Luchando por el Metal

#SucioYDesprolijo

Es raro pensar que el objetivo de este posteo es escribir sobre el cierre de una historia que comenzó 30 años atrás. No porque sea una historia espectacular sino porque representa un momento sociopolítico y musical de la Argentina que nunca va a volver a repetirse. Si bien cuando esto sucedió uno ni siquiera había nacido (hablo en mi caso en particular) es bueno poder sentirse parte del cierre de esta historia. Es que hace 30 años cuando Iorio, Zamarbide, Civile y Rowek pensaban en la tapa de lo que sería el primer disco de heavy metal de la historia nacional se les ocurrió encontrarse con otros chicos (de entre 16 y 20 años) que compartieran el gusto por la música pesada y sean seguidores de V8. ¿El objetivo? sacarse todos juntos una foto, público y músicos, que luego sería la portada del disco “Luchando por el Metal”. La idea estaba encaminada, los jóvenes metaleros se encontraron una tarde en Barrancas de Belgrano para ser parte de la historia pero… no se pudo. Los vecinos alertaron a la policía sobre el movimiento de varios jóvenes pelilargos, vestidos de negro, con tachas, cinturones y una imagen que asustaba. Los de la Federal no se hicieron esperar, cargaron dos colectivos de la línea 64 (cuyo recorrido nace en Barrancas) y todos a la Comisaría 33.  La tapa terminó siendo lo que todos hoy conocemos, el nombre del disco sobre un fondo negro y el logo de V8 en el centro.

Hoy nos encontramos en la realización del documental “Sucio y Desprolijo” intentando contar la historia de lo que fue y es el heavy metal en Argentina. La historia de esta tapa es una de las tantas que pudimos rescatar dentro de lo que es el metal pesado nacional. Tantos años después, ya en democracia y viendo la historia recorrida creemos que el metal ganó la batalla, que supo plantarse y sobreponerse a los golpes y, si bien tuvo épocas de mayor o menor relevancia, sigue en pie.

Quisimos rendirle homenaje a ese primer disco, a esos pibes que iniciaron lo que para nosotros es una pasión y de paso, darle un cierre como se merece. Es por eso que el sábado 23 de marzo nos autoconvocamos en Barrancas de Belgrano para poder hacer esa foto y que sea la portada del documental. Vinieron más de 150 metaleros de todos lados, no sólo Capital Federal y el conurbano, también había algún loco que se vino desde La Pampa y desde Tucumán para ser parte de esto. Tuvimos el orgullo de poder reunir a 3 generaciones de metaleros que se acercaron con sus familias, fuimos testigos de los reencuentros de algunos de los miembros de las Brigadas Metálicas y escuchamos lo que fue aquella tarde hace 30 años y que estábamos intentando recrear.

No hubo malos momentos, ni de los incómodos ni disturbios. No hubo señal de la Federal por ningún lado ni la gente cruzaba la calle cuando veía a la columna negra pasar. Fue una reunión familiar, de esas que se dan cada tanto y en la que todos se llevan bien. Hubo abrazos, palabras de aliento y un grito desaforado de “¡¡Aguante V8!!” al momento de la foto.

Les queremos agradecer a todos los que esa tarde se acercaron, los que vinieron de cerca y de lejos, los que se animaron a hablarle a la cámara y contar su pasión por el metal, a los medios que allí estuvieron y a los colaboradores.

Por ahora es todo lo que se puede decir de esa reunión, la imagen final se verá en el documental, en la portada, bien de frente y con la certeza de que, esta historia, lejos de cerrarse aún se está escribiendo.