Por: Sebastián Sette
Una mujer gitana le dijo a una madre que iba a dar a luz al “hijo de un arma”, que hará saltar y gritar a las mujeres más bonitas. Esto sucedió el cuatro de abril de 1913 en Issaquena County, Mississippi. Aquel hermoso día nació uno de los más grandes responsables (por no decir el mas grande) de la bella música que nos acompaña hoy en día y es el mayor exponente del Blues de Chicago, adquiriendo así el apodo de “El Jefe del Blues de Chicago”. Esta derivación del Blues del Delta es la influencia más trascendental y amplia de toda la música existente, y este señor tiene toda la culpa.
McKinley Morganfield obtuvo el nombre de Muddy Waters porque de niño le encantaba jugar en el agua fangosa. Este apodo se lo puso su bellísima abuela (nunca vi una foto de ella, pero si fue la persona que crió a este muchacho, de seguro era una bella mujer tan solo por esta simple razón). El pequeño Muddy se crió en la plantación Stovall, a muy poca distancia de Clarksdale, Mississippi, lugar de nacimiento de uno de sus mas grandes referentes. A muy temprana edad aprendió a tocar la armónica, pero muy rápidamente fue en busca de su verdadero amor, la guitarra.
En 1940, él y su preciado instrumento fueron a probar suerte a la mágica ciudad de Chicago, pero aun no estaba preparada para ellos, entonces triste y algo desolado emprendió el regreso hacia su querida Mississippi. Pero un hermoso sábado por la tarde mientras Muddy conducía su tractor cosechando los frutos melancólicos de esas tierras, un vehículo atravesó los hermosos y amplios campos, y de este bajó el más grande descubridor de ángeles, el señor Alan Lomax. Le ofreció grabar un par de canciones para la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, McKinley aceptó y no pudo creer que aquello que salía de ese cilindro negro era su bella voz, y esto lo motivo a regresar a Chicago para demostrarle al universo que él era capaz de salvarlo. Solo le dieron 20 dólares por esto.
Muddy Waters
Es en 1943 cuando Muddy decide volver a Chicago para ser ese que siempre quiso ser. Un familiar le dio alojamiento, ganó su pan conduciendo un camión y trabajando en una fábrica, pero por las noches, su gran amigo (y reconocido bluesman en la escena de Chicago) Big Bill Broozy, ayudó a Muddy dejando que este abriera sus conciertos en los bares de Blues. Esta sorprendentemente mágica ciudad y Muddy crecieron al mismo tiempo, se alimentaron mutuamente de talento y sabiduría, logrando que el destino de ambós fuera una bendición para los seres humanos. Uno de los milagros que logró esta ciudad fue el encuentro entre Mud y el joven armonicista Marion Walter Jacobs, más conocido como Little Walter. Esta dupla fue de lo más hermoso que nos dio la naturaleza, juntos han grabado material con un alto contenido de amor para el estudio Chess, y como si esto fuera poco a estos dos se le han sumado Jimmy Rogers en la guitarra, Elga Edmonds en batería y el grandioso Otis Spann en el piano. ¡Una terrible banda! Seres maravillosos que nos han dejado joyas (algunos con la ayuda compositiva de Willie Dixon) como Hoochie Coochie Man, I Just Want To Make Love To You, I am Ready, entre otros.
En 1948 I Can’t Be Satisfied y I Feel Like Going Home fueron sus primeros éxitos, y los responsables de darle ese sonido nuevo, fresco y lleno de esperanzas a los habitantes del planeta Tierra. El gran Muddy ya daba de qué hablar. Entonces, en ese momento de auge de este gran señor y gracias a su privilegiada visión sobre el amor, crea desde lo más profundo de su corazón la obra responsable (para mí) de la salvación del continente europeo. McKinley compone Rollin’ Stone.
Muddy Waters
Pasó el resto de la década del cuarenta y cincuenta cosechando éxito tras éxito, Mannish Boy, Sugar Sweet, Trouble No More, Forty Days & Forty Nights, e infinidad de canciones que salvaron al mundo.Y es entonces que Muddy llega por primera vez al viejo continente y da una serie de conciertos en la fértil tierra de Blues llamada Inglaterra, comenzaba su legado. Se presenta en el festival de Jazz de Newport y es prácticamente ignorado por la gente de su color, y ahí es donde se da cuenta de que los muchachos blancos del otro lado del océano (léase todas las bandas británicas desde principios de los sesentas hasta mediados de los setentas) le dieron mas atención y supieron percibir su música.
Era el jefe en Chicago, era el Rey en Inglaterra. Fue el responsable del 99,999 porciento de la crianza musical de los grandes músicos británicos. Fue la brisa de aire fresco en el momento que Inglaterra mas lo requería, le puso sonido y voz a la necesidad de los jóvenes británicos, y por añadidura fue el criador de nuestros criadores. Fue tan grande e influyente que de seguro la frase “dime con quien andas y te diré quien eres” fue creada en su honor. Por sus grupos desfiló gente como James Cotton, Hubert Sumlin, Little Walter, Willie Dixon, Big Bill Broozy, Sonny Boy Williamson, Otis Spann, Jimmy Rogers, Junior Wells, Johnny Winter, Luther “Snake Boy” Johnson, la lista es interminablemente infinita, hasta se dio el lujo de formar parte de la Super Super Blues Band junto a Howlin’ Wolf, Bo Diddley y Buddy Guy. Mud era un amalgamador de magia.
Siguió grabando discos excelentes de la mano de las personas mas magníficas del siglo pasado, el estudio Chess se hizo un nombre gracias a él, la ciudad de Chicago se ganó miles de turistas gracias a él, el mundo se llenó de amor gracias a él. En 1981, solo unos pocos (yo lamento todas mis mañanas no haber estado entre esos pocos) han sido testigos presenciales de uno de los mayores eventos musicales de toda la historia pasada, presente y venidera. Muddy Waters da un concierto junto a su banda en el Checkerboard Lounge de Chicago, e invita a tocar a los Rolling Stones. Dicen que hoy en día en el lugar se siguen haciendo estudios de derrumbe, porque no saben como demonios ese suelo pudo soportar tanta energía.
Muddy Waters & Chuck Berry
(esta foto me emociona muchísimo)
Lamentablemente este humilde relato termina como la mayoría de los posteos de este blog. El treinta de abril de 1983 muere en su cama mientras dormía. Su certificado de defunción dice que fue por insuficiencia cardíaca, así se le dice en términos médicos, pero yo creo que su corazón finalmente se vació. Dio más amor del que podía generar.
Las historias sobre el gran Mud son infinitas, y lamentablemente yo no tengo ni la capacidad ni los caracteres suficientes para poder contarla. Solo sé que es uno de mis músicos favoritos, y por suerte lo será por mucho tiempo más. Aprendí con él y con los que aprendieron de él. En todos los sonidos lo escucho. Con los años la música va a variar, cambiar y mutar de diferentes maneras, y hay pocos músicos que pueden hacerle pelea a eso, sin dudas Muddy Waters es uno de ellos.
B.B. King dijo una vez “Van a pasar años y años antes de que la mayoría de la gente se de cuenta de lo mucho que aportó a la música americana”, yo creo que la palabra americana está de más.
Got My Mojo Working – Muddy Waters (w/Sonny By Williamson, Willie Dixon, Otis Spann, Matt Murphy, Bill Stepney)