Por: Fernanda Bolagay
Tu situación financiera y laboral actual es el resultado de tus acciones pasadas. Por eso, si hoy te ves en la urgencia de utilizar tu aguinaldo para saldar cuentas
pendientes o “tapar baches”, hacelo, pero aprovechá también la oportunidad para gestionar una mejora hacia adelante.
Mi recomendación como asesora financiera es que, de ahora en más, procures no caer en lo mismo que te llevó a la situación actual. Si analizás y planificás, podrás redistribuir tus ingresos de una manera más productiva. Muchas veces la solución no está en ganar más, sino en redistribuir, es decir en preguntarte realmente qué cosas son necesarias y qué otras son prescindibles.
Para que el aguinaldo de diciembre no te encuentre otra vez en la misma circunstancia, comenzá hoy a poner en orden tus ingresos y egresos. Empezá por responderte a vos mismo con sinceridad: ¿para qué utilizas tus aguinaldos?
- Pagar deudas: en este caso deberías repensar ¿dónde estoy consumiendo? ¿Qué hábitos estoy teniendo?
- Para consumo: Evidentemente, el consumo no te genera dinero, por eso es importante pensar ¿consumo porque lo necesito o por un mero impuso emocional?, ¿pensaste en destinar una parte de tu ingreso a la inversión? ¿tenés un objetivo claro? ¿pensaste hacia donde querés llegar con ese dinero?
- Inversión: Si ya estás invirtiendo, analizá bien: ¿qué herramientas te convienen para ganarle a la inflación? Hay otros tipos de inversión además de las conocidas, por ejemplo la compra de mercaderías que hoy están baratas para venderlas más adelante (los vinos son un muy buen ejemplo de esto, que siempre con los años suben de precio, y tantos otros casos que las mentes creativas pueden generar como negocio personal).
Una vez más, todo es cuestión de planificar y ordenar a conciencia. Siempre hay una oportunidad si la sabemos buscar.
¡Buenas Finanzas!