lo amaba. Hasta que fui mamá. Es que, cuando empezaba a disfrutar del primer frío, llegaron los mocos y la tos, el catarro y la fiebre. Y arrancó una catarata de virus y bacterias imposible de parar.
Que la comida de tus bebés no sea una pesadilla
Si me preguntan qué es lo que menos me gusta del rol de madre no lo dudo ni un instante. Disfruto de bañarlos, hacerlos dormir, no me molesta cambiarles los pañales pero si hay algo que detesto es darles de comer.
¿A quién se parece?
“¿A quién se parece?”, es la primera pregunta que hacemos cuando nace un bebé. Incluso antes del parto, con tanta ecografía circulando, ya le vemos la frente de tal, la nariz de cual y el mentón de tío Pepito. Algunas reflexiones al respecto:
Bebés a la moda (y cómodos también)
Amo la moda, me apasionan las tendencias, soy compradora casi compulsiva. Desde que nacieron los chicos, dejé de lado (un poco) mi persona y hago bastante shopping para ellos.
Voy a ser sincera: me gusta muchísimo más la pilcha de mujer que la de varón, sueño con moños y vestidos de punto smock, pero como por el momento no tengo una niñita cerca, me encariñé con la moda de petits masculinos y trato, en lo posible, que los mellizos estén cancheros.