Sin darnos cuenta, solemos rotular a las canciones por su relevancia. A las más actuales y pegadizas les decimos “Temazos”, si estas logran superar el paso del tiempo les decimos “Clásicos”, pero unas pocas son las que llegan a tener la entidad de “Himno”.
El Metal Argentino tiene su himno y es “Destrucción”, canción compuesta por Gustavo Rowek y Ricardo Iorio que abre el disco “Luchando por el Metal” de “V8”.
¿Por qué nos referimos a “Destrucción” como un himno? Primero y principal el público así lo certifica, sin ir más lejos, hace un tiempo nos pusimos a pensar las composiciones que no pueden faltar en el documental “Sucio y Desprolijo” y para ello preguntamos a la gente a través de las redes sociales cuáles eran las canciones del Metal Argentino que consideraban más relevantes y “Destrucción” quedó en el primer puesto por amplio margen.
Con respecto al concepto de “himno”, sin ánimos de usar arbitrariamente tamaño calificativo, entendamos a este tipo de composiciones como su definición lo afirma, en representaciones de acontecimientos o como en este caso, una manifestación que identifica a una comunidad, entendiendo a todo lo que hay alrededor del Metal Argentino como un grupo de estas características. Estas representaciones, están tan cargadas de sentido que se suelen interpretar en canciones como es este caso.
Hace unos años al comenzar la realización del documental “Sucio y Desprolijo”, diagramamos la investigación sobre la historia del Metal Argentino la cuál iba en paralelo con la filmación de las notas. Como era de esperar, caímos en el lugar común de pensar que los inicios fueron solo de “V8”, algo que se fue despejando con el paso de las semanas y que gracias a los testimonios de referentes que vivieron aquella época, nos abrieron un universo de otras bandas que en paralelo a la agrupación emblema, también se subieron a la proeza de hacer Heavy Metal en un contexto adverso. Una de ellas, por esas contrariedades de la escena y tal vez con el destino desfavorable no logró trascender pero dejó su marca imborrable en la historia, este grupo se llamaba “Bloke”.
Una de las cosas que nos dificultaron, en cierto punto, al comenzar a realizar este documental es la escasez de material bibliográfico para consultar. Más allá de lo que se pueda encontrar en internet o las revistas especializadas, la cultura del libro musical aquí en Argentina no está lo suficientemente desarrollada. Será falta de interés de las editoriales o de gente para realizarlos pero lo cierto es que, si de libros hablamos, hay muy poco para consultar.
Con el correr de los años hacer una versión o reversión de un tema de otro artista se ha vuelto una manera de mostrarle al resto qué cosas lo influyeron a uno como músico, una espece de homenaje al compositor o intérprete original. Dentro de esta breve pero fructífera historia del heavy nacional podemos observar varios ejemplos de los covers o reversiones que han hecho las bandas a lo largo de su carrera.
Una de las principales razones por la cual el Metal Argentino se ha mantenido siempre en una posición de lucha y resistencia ha sido la de tener que lidiar como una subcultura dentro de un universo mucho mayor en lo que refiere a estilos musicales. Si bien el público es quién tiene la última palabra para engrandecer un estilo o una banda, no se puede ignorar a un actor básico que marca rumbo, tendencia y hasta define opinión: nos estamos refiriendo a los medios de comunicación. Desde sus principios, el Metal Argentino ha tenido una relación tensa con la prensa. Los primeros antecedentes más recordados fueron el ya legendario recital de “Riff termina el año sin cadenas” en Ferro en que alrededor de la banda de Pappo ya se venía construyendo una mala fama desde los medios de comunicación por considerarlos violentos, algo que también incluía a su público. Es cierto que esto también respondía al contexto de aquellos años en que todo tipo de rebeldía juvenil era denostada y perseguida.
El próximo sábado 15 de Junio en el “Groove” de Palermo, Alberto Zamarbide, el mítico cantante de “V8” festejará los 30 años de la edición de “Luchando por el Metal”, el disco fundacional del Heavy Argentino en una fecha con invitados especiales que promete ser histórica.
Hace unos meses, para ser más precisos en marzo, pensamos desde la producción de “Sucio y Desprolijo” que la portada del documental que luego se verá en afiches e identificará a la película, debía ser una imagen fuerte y de alto contenido simbólico. Fue así que se nos ocurrió convocar a todos los metaleros y metaleras un sábado a la tarde en Barrancas de Belgrano para sacar una gran foto de todos ellos, retomando la idea de lo que iba a ser la portada del primer disco de “V8” titulado “Luchando por el Metal”, y que finalmente no se pudo lograr por la pronta intervención de la policía.
30 años después en el mismo lugar pudimos hacer aquella portada, también a manera de homenaje y epílogo de esta historia. Casi por casualidad, se contactó con nosotros Alberto Zamarbide para darnos su apoyo y comentarnos la fecha que se estaba gestando, también en el marco de su propio festejo por el origen de estas 3 décadas.
Dentro de nuestra producción, uno de los ejes fundamentales que van acompañados de “conseguir la nota” o “conseguir la imagen”, es el de investigar en la medida que vamos recolectando testimonios para ir dándole forma a una o varias ideas. Algo que teníamos pendiente desde el primer momento que surgió este proyecto en lo que refiere a la identidad y las influencias que componen el sonido del Metal Pesado Argentino hoy y Heavy Metal Argentino al principio, era averiguar si existió una fuerte influencia del Punk en esta música. A primera vista por las letras y la simplicidad de algunas canciones metaleras en sus inicios, que luego fueron tomando la complejidad propia de este estilo. El disparador para escribir esta reflexión fue la de enterarnos que en El Teatro de Flores va a haber un festival de Punk, ahí en ese lugar en que mayormente se dan conciertos metaleros, ver que hoy luego de 30 o 40 años de historia todavía hay una relación, nos llama a un breve análisis.
Uno de los símbolos más representativos del Metal Pesado Argentino es el sentido nacional y la reivindicación de causas patrióticas que en algunos casos llegan a rozar el nacionalismo. Uno de los elementos que más hacen presente esta idea son las canciones dedicadas a la guerra de Malvinas desde un punto de vista crítico con la dictadura militar, la reivindicación de la soberanía Argentina y por sobre todo ello, un profundo reconocimiento al ex combatiente al que se lo ve como a un trabajador humilde enviado a morir y posteriormente olvidado por la sociedad, en definitiva, el ex combatiente en características es como el público metalero.
Durante el rodaje del documental, nos sorprendió la visión que las bandas metaleras tenían sobre la guerra desde los años 80s, principalmente lo referido a reflexiones que parecen más contemporáneas pero que los músicos ya advertían hace 30 años. Otra cosa que advertimos, fue la profunda ignorancia del llamado “Rock Nacional”, quién cree que a las islas solo le cantan unos pocos artistas como Charly García o Andrés Calamaro entre otros, cuando el Metal Pesado Argentino lo viene haciendo desde su nacimiento.
Gustavo Rowek no solo es uno de los mejores bateristas que ha dado el Metal Argentino sino uno de sus músicos más importantes. Habiendo integrado la formación original de “V8”, se destacó en sus comienzos por ser de los primeros músicos de su especialidad en tocar con doble bombo y aportar para definir el sonido metálico en nuestro país. Él mismo durante el rodaje del documental nos contó sobre su fanatismo por “El Reloj” y como impactó en él la técnica de Juan “Locomotora” Espósito, baterista de la mencionada agrupación.
Un dato que poco se conoce de Rowek pero de gran trascendencia, es que la canción “Destrucción”, el himno del Metal Argentino por excelencia, fue compuesta por él a salvedad de la última estrofa que fue invención de Ricardo Iorio.
A lo largo de su carrera, Rowek ha variado en estilo y composición, luego de “V8” vendría la etapa con la época dorada de “Rata Blanca” con la que grabó 6 discos, entre ellos los más reconocidos: “Rata Blanca”, “Magos Espadas y Rosas” y “Guerrero del Arco Iris”.
Posteriormente formaría “Nativo” con Sergio Berdichevsky, su compañero musical de toda la vida. En esta banda retomaría sus raíces más Punks de las que el mismo Rowek manifiesta ser un gran fanático, no por nada el Metal Nacional tiene tantas similitudes en cuanto a las líricas con este otro subgénero del Rock.
La actualidad nos muestra a un Gustavo Rowek que ha sabido capitalizar la maduración que le ha dado su carrera. Ya cumplido el ciclo de “Nativo”, el baterista se ha embarcado en un proyecto solista que lleva por nombre su apellido y ha editado en el 2012 su primer álbum “Grita”.
El pasado 6 de Abril, se presentó en el Roxy Live de Palermo ante una gran cantidad de personas y el repertorio de canciones que allí ha desplegado dejaron en claro que Gustavo Rowek mira hacia el futuro con una propuesta nueva que tiene una banda compuesta por jóvenes promesas pero que sin anclarse en el pasado, no reniega del mismo. No por nada tocó clásicos de “V8”, “Rata Blanca” y “Nativo” con músicos invitados tales como el bajista Guillermo Sánchez.
Es admirable ver a un músico histórico que ha pasado por variados estilos dentro del Metal y que sin estancarse en aquellos años propone algo nuevo, casi con el riesgo de lo que supone comenzar un nuevo proyecto, pero con la confianza de tener una propuesta musical superadora que a primera escucha convence y promete.
Se da fe de esto también por la coyuntura actual, en que “Rata Blanca” está en una gira festejando sus 25 años de historia y el próximo 18 de Mayo se presentará en el Estadio Malvinas Argentinas con su formación original. Gustavo Rowek como no podía ser de otra manera va a participar de ello pero ha dejado en claro que si bien hay afinidad con todos sus ex compañeros no es para volver con la banda, él está decidido a continuar su camino.
Tal vez Gustavo Rowek ya sea uno de los personajes principales de la historia del Metal Argentino y con esto podríamos suponer que no va a ser lo nuevo o el futuro de este estilo en el país, sin embargo, no hay que dejar de prestar atención a que el baterista tiene una banda nueva, con parte de sus músicos que recién se inician y un disco del que muchos de sus seguidores ya se saben las letras y están a la expectativa de una nueva producción.
Si lo querés comprobar por vos mismo, te dejamos el corte de difusión de “Rowek” de la canción que titula al primer álbum “Grita”:
Es raro pensar que el objetivo de este posteo es escribir sobre el cierre de una historia que comenzó 30 años atrás. No porque sea una historia espectacular sino porque representa un momento sociopolítico y musical de la Argentina que nunca va a volver a repetirse. Si bien cuando esto sucedió uno ni siquiera había nacido (hablo en mi caso en particular) es bueno poder sentirse parte del cierre de esta historia. Es que hace 30 años cuando Iorio, Zamarbide, Civile y Rowek pensaban en la tapa de lo que sería el primer disco de heavy metal de la historia nacional se les ocurrió encontrarse con otros chicos (de entre 16 y 20 años) que compartieran el gusto por la música pesada y sean seguidores de V8. ¿El objetivo? sacarse todos juntos una foto, público y músicos, que luego sería la portada del disco “Luchando por el Metal”. La idea estaba encaminada, los jóvenes metaleros se encontraron una tarde en Barrancas de Belgrano para ser parte de la historia pero… no se pudo. Los vecinos alertaron a la policía sobre el movimiento de varios jóvenes pelilargos, vestidos de negro, con tachas, cinturones y una imagen que asustaba. Los de la Federal no se hicieron esperar, cargaron dos colectivos de la línea 64 (cuyo recorrido nace en Barrancas) y todos a la Comisaría 33. La tapa terminó siendo lo que todos hoy conocemos, el nombre del disco sobre un fondo negro y el logo de V8 en el centro.