Sin siquiera imaginarlo, las cartas a Papá Noel son tan sólo el comienzo de una interminable seguidilla de cartas (de amor adolescente, de presentación en un CV, o su versión digital: los correos electrónicos).
La carta a Papá Noel es la iniciación inconsciente a la escritura con un objetivo en particular, en este caso, pedir un juguete como parte de objeto de deseo infantil.
En lo personal, quedó registrado un recuerdo en mi memoria sobre este asunto. Yo era muy pequeño, tenía unos once o doce años, bromeo, menos de cinco seguro, y debía llevarle mi carta a Papá Noel al correo donde éste las recibía (es decir, el Shopping). Durante todo el trayecto, quién sabe por qué, tenía la sensación de que no llegaría a tiempo y que las cartas ya habían emprendido su trayecto al Polo Norte.
Finalmente, recuerdo haberla puesto en una gigantesca caja transparente con cientos o miles de cartas igual a la mía. Sinceramente, daría lo que sea por saber qué decía esa carta escrita por mí. Aunque también me intriga qué hacía el centro comercial con todas esos pedidos (¿reciclaje? ¿Un estudio de marketing?).
Por eso, a continuación, podrán apreciar algunas cartas de niños a Papá Noel, a modo de homenaje de nuestro primer acto de escritura consciente:
Para finalizar les dejo mi regalo de Navidad. Ésta es una de las tantas cartas que J.R.R. Tolkien le escribía a sus hijos como si fuese Santa Claus. Aquí pueden ver la mayoría de las correspondencia (en inglés) que llevaron durante años el Santa personificado por el escritor de El Señor de los Anillos y sus hijos.
