Alberto Tavernise, un hombre sencillo, un trabajador santarroseño de sesenta años, ha levantado el revuelo en los medios nacionales con su afirmación de ”haber ultimado a un extraterrestre”. El equipo de La Señal (ciencia y misterios) le realizó ayer una extensa entrevista y se prepara para llevar adelante una investigación completa de los hechos que habrían ocurrido durante el pasado 2014 en zonas cercanas a la localidad pampeana de Luan Toro. El matutino La Arena, el más importante de la provincia de La Pampa, publicó ayer por la mañana esta curiosa noticia en su tapa: “Un hombre denunció que mató a un extraterrestre”. A continuación parte del artículo como se puede leer en el sitio oficial de La Arena:
“Un herrero santarroseño concurrió a principios de año a la Seccional Primera y contó de un enfrentamiento que tuvo con unos “bichos” de 1,20 metro de altura que lo atacaron cuando estaba en un apostadero. Aunque parezca digno de una película de ciencia ficción, un hombre de Santa Rosa tuvo en vilo a la policía pampeana cuando le contó a varias personas que había matado un extraterrestre y lo tenía guardado en un freezer de su casa. Según el hombre, ocurrió durante un “encuentro” que tuvo con un grupo de entre 5 y 6 individuos en un campo cercano a Luan Toro. El vecino asegura que no alcanzó a agarrarlo porque ocurrió lo que más temía: bajaron dos platos voladores y se llevaron el cuerpo. Días después, un comisario se acercó hasta su domicilio para saber si era cierta semejante afirmación a lo cual se quejó con un jefe policial por la intromisión de uno de sus oficiales en su investigación. De todo esto formuló una exposición policial que vendría a ser el primer registro formal de un crimen interplanetario. Alberto Tavernise tiene 60 años y una historia que él jura y perjura que es verdadera. Sabe que es difícil de creer y que muchos piensan que está loco. De hecho, en su familia le han pedido que le afloje al tema y deje de andar diciendo de aquí para allá que tuvo un enfrentamiento con los extraterrestres y que logró matar a uno de ellos. Los hechos que relata este herrero santarroseño domiciliado sobre calle Schmidt empezaron a mediados del año pasado y tuvieron su pico de intensidad la noche del 9 de agosto de 2014. Ocurrieron en un campo a unos 20 kilómetros de Luan Toro, donde Alberto iba habitualmente a cazar. Es una zona del oeste pampeano donde los reportes por avistamientos de luces extrañas y hechos difíciles de explicar son habituales.“Siempre venían de la izquierda (del apostadero). Yo sentía el movimiento atrás del apostadero, algo que iba y venía. Pasaban por debajo del apostadero, yo los sentía”, relató Alberto hace unos días, cuando se acercó a LA ARENA a contar su inverosímil historia. “Son chiquitos, de 1,20 de altura aproximadamente, ojos ovalados, no emiten sonido pero tienen olor, se mueven como autómatas y parece que usaran un traje gris. La huella que dejan en el piso es muy extraña, con tres dedos hacia adelante y una suerte de espolón, que se hunde en el terreno, hacia atrás”, detalló. La noche que sintió que “los bichos” lo atacaban, Alberto disparó con todo el arsenal que había llevado -más de lo habitual, porque sabía que antes o después el encuentro iba a ocurrir-. Uno de ellos cayó no muy lejos del apostadero pero Alberto, presa del pánico, no se animó a salir del refugio. Cuando llegó la madrugada pudo ver que “el bicho” ya no estaba ahí. A pocos metros de donde había caído estaban los rastros, evidentes a su entender, del aterrizaje de dos platos voladores. En un radio de unos 150 metros a la redonda, el terreno quedó chamuscado e impregnado de una sustancia de color negruzco y contextura gelatinosa. “Bajaron los platos voladores y se llevaron el bicho que yo había matado”, relató Alberto, siempre seguro de su historia. El cazador recién se animó a volver al refugio más de un mes después. En esta oportunidad, uno de los ovnis lo “abdujo” y se lo llevó durante casi hora y media. La experiencia que cuenta Alberto es traumática y cargada de imágenes atemorizantes, de las cuales aún no se ha recuperado. Cuando pudo recuperarse de semejantes experiencias, Alberto contó a sus familiares y a investigadores locales del fenómeno ovni lo que había sucedido en el apostadero. Pero le dio una vuelta de rosca al relato porque temía que quisieran apropiarse de su experiencia. Les dijo que se había traído el cuerpo y que lo tenía guardado en el freezer de su casa. El rumor corrió rápidamente entre los “ufólogos” locales y a los pocos días ocurrió lo que Alberto esperaba: apareció un comisario de la Policía pampeana por su casa y le preguntó si era cierto que tenía un extraterrestre muerto guardado en el freezer. El lo negó rotundamente y convenció al oficial de que no era cierto. Molesto por la intromisión, unos días después se encontró en la calle con otro jefe policial, al que le reclamó por la visita. El comisario reconoció que sabía del rumor del extraterrestre y prometió tomar cartas en el asunto. En vista de que su experiencia ya era de conocimiento público y que había varios interesados en el tema, Alberto concurrió a la Seccional Primera y plasmó en una exposición policial lo sucedido en el campo de Luan Toro. También algunos detalles de la “abducción” que sufrió del ovni unos meses después, de características similares a las que hace 30 años vivió el winifredense Julio Platner. Inverosímil por donde se lo mire, lo cierto es que el hombre hizo algo que nadie había hecho hasta el momento: concurrió a una sede policial y labró un acta de lo que, según él, sucedió aquella noche y en las noches sucesivas en el campo de Luan Toro. Un registro formal de un suceso digno de un cuento de ciencia ficción”.
Como anunciamos, el equipo de La Señal se encargó de realizar una primera entrevista al denunciante. Lo poco que se puede decir por el momento es que por extraño que parezca el caso, el testigo presenta un testimonio consistente y elocuente. Consideramos que falta un largo camino por recorrer (incluyendo pericias de diversa índole) para poder llegar a conclusiones, sin embargo parte del testimonio será emitido en el especial del próximo jueves 16/07, en el que abordaremos este y otros casos de “eventos violentos” relacionados a la casuística OVNI, con la participación de Alex Chionetti desde EEUU, entre otros investigadores.
Miguel Angel Pumilla nos agrega que: “Hoy nos dedicamos a entrevistar un testigo que nos abrió las puertas de su casa. Ya sabíamos de este caso, pero, como en su momento intervino otro investigador no operamos, – siempre he sido respetuoso de los espacios y no interferir-. Eso ha cambiado, por varias razones y nos permite el abordaje, de una situación que dado el tiempo transcurrido, y sus pormenores con terceros, hacen que sea un caso que solemos decir “manoseado”, por lo que, lo vamos a abordar como hemos hecho siempre, e iremos tranquilizando las ansiedades de aquellos que quieran saber, en la medida que no sea nocivo para investigar, y que además se cuente con la anuencia del testigo. A los colegas, les iremos requiriendo colaboración para validar aconteceres. Este no es un caso “nuestro”, es de todos, por lo que entre todos, iremos haciendo lo mejor. Hay muchísimo por hacer..”.
Ampliaremos a medida que lo consideremos conveniente, tomando en cuenta sobre todo la seriedad que pide a gritos un caso que, de ser mal manejado, podría privarnos de datos valiosos, independientemente del desenlace.
Fernando Silva Hildebrandt.
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