El refugio de los oficinistas en el Microcentro

#LeerYEscribirBA

Una gran cantidad de personas pasan sus mañanas y tardes trabajando en el microcentro. Una de las zonas más pobladas por esas horas es el barrio de Tribunales. Allí se encuentran estudios contables, estudios jurídicos, comercios, librerías, oficinas, etc. Mientras que algunos ya han encontrado lugares transitorios en el área para distenderse y relajarse de la rutina, otros aún siguen sin conocerlo en profundidad. Para esos despistados que no conocen Tribunales más allá del camino que va de la parada de colectivo donde bajan hacia la puerta del trabajo, aquí les brindamos una alternativa. Pero eso sí: siempre de la mano de la lectura.

Si queremos evitar la calle Corrientes y sus interminables librerías podemos empezar por recorrer los desolados puestitos en la Plaza Lavalle sobre la calle homónima. Allí nos tomaremos el tiempo necesario para elegir un buen libro. Si bien predominan añejos manuales sobre la teoría del derecho –a metros está el Palacio de Tribunales lleno de abogados- también coexisten algunas joyas literarias y novelas ficcionales. Todo es cuestión de buscar.

 

Una vez que tengamos bajo el brazo el objeto tan preciado seguiremos el camino recorriendo las tres verdes manzanas que conforman  la Plaza Lavalle hasta toparnos con el imponente Teatro Colón.

 

En esa misma manzana, sobre la calle Viamonte, existe una nueva plazoleta seca que han hecho en los últimos años. Lleva el nombre de Estado del Vaticano, es amplia y llega hasta la calle Cerrito. Ese sitio es ideal para tumbarse al sol, o la sombra según se prefiera.

 

Ya acomodados, podremos abrir el libro recién adquirido para sumergirnos en un mundo imaginario y meter un freno a la rutina laboral. Varias personas son las que disfrutan de este oasis de concreto en medio del microcentro.

 

 

La Ciudad de Buenos Aires posee la particularidad de tener una población recurrente a la lectura. Hay librerías y puestos de diarios con libros por doquier; y también hay plazas, bares y lugares propicios para hacer una pausa y ponerse a leer. Sólo es cuestión de andar con los ojos bien abiertos.

Contanos: Y a vos, ¿qué barrios te gustan para distenderte y leer?