Ucronía: qué hubiera pasado si…

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Del 1 al 3 de octubre, en la ciudad de Buenos Aires, se realizó el XXX Congreso Internacional de Lengua y Literatura Italianas de ADILLI, bajo la consigna Lo fantástico en las letras italianas. El evento contó con la participación de investigadores, docentes y estudiantes del país y del extranjero, y también con la presencia de figuras como Remo Ceserani, autor de un formidable estudio sobre el género o modo fantástico, titulado Lo fantástico, en el cual, entre otras cuestiones y análisis retóricos, se amplía este concepto un poco más allá de la formulación canónica de Tzvetan Todorov en su Introducción a la literatura fantástica.

De las ponencias y conferencias a las que tuve el gusto de asistir, quisiera comentar brevemente, a partir de las notas que tomé, la realizada por Daniel Del Percio, docente e investigador de las universidades de Palermo, el Salvador y la Católica Argentina, titulada “Fósiles del presente: una historia contrafáctica del fascismo en Dea del caos, de Giampietro Stocco”. Vale aclarar que la misma no ha sido publicada todavía y que cualquier confusión o error debe ser considerado como un dislate de mis anotaciones o de mi imaginación. Acepto de forma absoluta esa responsabilidad.

“Fósiles del presente…” comienza destacando la capacidad de la literatura como instrumento de análisis de la historia y la política, y separa los conceptos de utopía y de ucronía, marcando que, mientras el primero apunta a un lugar ideal en espacio y tiempo, la ucronía postula un presente que puede ser diferente al que es a partir de la alteración de un –y solo uno, según es ley entre los escritores ucronistas- acontecimiento del pasado, es decir, de la concreción de un hecho que pudo ocurrir pero no sucedió. También, el trabajo señala la diferencia entre la novela histórica, que a partir de hechos documentados de la historia, crea uno o varios personajes que “viven” dichos hechos y permiten al lector acercarse a las condiciones de un momento histórico; y la historia ficcional, o novela ucrónica, en las cuales la citada modificación de un acontecimiento nos enfrenta al devenir de una historia contrafáctica.

ucronía

Entre los textos que Del Percio registra en clave de ucronías, encontramos El hombre en el castillo, de Philip K. Dick, Complot contra América de Philip Roth y el cuento de ciencia ficción de Ray Bradbury, “El sonido del trueno”. Sin embargo, su ponencia se centra en dos novelas de Stocco: Nero italiano, ambientada en 1976 con la alteración de dos sucesos del pasado –en lugar de uno-: que Italia no participó de la II Guerra Mundial y que Hitler murió en el atentado que le realizaron en 1944; y Dea del caos, continuación de Nero italiano, en la cual los hechos indicados dan pie a una conspiración global para dominar el mundo por parte de una fuerza política que combina lo peor de los totalitarismos y del fundamentalismo.

Giampietro Stocco, autor de Nero italiano y Dea del caos.

Giampietro Stocco, autor de Nero italiano y Dea del caos.

La lógica de la ucronía, entonces, se alza como un mecanismo de creación ficcional y una matriz que permite la formulación de múltiples incipit desde los cuales impulsar los relatos, permitiéndonos disponer de una maquinaria inagotable de argumentos para pensar o escribir un presente distinto, muchas veces, más espantoso que este que habitamos. El peso de los hechos, de los acontecimientos claves y de otros, en apariencia secundarios o intrascendentes, devienen en la construcción de relatos en los que se desencadena todo lo que no ocurrió y podría haber ocurrido si… Desde la victoria del Eje en lugar de la de los Aliados, durante la II Guerra Mundial, o bien la neutralidad de uno de los actores de aquella contienda. Pero esa misma operación especulativa puede ser extendida a otras coyunturas y latitudes y, por ejemplo, aquí, arriesgar qué hubiera sucedido si los ingleses vencían en sus invasiones, a comienzos del siglo XIX, o bien, si en lugar de Roca, Alsina hubiera sido presidente. En esa línea trabajó Rosendo Fraga en su libro ¿Qué hubiera pasado si…? que, bajo el rigor de la disciplina histórica y “el análisis y perspectivas fundadas en hechos”, no hizo más que fantasear con otras Argentinas posibles. Ficción contrafáctica, literatura escondida bajo la máscara circunspecta de la Historia.

Traspolando esto a nuestros días, pienso que la realidad se construye en la tensión de múltiples relatos que niegan hechos que ocurrieron o los interpretan desde perspectivas que, a veces, parecen delirantes o descabelladas, cuando no tendenciosas e intencionadas. Así, aunque no se lo quiera aceptar, todo enunciado sobre el presente no deja de ser un juego de lenguaje, un ejercicio retórico que tiene o no la fuerza de persuadir, de encolumnar voluntades detrás de una u otra de las tantas “versiones de la realidad” posibles. Con o sin los hechos, aceptándolos o dándoles la espalda, es el lenguaje y nada más el que construye los modos de ver el presente. La literatura ucrónica sería el caso extremo que acepta su absoluta ficcionalidad, el periodismo y los discursos políticos, la literatura disfrazada de realidad.