Por: Constanza Crotto
Hace rato que no escribo por estos pagos. Es que, de a poco, estoy rehaciendo mi vida porque entre el jardín, la siesta posterior y juego cada vez más independiente, vuelvo a tener tiempo para mí (y posta que lo escribo y aún no lo creo).
Disfrutaba plácidamente de este período de paz hasta que los chicos cumplieron dos años. Desde ese día, parece que todos se hubieran puesto de acuerdo en hacerme la misma pregunta: ¿Y el próximo para cuándo?
La verdad es que casi no se me había cruzado por la cabeza. Quizá alguna vez me agarró un poco de nostalgia cuando vi un bebé chiquito en brazos pero no mucho más. Confieso que tanta presión me dejó un poco mareada, ¿Será que tengo que tener ya un tercer hijo? (¿Y si otra vez el embarazo viene con yapa? Este tema merece paréntesis y post aparte).
Noto que dos bandos bien distinguidos. Están quienes sostienen que hay que tener los hijos seguidos, pasar cuatro/cinco años trabajando arduamente para después descansar de pañales y mamaderas para siempre. Del otro lado están los que se toman la cosa con más tranquilidad y disfrutan de la crianza de cada bebé. Una vez que se va haciendo niño, recién ahí emprenden la búsqueda del hermanito dejando una diferencia importante entre hijo e hijo.
Yo tengo mellizos y no tuve respiro en los últimos dos años así que pretendo tomarme al menos unos meses más. Pero mi marido quiere cinco (si, cinco), así que tendré que apurarme, ¿no?
¿Qué opinan ustedes? ¿Hay una diferencia de edad ideal entre hermanos?