Por: Barbara Roesler
Este es el segundo año que en mi ciudad, Berazategui, se lleva adelante en esta época un proyecto socio-comunitario que se llama “la Fábrica del Carnaval”, que tiene lugar en el barrio San Francisco, dentro de las instalaciones del Museo Histórico Municipal.
La dinámica del Carnaval, sus orígenes y el hoy siempre fueron temas que me cautivaron. Me gusta interiorizarme, dar luz a las raíces de los festejos, que siempre, en algún punto, tienen algo de lo que Rabelais cuenta en su introducción a “Gargantúa y Pantagruel”, allá por el siglo XVI. En general, y entendiendo que es imposible asemejar aquellos festejos a éstos por una cuestión de simple contrato social, estamos frente a momentos de liberación, de alegría y de olvidarse de todo; de igualarse al “rico” del barrio o al funcionario que vino a presenciar los festejos gracias a una máscara, un frasco de espuma o un poco de agua.
Intrigada por el funcionamiento de este emprendimiento, me acerqué junto a Félix al museo. Al entrar, mi niño se perdió entre la multitud de fibras, papeles de colores y lentejuelas. Yo caminé y pregunté por “Leo”, como me habían indicado los organizadores vía facebook. Y es así que se acercó a mí un joven con delantal, un papel autoadhesivo con su nombre y un grupo de lápices y fibrones en los bolsillos. Después de proveer material a Félix para que se entretenga, se presentó: “Hola, soy Leonardo Casado, director general de Museos Municipales. El cargo es sólo una etiqueta; decime Leo”. El Carnaval seguía disolviendo jerarquías.
Así comenzó nuestra charla, en la que Leo me explicó de qué se trata todo esto y cómo se les ocurrió la idea de “industrializar la alegría”:
¿Cuándo arrancó “la Fábrica del Carnaval”?
Este proyecto comenzó el año pasado en realidad. Este barrio, en el que está el Museo Histórico de Berazategui, es el barrio San Francisco, que tiene una historia relacionada con el Carnaval. Fue cuna de dos murgas: “Los Sacacuero” en los años 40 y “Los Millonarios” en los años 60, que nacieron junto con el club local, el Club Social y Deportivo San Francisco, que está acá a la vuelta. Hay toda una construcción en torno a los festejos del Carnaval, con los bailes que había en el club, en la Sociedad de Socorros Mutuos -que estaba a dos cuadras del Museo-, con las costureras del barrio, las peleas entre un club y el otro para ver cómo se organizaban las fiestas, las tiradas de agua con los vecinos… Hay todo un patrimonio, tangible e intangible, que tiene que ver con la práctica del Carnaval.
La idea de este proyecto, que se llama “la Fábrica del Carnaval”, es poder recuperar o resignificar esas prácticas que estaban dormidas, ligadas a las políticas de prohibición de la Dictadura y al crecimiento del barrio que diluyó los vínculos entre los vecinos. “La Fábrica…” apunta a eso, a ser un espacio de encuentro dentro del Museo y a resignificar las prácticas del Carnaval desde el hoy, desde lo que entiende hoy la gente por Carnaval. Hay toda una influencia de Gualeguaychú, Brasil, de las carrozas y demás. La idea es poder adaptar algunas cosas a menor escala. Por eso proponemos construir elementos vinculados con el Carnaval que traigan la memoria pasada y la mezclen con la reciente. Y, sobre todo, es importante la transmisión de generación en generación, de los padres trabajando con los chicos, con los abuelos y que todos se puedan divertir y disfrutar.
¿Qué respuestas tuvieron en el barrio el año pasado, que fue la primera vez que lo hicieron?
Contamos siempre con el apoyo para la difusión -que es vital en esto- de prensa de la Secretaría de Cultura y prensa de la Municipalidad (de Berazategui). Después nosotros vía facebook, vía mailing, empezamos a “bombardear”, y también pegamos carteles por el barrio. El año pasado también fueron dos semanas de tres días cada una de trabajo, y la primer semana fue fantástica, la repercusión fue muy buena, sobre todo porque mucha gente empezó a hablar de vuelta: “Cuando yo era chica…”, “mi mamá me disfrazaba…”, “me acuerdo del club…” Después, hijos y nietos de empezaron a decirte “sí, mi viejo me contaba que antes era de esta forma”… Para nosotros, desde el punto de vista simbólico es fantástico, porque incita a la gente a hablar de vuelta de algo que no estaba, que estaba prohibido y que ahora está volviendo, de otra forma pero está volviendo. Es entonces generar ese espacio de encuentro. Ya desde el habla fue fantástico. Además, quedó desdibujado el museo, quedó olvidado, porque en estos días no va nadie al museo: el espacio es este y la construcción es ésta (N. de R: “la Fábrica…” se emplaza en un salón de usos múltiples anexo al museo). Siempre el patrimonio está ligado con eso, con lo que pasó, con lo que fue y ya no está más o que está en una pieza equis. Pero esto también es patrimonio, y no estamos adentro de la sala del museo sino afuera: el museo empieza afuera, no está dentro de las cuatro paredes, y todo el capital cultural que trae la gente, de sus saberes, lo que conoce, lo que escuchó, lo que hizo o quiere llegar a hacer, el espacio para capitalizarlo es acá.
De ahí la idea de “industrializar la alegría”, como dicen los afiches que vi en el barrio…
Exactamente. El eslogan de la fábrica es la “industrialización colectiva de la alegría”, donde todos somos obreros, en este caso del Carnaval; donde todos somos un engranaje de esa máquina del Carnaval, en la que cada uno es vital en lo que hace pero no con esa cuestión mecánica como en “Tiempos Modernos” de Chaplin. Acá hay libertad: el que quiere pintar, pinta; el que no, escucha; el que no, cuenta; el que no, recorta…
Un poco viajando al concepto iniciático del Carnaval…
Claro. Esa libertad de creación… Porque también hay mucho adulto compenetrado en su chaleco, en su máscara, incluso más que los chicos. Hay liberación; es sentarte a crear, y está fantástico eso.
¿Cuáles son las propuestas que les hicieron este año al barrio?
Este año, a diferencia de 2013, sumamos talleres de máscaras y antifaces. El año pasado hicimos máscaras de papel maché, cuya dificultad es mayor, así que quisimos simplificarlo. También hacemos banderines con sténcil, que son los que van a decorar las calles del barrio, y chalecos murgueros. Los banderines que hicieron los vecinos quedan acá, para decorar el barrio (N. de R: los festejos tendrán lugar el domingo 2 y el lunes 3 de marzo). Los chalecos son para que los luzcan, para que esos días vengan y puedan estar caminando y desfilando por las calles con un traje hecho por ellos mismos. La misma idea corre para el antifaz.
Leo tenía que seguir con su trabajo. Yo caminé un poco, hablé con algunos chicos y adultos presentes. Bárbara, una tocaya preadolescente que se unió a Félix en su obra de arte, me contó que vive enfrente del museo y que no se perdió un día de “trabajo” en “la Fábrica…”.
Creo que el objetivo de este proyecto está cumplido. Por lo menos por mi parte, ya compré papel crepé y algunas cosas más para armar, junto a Félix, su disfraz para ir al Carnaval del barrio San Francisco. “Yo me voy a disfrazar de pirata”, me dijo. Vamos a ver cómo me va con el primer traje que hago de la “era madre”…
Acá les acerco una lista de algunos de los festejos carnavaleros que tendrán lugar este fin de semana largo en el país:
28 de febrero al 3 de marzo: Carnaval de Tilcara (Jujuy) y Nono (Córdoba).
1 de marzo: Fiesta Provincial del Carnaval (25 de Mayo, Buenos Aires) y Carnaval en Villa Yacanto de Calamuchita (Córdoba).
1 y 2 de marzo: Carnavales en Chilecito (La Rioja), San José (Entre Ríos), Corsos Porteños (CABA, Buenos Aires); Las Peñas, Villa Allende y Villa Dolores (Córdoba).
1 al 3 de marzo: Carnavales en Unquillo, La Falda y Porteña (Córdoba); San Martín de los Andes (Neuquén), Arias (Córdoba), Gualeguay y Gualeguaychú (Entre Ríos).
1 al 4 de marzo: Carnavales en todo Tucumán; Mina Clavero, Colonia Caroya, Jesús María y Salsipuedes (Córdoba); Corrientes (Corrientes), Colón (Entre Ríos), Puerto Madryn (Chubut).
1, 2, 3, 7, 8 y 9 de marzo: Carnaval Nocturno de las Yungas (San Pedro, Jujuy).
2 de marzo: Carnaval en Miramar y Deán Funes (Córdoba).
2 y 3 de marzo: Carnavales en Santa Clara del Mar (Mar Chiquita, Buenos Aires), barrio San Francisco (Berazategui, Buenos Aires), Carnaval Volcánico (Caviahué, Neuquén), Córdoba Capital y Almafuerte (Córdoba).
4 de marzo: Carnaval en Mendoza Capital (Mendoza)