Por: Fernanda Bolagay
Releyendo un muy buen libro llamado “Los 4 pilares de la inteligencia financiera”, recopilé algunas recomendaciones que me resultaron muy interesantes como para compartir en este espacio con todos ustedes.
En materia financiera existen algunos mitos, algunos arraigados en la familia, otros que vamos incorporando con el tiempo y las experiencias personales que nos tocan vivir. Pero es interesante el planteo que hace el autor, Carlos Tovar, sobre cómo podemos gozar de “finanzas saludables”. Aquí van algunas ideas:
- Cambiar hábitos financieros: en el control del consumo está la clave de la concientización de los hábitos financieros. Por mínimo que sea el gasto, todo influye en el presupuesto final mensual. En distintas etapas de la vida, incorporamos hábitos y costumbres que debemos poder visualizar, si queremos cambiar el destino de nuestras finanzas.
- Planear nuestros ingresos y egresos: existen gastos que se presentan sorpresivamente, pero también existen otros que podemos prever con anticipación y que son fijos y mensuales. Por eso, listar convenientemente todo aquello que egresará eventualmente de nuestro bolsillo es la manera correcta de visualizar los números que manejamos en nuestra vida. Por otra parte, los ingresos también deben estar por escrito, así como tenemos un recibo de suelto, también las personas autónomas o los que cuentan con varias fuentes de ingreso, deben unificar los días e importes para saber cuánto es efectivamente lo que perciben como ingreso todos los meses.
- Alcanzar nuestras metas: ¿cuál es tu meta financiera? Y ¿qué es lo que te aleja de ella? Debemos comenzar por quitar de nuestra mente aquellos pensamientos que no nos dejan avanzar. Para eso, el autor señala que es imperioso que desechemos los pensamientos conformistas, miedosos, despilfarradores y despreocupados. Estos 4 tipos de pensamientos son los que suelen jugarnos en contra en cualquier trayecto que queramos transitar.
- Cambiar la percepción financiera que nos rodea: ¡este punto me parece fundamental! Por eso lo dejé para el final. Todos tenemos una “historia financiera” y eso es lo que nos contamos una y otra vez a nosotros mismos. Estamos acostumbrados y “programados” para vivir bajo una realidad financiera aceptada y conocida. El pensamiento y la predisposición, como en tantos otros ámbitos de la vida, es lo que nos saca de los casilleros en los que nosotros mismos nos encerramos.
Para este último punto, como Coach ontológica, me dedico a generar encuentros de coaching financiero, en estos espacios trabajamos cara a cara en forma particular para encontrar las premisas que tenemos impresas en nuestro pensamiento y lograr destrabar las nociones que nos juegan a favor.
Animate a cambiar tu estructura de acción y pensamiento. ¡Que tengas buenas finanzas!