Tres técnicas para el levante en 2015

Ya en pleno verano y promediando el primer mes del año, compartimos algunas técnicas de seducción que enseñan los expertos y que cualquiera puede aplicar. Seducir es una habilidad que todos podemos desarrollar, como andar en bicicleta, hablar en público o tocar un instrumento musical.

1) Falsa Limitación Temporal

Una técnica que describen Martín Rieznik y Mike Tabaschek en su best-seller “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”. Se utiliza al comienzo de la interacción como una demostración de desinterés que permite al hombre desmarcarse inicialmente como potencial pareja sexual y entablar una conversación más descontraída. Indica que el tiempo que éste dispone para estar en la situación es limitado (aunque la estrategia luego sea quedarse todo el que haga falta; por esta razón, precisamente, es que la limitación se denomina falsa). Se implementa para sugerir que el hombre no tiene ningún interés en seducir. Es uno de los elementos básicos (junto al opener) necesario para superar el rechazo inicial de las mujeres que se dispara casi automáticamente. En su forma más básica, se reduce a la frase: “Chicas, tengo un minuto”. Su utilización verbal es siempre en modo afirmativo, es decir “tengo un minuto” y no “no tengo mucho tiempo…”. En un nivel avanzado, puede también transmitirse o comunicarse subliminalmente mediante el uso del lenguaje corporal.

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2) Flirtear

Germán Muhlenber en “Seductor Infalible” explica que “flirtear es expresar nuestra sexualidad de manera atractiva para las mujeres sin mostrarnos necesitados, lo cual siempre genera mayor atracción. Los métodos más usuales de flirteo suelen ser bromear o burlarse. Hay quienes aprenden técnicas y conceptos como Negs, Cold readings, Push&Pull, Cocky&Funny1 o hacen juegos de magia, juegos de mano, test de todo tipo, dicen el signo del zodiaco, o lo que sea. Todos comparten la misma base: flirtear. El flirteo puede estar mayoritariamente en las burlas y en el liderazgo. Ambos se hacen de manera honesta y no necesitada. Básicamente, la burla y el liderazgo funcionan porque sub-comunicamos menos inversión emocional que el otro. Si ella responde positivamente, invierte más en nosotros. Ahora, si por ejemplo hacemos una broma con su saco, y se molesta o no intenta restablecer la relación, lo más probable es que no esté interesada en nosotros.”

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Tambiñen recomienda algunas formas de tener actitudes divertidos en el filtreo:

Malinterpretar lo que las mujeres digan. Por ejemplo, cuando ella dice “hagámoslo” (en cualquier contexto), le decimos: “creo que estás yendo demasiado rápido”.

Buscar insinuaciones sexuales. Si ella dice que tiene frío: “hey, no te voy a abrazar”. Si dice que tiene calor, “¡Es que estás muy cerca de mí!”. Si ella dice: ¿cuantos tenés?, “¿Estamos hablando de centímetros?”

Exagerar lo que dice o hace. “Esa cartera es enorme, ¿llevas un arma?”. O si ella tiene un trago de color verde: “ese trago parece radiactivo”. Si ella dice hoy tengo el pelo horrible, “bueno yo no quería decírtelo antes” (ojo de exagerar con cuestiones corporales o con la edad).

Conectar situaciones de manera divertida con elementos de la cultura popular. Ya sean programas de tv, películas, libros, etc.

Otra buena manera para burlarse es encadenar una crítica dura (jugando) con un elogio sincero. Por ejemplo, “esos zapatos amarillos te hacen lucir como la payasita más atractiva del mundo” o, si la ves indecisa por algo, le decís: “tanta indecisión te va a traer problemas en la vida, siempre me pareciste muy inteligente”. Es una combinación de amargo-dulce. Puede generar un buen impacto y no siempre es necesario que haya una relación entre la crítica y el elogio.

3) Cierre y contacto

También del libro Seductor Infalible de Germán Muhlenberg, algunas claves para cerrar una interacción y el contacto para hacer una invitación:

“Conocimos a una chica increíble, quizás la besamos (o no), pero nos interesa volver a verla. Le pedimos entonces su número de teléfono o su contacto en facebook (o cualquier otra red social). Si realmente le interesamos nos lo va a dar sin vueltas. En mi experiencia, no hay que pensarlo demasiado ni usar ninguna excusa complicada: es simplemente pedirle su número de teléfono y pasarle el nuestro. No hay nada que ocultar. Por otra parte, a menudo se generan interrogantes tales como: ¿cuándo debería llamarla? ¿cuánto debería demorar en responderle sus mensajes? ¿cómo la invito a salir? Muchas personas se someten a reglas tales como no hablarle por una semana o demorar en responder exactamente el doble de tiempo de lo que ella tardó en hacerlo. Y realmente esto podría ser contraproducente.”

¿Insistir o seguir adelante?:”En lo personal, yo invito a salir una vez, y si ella no puede y no sugiere otro día, puedo volver a intentarlo nuevamente si pienso que realmente no podía. Si la segunda vez no es proactiva, generalmente ya no lo vuelvo a intentar. Si veo que dan muchas vueltas, no encuentro nada de malo en decirles: “Si realmente no estás interesada, decímelo y todo bien”

Una buena práctica que recomienda Mark Manson en su libro Models, consiste en mandar un mensaje de texto antes de que pasen 24hs. Algo así como: “Un gusto conocerte”. Si ella está interesada, responderá algo. Después de eso, esperar un día más y comenzar una conversación, quizás algo relacionado con el momento en que la conocimos. Yo, en general, voy directamente al grano para volverla a ver.

Muchos amigos, con experiencia en el área de la seducción, tienden a invertir más en la conversación, pero yo sólo lo hago si realmente tengo ganas. No uso facebook para levantar, sino directamente para combinar cuándo nos vemos.

Si sus respuestas tienden a ser distantes o cortadas no sirve de nada esforzarnos por mantener su atención: ese camino lleva a invertir más y probablemente quedemos como necesitados. Está la opción de bromear o flirtear con ella en el chat o teléfono, pero si vemos que no invierte demasiado, lo mejor es dejarlo de lado y seguir adelante. ”

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Descargá gratis los primeros capítulos de “Seductor Infalible” de Germán Muhlenberg.en la web de la editorial Dibuks.

Descargá gratis los primeros capítulos de “El Juego de la Seducción” de Martín Rieznik y Mike Tabaschek

 

 

Las tres etapas de la seducción según los científicos

Tal vez muchos recuerden la película Kinsey: El ciéntifico del Sexo., en la cual Lian Neeson caracteriza a un polémico biólogo nortemaricano que en 1950 emprende los primeros estudios serios – y basados en casos reales – sobre la sexualidad humana. La película es realmente interesante y revela desde la óptica académica lo que tal vez el resto de la humanidad ya intuía en secreto: si hablamos de sexo, hay más excepciones que reglas.

Unos treinta años más tarde, sería Timothy Perper – otro biólogo estadounidense – el encargado de observar que ocurría antes del sexo: con su libro Sex Signals, The Biology of Love, dio el puntapié inicial para los estudios sobre seducción. Perper, y otros tantos científicos que lo sucedieron, establecieron los cimientos para que unas décadas más tarde surgieran los métodos y las técnicas de seducción que se enseñan en la actualidad en todo el mundo.

Las tres etapas de la seducción

En Latinoamérica, fueron Rieznik & Tabaschek los pioneros en la materia. En su best-seller “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres” (descargar primeros capítulos gratis) describen el proceso de seducción en tres etapas, desde la conversación inicial a la cama: 1) Atracción, 2) Confort y 3) Seducción (o sexo). Según los autores “ Una mujer no tiene sexo con un hombre sólo porque éste despertó su interés, le pareció lindo o le cayó simpático. Los hombres, en cambio, somos bastante más básicos: vemos a una mujer, nos atrae y la deseamos. Ellas tienen otro tipo de necesidades y filtros. El juego de la seducción se divide en esas tres etapas necesarias para atravesar exitosamente esas barreras.”

Rieznik y Tabaschek cuentan que la mayor parte de las consultas que reciben apuntan a cómo empezar la conversación, es decir al momento del encare. Sin embargo, aseguran que ese primer obstáculo se supera rápidamente con técnicas simples como openers (abridores de conversación) y en poco tiempo la mayor parte de los hombres se encuentra con que la dificultad radica en cómo pasar de la “buena onda” a otras instancias más íntimas. Ahí entraría en juego la fase de Confort que muchos hombres ignoran y que es fundamental para avanzar al momento sexual. En esta segunda etapa se crea una conexión más personal y se desarrolla la confianza para avanzar en la relación.

 

Otra mirada sobre el asunto

El escritor Germán Muhlenberg propone otros aspectos de la seducción. En su libro “Seductor Infalible” también explica técnicas para aplicar en el levante, pero propone tal vez una mirada menos estructurada del proceso de seducción. Para Muhlenber, una de las claves para tener éxito es hacer una buena lectura del “nivel de receptividad” que hay en el otro. Con una mujer muy receptiva, la cuestión puede ser más fluida y estirar la noche generando una conexión íntima podría ser incluso contraproducente. En contrapartida, el autor afirma que con una mujer no receptiva lo mejor es no perder el tiempo y seguir de largo hacia otras oportunidades.

Descargá gratis los primeros capítulos de “El Juego de la Seducción” de Martín Rieznik y Mike Tabaschek, en la web de la editorial Dibuks.

Descargá gratis los primeros capítulos de “Seductor Infalible” de Germán Muhlenberg.

 

 

Seducción: claves para multiplicar tus chances en el levante

Según una encuesta publicada recientemente por el diario The Independent, durante el verano aumentan nuestras chances en la seducción. Las razones de este fenómeno parecen ser obvias: salimos más, tenemos vacaciones y la atmósfera general da una “sensación térmica” diferente. Aún así, recogimos en este breve artículo algunas de las claves que los expertos en seducción enumeran como ABC del levante:

1- No “fichar” y la regla de los 3 segundos

Martín Rieznik, co-autor del manual “El Juego de la Seducción. Todo el lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”, explica que fichar – un comportamiento muy común entre el sedcutor inexperto – reduce ampliamente las chances de comenzar una interacción con una desconocida. Según el autor, cuyo libro lleva más de 3000 copias vendidas en Argentina, en la mayoría de los casos en los que un hombre ficha, el encare ni siquiera llega a concretarse. Rieznik agrega que a medida que pasan los minutos, y mientras el hombre piensa la frase más ingeniosa para acercarse, la ansiedad y el miedo al rechazo aumentan exponencialmente. Es por eso que cualquier forma de empezar la conversación nos parece estúpida luego de pensarla durante algunos segundos. Y aunque la frase perfecta apareciera en la imaginación de “el mirón”, la forma de comunicarse con la mujer resultaría demasiado forzada y la respuesta recibida por su “objetivo” no sería la esperada.

En contrapartida, su propuesta es desarrollar un estado de sociabilidad permanente e interactuar con diferentes grupos para después elegir qué mujer nos interesa o resulta atractiva. Abrir diferentes conversaciones e interactuar con distintos grupos cuando las mujeres no nos resulten particularmente atractivas. Por otro lado, si nos encontramos en la situación de estar frente a una mujer que nos interesa y queremos iniciar una conversación, Rieznik recomienda utilizar la regla de los 3 segundos; “No dejar pasar más que ese tiempo desde el momento en que vemos a esa mujer, para empezar a hablarle”.

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2- Lenguaje corporal

En su libro “Seductor Infalible. Guía para desarrollar una personalidad atractiva”, Germán Muhlenberg subraya la importancia del lenguaje corporal en la seducción: “El lenguaje corporal es una expresión de nuestras emociones. Si estamos tristes, el cuerpo tiende a encorvarse y encogerse. Cuando uno se abre y se extiende, cambian también las emociones. Y por el contrario, si estamos contentos pero nos colocamos en posturas cerradas o sumisas, cambiarán nuestras emociones a sentimientos más negativos. Teniendo en cuenta que el 85% de la comunicación es no verbal podemos deducir que no es tan importante el “qué” se dice sino el “cómo”. Lo primero que hace una chica cuando se le acerca un hombre, es observarlo de pies a cabeza, su forma de hablar, su ropa, su estilo, como se mueve, ¿está temblando? Todo esto en sólo unos segundos.”

¿Cuál es entonces el lenguaje corporal de un buen sedcutor?  Muhlenberg explica que “ Aquellos que mantienen sus manos visibles dan signos de confianza y sinceridad. Poner las manos en los bolsillos o detrás de la espalda es una actitud da desconfianza, como si hubiera algo que se oculta. Por eso, si buscamos una postura atractiva, es mejor evitar tener las manos en los bolsillos. Si descansamos el peso del cuerpo sobre una pierna, estamos transmitiendo sensación de cansancio y la fatiga no resulta atractiva. Lo mejor es pararse con el peso repartido en ambas piernas y mantenerlas separadas a la distancia del ancho de hombros. Tener una postura derecha, mentón en alto (no mirar para abajo), sacando pecho, con los hombros para atrás (tampoco exageradamente), estar relajados. También es recomendable ir a un gimnasio, o hacer algún deporte, no solo para moldear el cuerpo, sino que ayuda a sentirse mejor y desarrollar autoestima.”

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3- Objetos y accesorios

Mike Tabaschek, coautor junto a Rieznik de “El juego de la Seducción” propone utilizar uno o dos objetos que llamen la atención para amplificar nuestra respuesta en el campo de acción. Los elemetos a utilizar depeden exclusivamente de la personalidad de cada uno, pero como ejemplos pueden ser “un sombrero, una brujula, un cinturón exótico, una muñequera o incluso un libro. Estos elementos no solo despiertan la curiosidad de las mujeres sino que también “le otorgará a ella una excusa perfecta para poder abrirnos, preguntándonos por el objeto sin que sus intenciones queden demasiado expuestas. No muy a menudo se atreve una mujer a preguntarnos por una camisa o un jean, por temor a ser demasiado obvia o parecer fácil. En cambio, si se acerca a preguntarnos por qué tenemos una brújula, ella queda resguardada por el pretexto verosímil de que sólo se ha aproximado a nosotros para averiguar por ese objeto. De este modo, se asegura una salida fácil en caso de que todo salga mal o descubra que estamos con nuestra novia.”

 

* Descargá gratis los primeros capítulos de “El Juego de la Seducción” de Martín Rieznik y Mike Tabaschek, en la web de la editorial Dibuks.

* Más información sobre el libro “Seductor Infalible” (2014) de Germán Muhlenberg.

 

 

Cómo superar el miedo al rechazo en la seducción

Estamos de espaldas, comenzamos a idear la mejor frase para aproximarnos a ella y, de pronto, pensamos: “No, seguro que me va a rechazar, y lo hará riéndose de mí y de mi forma de seducir. Incluso sus amigas, que habrán visto la situación, vendrán después a reírse de mí y a decirme que soy un desubicado por intentarlo… Y no sólo eso, sus amigos también se acercarán en actitud hostil a recriminarme mi mal desempeño. Y el DJ parará la música para señalarme, describirá mi ropa por el micrófono mientras critica mis malas artes. Acto seguido, los encargados de seguridad vendrán, obviamente, a pedirme que abandone el lugar”. ¿Cuánto de todo esto es real y cuánto es imaginario?

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Todo es imaginario

Hasta que el rechazo no ocurre, no es real: es sólo una posibilidad, como también lo es que ella nos acepte y podamos comenzar una interacción. Del mismo modo, es posible que pensemos que en diez minutos habrá un terremoto, pero esto no será real hasta que suceda. Mientras tanto, a los pensamientos de este tipo los catalogaremos como “paja mental”. No sirven, molestan e incrementan los niveles de ansiedad. En esos cinco minutos que dedicamos –supuestamente– a planificar nuestro mejor movimiento, lo que en realidad logramos es entorpecerlo. Nuestro umbral de “ansiedad en la aproximación” habrá subido tanto que, incluso si encontráramos la frase perfecta y decidiéramos usarla, nuestro lenguaje corporal y la actitud en general mostrarían tanta ansiedad que seguramente ella nos rechazaría de todos modos. Nuevamente, haría bien en filtrarnos. La mayor parte de las veces, los hombres no reaccionan frente a esta situación; simplemente, abandonan la escena cuando empiezan a sentirse mal, incómodos. Lo real es algo que ocurre; el resto es “masturbación mental”, no sirve para jugar ni para vivir; no sirve para nada.

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Veamos el caso contrario: nos acercamos y abrimos de costado a un grupo de mujeres sin habernos detenido a mirarlas antes. Los niveles de ansiedad son mínimos e incluso desaparecen una vez que entramos en escena, tanto sea para recibir un rechazo como para continuar con la interacción. Si no permitimos que se incremente en el tiempo, la AA nos permitirá jugar, sentirnos cómodos y avanzar en nuestra seducción. Como conclusión, extraeremos una regla, la famosa regla de los tres segundos de David DeAngelo. Él la puso en boga y está relacionada con el tratamiento que la psicología cognitiva presenta como respuesta al miedo a la exposición: es preciso enfrentarse a la situación en el menor tiempo posible.

Los buenos seductores no “fichan”, son personas sociales, interactuan con grupos y elegrn a sus mujeres después de comenzar la interacción social. Incluso, aunque ninguna de las mujeres de un grupo le resulte interesante, entraría en un “estado hablador” que le permita fluir con mayor facilidad en los sets siguientes y hasta desarrollar estrategias más precisas a la hora de conseguir un gran objetivo –atraer a la más linda del venue o a quien más le guste–.

Todo esto, sin sufrir picos de AA, excusarnos en la timidez o paralizarnos por pensamientos distorsionados.

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* Fragmento del libro “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”. Adaptado para INFOBAE.COM con autorización de la editorial DibuksLos primeros capítulos pueden descargarse gratis en la web de la editorial.

+ Información sobre el libro.

Seducción, facebook y teléfonos

Tan importante como abrir una interacción es cerrarla, ya sea en una situación que haya comenzado con un opener o en cualquier otra circunstancia social en la que hayamos, casualmente, conocido a alguien. Cuando decimos cerrarla nos referimos a darle un sentido menos eventual y a crear un vínculo que resulte favorecedor de otro encuentro, tal vez sexual y/o amoroso. No cerrarla haría que nuestro trabajo previo de generar atracción y conexión se perdiera. Los closes o cierres son necesarios y también constituyen nuestro objetivo primordial como Avens, pues dan valor a la interacción que nosotros mismos hemos comenzado. De algún modo, no cerrar una interacción denota cierta falta de interés en los demás y en un tiempo relativamente corto puede traducirse en una pérdida de  status en determinado lugar o circuito social.

Por otro lado, todos sabemos que la etapa de Atracción no alcanza para llegar al sexo. En realidad, si fuera por nosotros, muchas veces ni siquiera pasaríamos por las etapas previas, sino que iríamos directamente al acto sexual con una mujer que se ajuste a nuestros estándares. Pero, justamente, no es en la simplicidad del hombre en lo que está basado el método de este libro, sino en las necesidades de la mujer a la hora de ser seducida.

En el complejo entramado de culturas y pautas morales que coexisten en nuestra sociedad, no es tan extraordinario toparse con una mujer acostumbrada a tener sexo la primera noche que conoce a alguien. Con todo, en gran parte de los casos, el beso será lo más lejos que lleguemos y, para seguir la interacción más allá de ese momento y lugar, deberemos intercambiar información.

Utilizamos la expresión “intercambiar información” y no “pedir información” porque no vamos solicitando teléfonos por ahí con el fin de engrosar nuestra lista de contactos. Se trata de conectar con alguien de manera que sea natural, que ambos queramos conocernos más el uno al otro. No es un pedido, es un intercambio.

Dibujo del artista chileno-ecuatoriano Alberto Mont **

Dibujo del artista chileno-ecuatoriano Alberto Mont **

¿Facebook o teléfono? Creemos que en este momento Facebook es mucho más interesante como herramienta para generar atracción y demostrar alto valor. Un contacto en el teléfono es apenas un número. Cuando acabamos de conocer a alguien y lo sumamos al Facebook, esto nos permite profundizar acerca de la persona con la que tratamos. ¿Tiene amigos? ¿Parece divertirse seguido? ¿Es verdad que es actriz, empresaria o que saca buenas fotos? ¿La mujer era realmente linda o yo estaba borracho? Es una plataforma excelente para darnos a conocer y conocer a otros que también la usen.

El intercambio de Facebook o teléfono

Lo que vemos en este apartado puede aplicarse tanto a mujeres como a hombres, pues se trata de mejorar nuestra capacidad en las relaciones sociales en general.

Algunos tips a la hora de intercambiar Facebook o teléfono:

1. No deberíamos intercambiar información e irnos inmediatamente, para no dar la impresión de que lo único que queríamos era obtenerla. Así suelen proceder los coleccionistas de contactos en redes sociales. Si intercambiamos información con alguien es porque realmente nos interesa conocer a esa persona, así que quedémonos un rato más hablando con ella. De seguro, hay algún tema interesante sobre el cual conversar. Si no es así, si no encontramos nada de qué hablar, ¿para qué queremos a esa persona como contacto?

2. Intentemos no invertir demasiado tiempo en el intercambio en sí mismo. Sacar el teléfono, comenzar a anotar nombre, teléfono, e-mail, etc., puede convertirse en un trámite muy aburrido, que sin duda hará decaer el ritmo de la interacción. Muchas veces, la lapicera y el papel pueden resultar mucho más prácticos, agradables y románticos

3. No mostremos nuestras cartas antes de tiempo. Muchos hombres, antes de pedir el teléfono o el Facebook, ya tienen el dispositivo en la mano o fueron a buscar papel y lapicera. Esto destruye toda espontaneidad. Es otro de los síntomas del coleccionador de contactos. Mejor actuar con calma, que sea natural.

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Remordimiento del comprador

Esta emoción femenina ha sido comparada con la que siente alguien que ha adquirido un producto porque se dejó convencer por las promesas del vendedor. Supongamos que nos probamos una camisa, el vendedor nos dice que es perfecta para nuestro cuerpo atlético y nosotros la compramos impulsivamente, bajo la influencia de la “emoción” que nos genera el cumplido. Más tarde, a solas en nuestra casa, tal vez nos probemos la camisa y realmente no la encontremos tan atractiva. Quizá ni siquiera nos den ganas de usarla. Esto, que se ha dado en llamar remordimiento del comprador, es comparable a lo que puede sentir una persona en interacciones que no logran alcanzar un cierto grado de intimidad.

En un rapto de pasión, ella nos besó delante de sus amigas; pasamos un buen momento, pero al día siguiente, a solas en su casa, no continuará en el mismo estado emocional. Posiblemente sienta que actuó irracionalmente bajo el influjo de nuestras palabras; entonces caerá en un estado anímico similar al remordimiento del comprador. Muchísimos hombres tienen agendas repletas de números de teléfono de los que sólo obtuvieron respuestas secas al llamar. Y eso sucedió porque no supieron llevar la interacción de forma que la mujer se sintiera orgullosa de su accionar, incluso al día siguiente.

Por lo tanto, el objetivo en ese momento no es solamente el close (en el caso mencionado, un beso) sino también liderar la interacción y conducirla hacia un punto de intimidad. Éste le dará a ella la pauta de que somos alguien valioso y no sólo un oportunista que tuvo la suerte de sacarle un beso delante de sus amigas. De la conexión que nazca en la intimidad, ella obtendrá los elementos para construir su propia fantasía y pensar ese instante de pasión como un posible inicio de relación.

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* Fragmento del libro “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”. Adaptado para INFOBAE.COM con autorización de la editorial DibuksLos primeros capítulos pueden descargarse gratis en la web de la editorial.

+ Información sobre el libro.

 

¿Sexo o chocolate?

Las mujeres son objeto de propuestas románticas y sexuales día a día, mientras que nosotros, los hombres, no. Casi todas las mujeres reciben cotidianamente miradas insinuantes y proposiciones de todo tipo, especialmente aquellas que nos interesan por su grado de belleza. Son destinatarias de decenas de cumplidos y loas.

Si pensáramos los ámbitos de la seducción o del sexo como un mercado, podríamos decir que toda mujer es un sujeto sobredemandado sexualmente. No estamos diciendo que no lo valga, sino que ellas tienen más demanda sexual de la que pueden o quieren satisfacer.

No sucede lo mismo con la mayor parte de los hombres. En términos generales, siguiendo con la analogía del mercado, podríamos decir que para el hombre el sexo es un bien escaso. Esto no significa que todo hombre sea un indigente sexual sino, simplemente, que para las mujeres no es un problema conseguir sexo con un hombre de forma gratuita e inmediata (pues existe una gran demanda), mientras que para la mayor parte de los hombres sí lo es. Una de las aristas de este fenómeno es el enorme negocio de la prostitución, que ubica a millones de hombres como consumidores y a miles de mujeres en situaciones de riesgo.

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Cómo abrir la conversación

Muy pocas veces sucederá que ellas inicien una interacción con nosotros. Y aunque existen técnicas para lograr llevarlas a esa situación, son muchas las mujeres que nunca se aproximarían a un desconocido con la intención de seducirlo. La mayor parte de las veces, seremos nosotros los encargados de comenzar a interactuar. Para eso, utilizaremos una frase a la que denominaremos opener o abridor.

Iniciar una conversación fluida con una mujer que no nos conoce puede ser complicado si no tenemos en cuenta determinados factores. Como ya vimos, las mujeres atractivas están socialmente más demandadas que los hombres. Por ende, su valor social es más alto. Es una realidad con la que debemos lidiar: ellas reciben constantemente propuestas sexuales, nosotros no. Si tenemos esto en cuenta, basaremos nuestras técnicas de seducción en anticipar el pensamiento femenino; buscaremos ponernos en su lugar y estar siempre un paso adelante. ¿Qué es lo primero que piensa una mujer cuando se le acerca un hombre que no conoce para hablarle? Lo resumiremos en tres preguntas que circulan por su cabeza cuando esto sucede: “¿Otro más? ¿Qué quiere? ¿Cuánto tiempo va a estar aquí?”

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Tratemos por un instante de entender el pensamiento femenino. Si bien casi todas ellas reciben propuestas sexuales constantemente, la gran mayoría se queja de que los hombres interesantes escasean. Si no comprendemos esto, no entenderemos en absoluto a las mujeres; debemos recordarlo siempre al comienzo de una interacción.

Para que una mujer (o un grupo de mujeres) acepte interactuar con nosotros y logremos evitar el rechazo inicial, tendremos que desactivar sus reflejos. No es tan difícil. Sólo debemos emitir las señales correctas en los primeros segundos de interacción, de modo tal que ellas sientan: a) que nuestro tiempo es muy valioso y nos quedaremos allí sólo en la medida en que ellas ganen nuestra atención, b) que no tenemos un interés sexual inmediato y c) que, por el contrario, hay una razón diferente y genuina que nos lleva a aproximamos.

Para lograr nuestro primer objetivo, utilizaremos una técnica que fue sistematizada por primera vez en Venusian Arts1, el libro escrito por Mystery . En su forma más básica, la FLT puede reducirse a una sola frase: “Chicas, tengo un minuto…”.

El objetivo de la FLT es desactivar el escudo de protección de las mujeres; que ellas estén dispuestas a iniciar una interacción. Si nos aproximamos diciendo: “Chicas, tengo dos horas para abordar un tema, ¿me ayudan?”, seremos descartados de inmediato. Nadie inicia una interacción con esa frase, pero casi todos generan una respuesta de rechazo cuando pronuncian cualquiera de las frases hechas que antes mencionamos (“¿Cómo te llamás?”, “¿Nos conocemos?”, etcétera). Quien lo hace, se muestra dispuesto a permanecer en ese lugar hasta lograr su objetivo sin importarle cuánto tiempo le demande y lo más probable es que, justamente por eso, sea descartado de inmediato.

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La FLT comunica todo lo contrario: “Estoy de paso, en realidad me tengo que ir pero esto que estamos hablando me parece interesante”. Eso predispone mejor al grupo para escucharnos. Y al observar que las mujeres responden satisfactoriamente a nuestra frase inicial, sabremos que ya no somos “uno más” para ellas.

Las características de un opener efectivo

Ya hemos mencionado que en cualquier opener - o “abridor de conversación” – es fundamental no demostrar un interés sexual inmediato. Al iniciar una interacción, debemos salir del conjunto de los “desesperados por el sexo” y comenzar a revelarnos más bien como uno de esos hombres interesantes que escasean. Las preguntas situacionales, como “¿Dónde queda el baño?” o “¿Tienen fuego?” quizá habiliten un diálogo mínimo pero, en definitiva, no impedirán que sigamos siendo un “don nadie” para ellas.

Para iniciar exitosamente una interacción, buscaremos openers que, unidos a la FLT, constituyan temas de conversación interesantes y que, a la vez, nos permitan mostrarnos tal cual somos y dar a conocer esas particularidades que nos hacen únicos y muestran nuestro valor.

Existen decenas de openers “enlatados”, es decir, líneas de diálogo que se han probado como efectivas para iniciar una interacción con desconocidas. Aquí van algunas:

–Necesito una opinión femenina: ¿quién miente más, el hombre o la mujer?

–Ayúdenme con esto: ¿cómo le digo que no a una mujer sin lastimarla?

–¿Qué le regalarían a una mujer de XX años?

–Preciso un consejo: ¿sexo o chocolate?

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* Fragmento del libro “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”. Adaptado para INFOBAE.COM con autorización de la editorial DibuksLos primeros capítulos pueden descargarse gratis en la web de la editorial.

+ Información sobre el libro.

Técnicas de Seducción: Mitos y Verdades

Existe una gran cantidad de mitos alrededor de la ciencia de la seducción. Una ciencia, que como toda ciencia social, no es exacta pero nos provee de innumerables elementos para actuar con más solidez, conocimiento y seguridad en un terreno en el cual no hemos recibido prácticamente ninguna instrucción. Como afirma Martín Rieznik, “que exista la psicología no quiere decir que todas las personas sean iguales y actúen de la misma forma, sino que existen determinados patrones de comportamiento que se repiten en diferentes individuos ante situaciones similares”. Lo mismo ocurre en la seducción.

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En una entrevista a Rieznik emitida por Radio Mitre, afloraron dos de los mitos más repetidos sobre la ciencia de la seducción:

 MITO 1 – “Un hombre que utiliza técnicas de seducción no es genuino”.

Paradójicamente, esta frase suele provenir de las mujeres, quienes desde hace miles años se valen de múltiples artificios para generar atracción en los hombres. Ya sea el maquillaje, el perfume, unas calzas ajustadas o el último consejo de la revista Cosmopolitan, la mayor parte de las mujeres siempre ha utilizado técnicas de seducción de una forma más o menos consciente.

Como sostienen Rieznik y Tabaschek en su útlimo libro, aprender a seducir es como desarrollar cualquier habilidad: tocar la guitarra, jugar al tenis o conducir un automóvil. Al comenzar el aprendizaje, colocamos nuestra atención en las técnicas y nos enfocamos en aplicarlas cada vez mejor para obtener mejores resultados. Una vez que las técnicas son asimiladas, nos permitimos fluir habiendo incorporado todo lo aprendido en la práctica. A nadie se le ocurre que Federer está pensando en la forma de pegar un revés con slice mientras juega la final de Roland Garros. De la misma forma operan las técnicas de seducción: primero se entrenan, después se incorporan a nuestra cotidianidad.

Por otro lado, sabemos que la mayor parte de los hombres nunca confesaría públicamente que lee sobre técnicas de seducción o que asiste a seminarios para aprender a seducir. Sin embargo, ante la posibilidad “anónima” de aprender nuevas técnicas para el levante, la gran mayoría querría por lo menos saber de que se trata. Tal vez por eso, el libro de Rieznik – titulado “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres” – continúe entre los más vendidos a un año de su lanzamiento.

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MITO 2 – “La seducción es un talento natural, no es algo que se pueda aprender”.

La principal respuesta a este mito proviene de la simple observación de la realidad. Miles de hombres en todo el mundo han perfeccionado su habilidad para seducir a través de libros, seminarios, etc. Más aún, miles de hombres han mejorado por sí mismos. Los libros y los cursos no son imprescindibles, pero como en tantas otras áreas del conocimiento, nos permiten avanzar más rápido y con más eficacia hacia nuestros objetivos.

Por otro lado, es innegable que ciertos individuos parecen tener una habilidad innata en lo que a seducción se refiere. En todo grupo de amigos, suele haber uno que se distingue por su facilidad para el levante y no son pocos los que se preguntan “¿qué tendrá…?”. Se trata de seductores natos que rara vez pueden explicarle a sus amigos cómo seducir, pero llevan a la práctica aquello que la ciencia de la seducción ha observado y conceptualizado. Sólo que esos seductores “naturales” lo hacen sin saberlo.

Queda para cada uno la decisión de mejorar, aprender y realizarse o dejar que los mitos se interpongan en un aspecto tan importante de nuestras vidas.

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Los primeros capítulos de “El Juego de la Seducción” pueden descargarse gratis en la web de la editorial

-> Entrevista a Martin Rieznik en Radio Mitre (YouTube)

 

 

Seducción: “La chica 10″

Algo común entre los hombres es puntuar a las mujeres de 1 a 10, según su belleza. Y no es algo raro en la historia de la humanidad el calificar, competir o medir algo. Puntuar mujeres parece inofensivo y podría ser una simple distracción o intercambio de opiniones sobre la belleza, lo cual en sí no tiene nada de malo. El problema comienza cuando estos valores numéricos son tomados demasiado en serio y dejan de tener un valor subjetivo para convertirse en una suerte de verdad objetiva e incuestionable. Es decir, cuando permitimos que ese puntaje – una chica “10”, una chica “5”- determine como debemos actuar y se refleje en nuestro comportamiento. Especialmente, si dejamos que la puntuación de los demás influya en nuestra propia percepción.

La lógica de este pensamiento reside en que cuanto más atractiva es una mujer, más alta es su puntuación y, en consecuencia, mayor la dificultad para seducirla, lo cual va a determinar nuestro modo de levantarla. De hecho también se piensa que las mujeres más atractivas son abordadas por más hombres, lo cual también es incorrecto. ¿Qué sucede? Dado que a mayor estimación del valor de una mujer se presupone mayores dificultades y también mayores probabilidades de fracasos (de rebotar, como se dice normalmente), las mujeres con un supuesto puntaje alto, resultan más intimidantes y, en consecuencia, son menos abordadas.

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Para no caer en la trampa de la puntuación, es fundamental recordar que la belleza es totalmente subjetiva y tiene tantas definiciones como la cantidad de personas que existen en el mundo. Además, es algo que puede cambiar de un momento a otro. En efecto, la percepción que tenemos sobre una mujer también es variable según el contexto en que la conocemos. ¿No es acaso común ver a una chica que nos gusta y que horas más tarde nos resulte menos atractiva?

Igual de frecuente es el caso contrario: empezamos una conversación con una mujer que no consideramos especialmente bella y, de repente, como por arte de magia, nos resulta sumamente atractiva. Por ejemplo, si compartimos una pasión, un momento o nos gustó algo que dijo, o simplemente su manera de besar. Nuestra percepción, como la de las mujeres, depende del contexto. Esto ocurre todo el tiempo y nos ocurre a todos. Ni hablar de los efectos del alcohol. Un número infinito de factores puede alterar nuestra percepción: cómo nos sentimos y percibimos una situación (si destacamos sus virtudes o defectos), cómo nos miró, si estamos a solas, etc.

Una situación clásica que ejemplifica este cambio en la valuación: salimos a bailar y conocemos una chica que nos parece hermosa. La vemos luego y parece otra mujer. ¿Qué demonios pasó? Había una época en que realmente desconfiaba de mi percepción hasta no ver a una mujer nuevamente y en otro contexto. A veces uno se lleva sorpresas… pero así uno aprende, ¿no? Otro clásico: trabajás en una empresa rodeado de viejos y de repente pasa una hermosa mujer que en ese contexto podríamos puntuar con un “9”, pero vista dentro de un club nocturno, no es más que un “7”. O cuando ves a una mujer con un amigo y para vos es un “8” pero para el no pasa del “6” y después lo ves con una chica que no pasa del “5” pero él esta súper entusiasmado del “9” con la que estuvo.

 

Del mismo modo ocurre con nuestra propia percepción, no todos los días nos vemos igual a nosotros mismos. Es normal que haya una variación de “1” o “2” puntos sobre nuestra propia percepción según como nos sentimos, en qué ambiente estamos, cómo nos vestimos, etc. Si son fluctuaciones muy grandes, de “4” a “5” puntos – un día me veo atractivo y otro día horrendo – es una cuestión de trabajar el autoestima ya que probablemente no sea muy estable.

Ya vemos entonces que la percepción que tenemos de una mujer puede variar en cualquier momento e incluso en el transcurso de una conversación. Si nos basamos en su atractivo para definir cómo actuamos ¿debemos cambiar nuestra forma de seducir en el medio de la conversación? Definitivamente no.

Otra razón por la que los hombres puntuamos a las mujeres es por puro fanfarroneo. Puntuar a una mujer sirve para idealizarla. Piensen en esto: si a mí me gustan las rubias petizas y a mis amigos las morochas altas, entonces para ellos no va a ser tan atractiva como para mí. Pero si yo digo que era un “9” entonces todos la van a imaginar con sus propios parámetros. Tiene que ver con un deseo de mostrarnos exitosos frente a los demás.

Errores de percepción

Un error de muchos hombres es creer que las mujeres se ven a sí mismas del mismo modo que las vemos nosotros. Muchas aparentes “10” se ven a sí mismas como un “5” y muchas “5” pueden verse como un “10”. Podríamos decir que no va a depender tanto de su belleza física sino más bien de su necesidad emocional y autoestima. También tiene que ver con el contexto en el que se encuentra. Si está en un club nocturno, donde muchos hombres quieren comprarle tragos y es altamente valorada por su belleza, tendrá un exagerado sentido de importancia y es posible que se sitúe a sí misma fuera de nuestro alcance. Pero si esta misma chica la encontramos al otro día en el cumpleaños de su hermanito, puede que se muestre como una persona muy dulce y simpática. ¿Qué posibilidades tendría de levantarme a Rihanna en uno de sus conciertos y qué posibilidades tendría de levantármela si estoy perdido con ella en una isla desierta y yo soy un experto en supervivencia? En muchas ocasiones las oportunidades dependen del contexto.

Frecuentemente ponemos en un pedestal a una mujer que ni siquiera conocemos. La sobrevaloramos por su belleza sin siquiera saber quién es. Da igual si escribió un bestseller o no terminó la escuela primaria. Y el hecho de ponerla en un pedestal va a afectar nuestro comportamiento. Es como auto-sabotearnos, una profecía auto-cumplida. No va a ser más difícil por ser atractiva, sino porque pensamos que por ser atractiva será difícil.

Si la sobrevaloramos, sin duda nos vamos a sentir más nerviosos, vamos a actuar torpemente y es probable que la sintamos fuera de nuestro alcance. De esta manera, ella lo sentirá también. Las mujeres ven atractivos a los hombres que se perciben ligeramente “por encima” de ellas.

Por lo tanto es completamente básico y esencial para levantar mujeres actuar bajo el pensamiento de que todas se sienten atraídas hacia nosotros. Y es prácticamente imposible poder actuar o pensar de esta manera si no trabajamos en nuestra persona. Qué tan atractivos nos percibamos ante las mujeres es directamente proporcional a la cantidad de energía que hayamos invertido en nosotros mismos, tanto física como emocionalmente. Si tenemos una gran valoración de nuestra persona es difícil que conozcamos a alguien que creamos que no está a nuestro alcance. Y esto se da ya que nosotros, los seres humanos, contagiamos nuestras emociones. Si nos sentimos nerviosos, vamos a hacer sentir nerviosos a quienes nos rodean. Si nos sentimos cómodos, vamos a hacer sentir cómodos a quienes nos rodean. A todos nos habrá pasado alguna vez que nos sentimos mal y nos encontramos con un amigo que se encuentra en un mejor estado y tira para arriba nuestra energía. Y al revés, cuando nos encontramos con alguien que está siempre deprimido, nos tira para abajo. Si alguien nos demuestra confianza, sentimos más confianza. Si nos muestra desconfianza, sentiremos más desconfianza. Si alguien cuenta un relato apasionante, puede también contagiarnos de esas emociones. Nuestras emociones y comportamientos van a contagiarse. Si uno siente que no vale nada, eso es lo que va a proyectar a los demás. Piensen en un comerciante que intenta vender un producto, creyendo que es una porquería. Le será difícil conseguir ventas con esa creencia.

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¿Esto significa que si yo invierto mucho en mi persona y realmente creo que todas las mujeres gustan de mí, así va a ser?

Definitivamente no. Nos van a seguir rechazando algunas mujeres, jamás le vamos a poder gustar a todo el mundo, pero ¿qué más da? La idea radica en que no nos importe, en que nosotros gustemos más de nosotros mismos y que sea ese el comportamiento que proyectemos. Entretanto, sí puedo asegurarles que los hombres que tienen una buena autoestima y confían en su poder de atracción, tiene una tasa mayor de éxito, sin importar su altura, profesión, imagen o billetera. El secreto de su éxito es valorarse a sí mismos y confiar en que los demás también los valorarán.

Entonces es importante dejar de puntuar a las mujeres y sólo guiarse por una simple pregunta: ¿me gusta o no me gusta? Puedo asegurarles que sus interacciones en general van a mejorar, y las mujeres más hermosas van a intimidarles menos. Uno deja de enredarse con tantos prejuicios y es mucho más fácil acercarse. Es común sentirse intimidado a veces, pero el hecho es no generar valor sólo por las apariencias, y concentrarse más en los valores de uno mismo. Eso ayuda a despreocuparse.

En lugar de puntuar a las mujeres, debemos entonces preguntarnos cuál es nuestro valor, qué percepción tenemos de nosotros mismos. Y si la puntuación realmente es baja, empezar cuanto antes a hacer los cambios que sintamos necesarios para desarrollarnos y sentirnos libres de interactuar con cualquiera.

* Germán Muhlenberg es escritor, coach y autor del libro “Seductor Infalible: guía para desarrollar una personalidad atractiva”. A pocos meses de su lanzamiento, Seductor Infalible se encuentra en el Ranking de los libros más vendidos en librerías Yenny/El Ateneo. Los primeros capítulos pueden descargarse gratis desde la web de la editorial Dibuks (click aquí).

Los libros de seducción más vendidos

A más de un año de su lanzamiento, El Juego de la Seducción – de Martín Rieznik y Mike Tabaschek – continúa entre los libros más vendidos según el ranking de las librerías Yenny – El Ateneo. Como resume su contratapa, este manual  ”permite entender con claridad las diferentes etapas del proceso de seducción y cómo actuar en cada una de ellas: desde la mejor forma de iniciar una conversación, hasta la concreción final de todas las fantasías”. Rieznik y Tabaschek dirigen la academia Levantart, fundada en 2008 en Buenos Aires y cuya expansión ha alcanzado otras capitales del mundo hispano como Santiago de Chile, Montevideo, Bogotá y, más recientemente, Madrid.

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Uno de los objetivos principales del libro es desterrar la idea de que la seducción es un don que viene dado de nacimiento, o exclusivamente reservado a ricos y famosos. Para sus autores, seducir es una habilidad social que se puede desarrollar con conocimientos y práctica. El juego de la seducción ha tenido también una excelente perfomance en el mundo digital: es uno de los E-Books más vendidos en español. Cada capítulo del libro se enfoca en una fase del cortejo y ofrece herramientas prácticas para aplicar en la vida cotidiana; los relatos de diferentes alumnos cierran cada tramo del libro con experiencias personales y situaciones típicas de levante.

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Otro de los libros que encabeza la lista de los más vendidos es el recientemente publicado Seductor Infalible de Germán Muhlenberg, quien se desempeño como coach durante más de cinco años y cuyo libro se enfoca principalmente en los elementos psicológicos que entran en juego a la hora de relacionarse con las mujeres y seducir. Muhlenberg propone en su obra una “forma de construir una personalidad atractiva a través del desarrollo personal”. Si bien reconoce la utilidad de aprender técnicas, su libro aboga por un método cuyos pilares son el estilo de vida, el coraje y la habilidad social. Coincide con Rieznik y Tabaschek en que actitudes como fichar, comprar tragos o utilizar piropos son “tácticas” estereotipadas que no funcionan y deben ser evitadas para tener éxito. En contrapartida, sugiere utilizar la espontaneidad y el autoconocimiento como pilares para edificar una personalidad que cautive.

* La editorial Dibuks ofrece en su página web la posibilidad de descargar gratis los primeros capítulos de “El Juego de la Seducción” y “Seductor Infalible”.

 

 

Seducción: La vulnerabilidad es un símbolo de fuerza

Por Germán Muhlenberg

Durante más de cinco años me dediqué al coaching y tuve la oportunidad de asesorar a personas de distintas profesiones, niveles económicos y estilos de vida. Pero algo había en común entre todos ellos: la incapacidad para expresar sus emociones libremente. De hecho, es un problema que a mí me había ocurrido años antes. Si intentamos escondernos, y aparentar algo que no somos, nos vamos a encontrar con una gran incongruencia en nuestra persona. En cambio, si nos abrimos y mostramos tal como somos, con virtudes y debilidades, demostraremos no tener miedo de exponernos, de ser rechazados. La gente poderosa puede mostrarse sin temer a ser lastimada. Dan prioridad a sus creencias y valores sobre los demás, a menos que decidan otra cosa. Están dispuestos a correr riesgos.

Exponernos nos muestra de manera más atractiva. Alguien que puede mostrar sus debilidades es porque es fuerte, no débil. Podemos observar ejemplos claros en el lenguaje corporal: tirar levemente la cabeza para atrás mostrando la yugular es una muestra de poder, porque se exhibe una parte vulnerable, lo mismo cuando se expone la entrepierna o el pecho. Del mismo modo, hay acciones que muchas veces son interpretadas como signos de  debilidad cuando en realidad son actitudes valerosas. Por ejemplo, expresarle a alguien el impacto que nos produce o la alegría que nos genera su presencia. Vamos a estar más expuestos al rechazo pero no es nada malo, incluso diría que es bueno. Como dice la frase, lo que no nos mata, nos fortalece. Estar expuestos al rechazo fortalece nuestras creencias sobre nosotros mismos. Puede resultar muy incómodo, no digo que no sea así, pero es ese mismo sentimiento el que nos va a fortalecer. Este concepto de vulnerabilidad ha sido ampliamente estudiado y desarrollado en los estudios psicológicos referidos a la seducción.

Dibujo del artista chileno-ecuatoriano Alberto Mont **

Dibujo del artista chileno-ecuatoriano Alberto Mont **

Cuanto más honestos seamos sobre nuestras faltas, más va a ser la gente que piense que somos perfectos. Cuanto más cómodos nos sintamos sin ser perfectos, más será la gente que piense que lo somos. Hay distintas formas de exponerse, estas pueden ser de manera emocional o social. La exposición emocional puede ser compartir miedos e inseguridades, pero no significa andar contándole a todo el mundo nuestras debilidades o que se nos murió el perro, en busca de reacciones o aceptación. Tampoco vomitamos todos nuestros problemas sobre los demás. Eso es propio de alguien necesitado, que busca aceptación y además una forma débil de presentarse.

Se trata simplemente de mostrarnos como alguien que no pretende ser perfecto. Nos aceptamos como somos. La exposición social ocurre estando en una situación en la cual uno puede ser rechazado; ya sea dando una opinión diferente en un grupo, intentando besar a una chica, hablando con un grupo de desconocidos en un bar, sabiendo disculparnos públicamente ante una equivocación, etc.

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Sin embargo, debemos tener en claro cuál es la intención. Si nuestra intención es impresionar a alguien, no estamos exponiéndonos realmente. No hay una conexión real con nuestras emociones y eso es lo que realmente importa. La exposición no tiene que ver directamente con lo que decimos sino con las emociones que queremos transmitir.  Y es compartiendo las mismas emociones donde se genera la conexión con la otra persona. Entiendan esto: ¡acá no es posible hacer trampa! Podemos simular tener la misma emoción, pero no es lo que yo recomiendo, no es lo que va a funcionar a largo plazo, y mucho menos te va a hacer una mejor persona. Es necesario hablar con sentimientos. Si intentamos exponernos con una chica sólo para acostarnos con ella, lo único que vamos a terminar exponiendo son nuestros deseos por terminar en su cama. Debemos ser honestos con nuestras intenciones. Es importante ser auténtico, aun cuando tengas miedo o te genere nervios mostrarte de tal forma. Eso está perfecto.

Es probable que si te está yendo mal con las mujeres te esté costando expresar tus verdaderas emociones e intenciones, y conectar con tus sentimientos. Quizás cuando hablás con una mujer las conversaciones se vuelven aburridas por evitar decir algo que pueda molestarla. O por no besarla porque podría rechazarte o no hacer algo que podría incomodarla. Todos estos problemas tienen una raíz común: el no poder expresarse libremente. Hay una cultura de mostrarnos siempre bien, siempre sonriendo y no expresarnos auténticamente. Tener respuestas vacías como “todo bien”. O aparentar vidas perfectas por medio de nuestras redes sociales. Aprendimos a no expresarnos correctamente, reprimir ciertas emociones, no decir lo que nos pasa, tener que gustarle a todo el mundo y a no hacer nada “estúpido”. Quizás en nuestras casas no se podían hablar de ciertos temas y exista algo parecido a un trauma infantil. Por ahí nuestros padres no expresaban bien sus emociones.

Si querés tener relaciones de verdad, relaciones profundas, amistades verdaderas, es importante que compartas tus verdaderas emociones, es de ahí de donde nace la verdadera confianza entre las personas. Sentíte cómodo con tus emociones, sin miedo de expresarte. Es algo que va más allá de nuestra relación con las mujeres. Tiene que ver con una transformación de uno mismo. Una versión más segura, vibrante y desinhibida que se conecta con los demás de manera natural. Estos conceptos no son para ser el mejor seductor, sino la mejor persona. Hablamos de cambios de identidad a nivel de tus mentalidades y creencias. El sexo es un efecto secundario de estos cambios. El sexo no es la meta principal, simplemente sucede.

Dejar caer una interacción es también una muestra de vulnerabilidad, dejándote abierto al rechazo, mostrándote no necesitado e invirtiendo menos. Es de hecho una buena manera para medir si ella está interesada en reabrir la interacción o no. Si ella no la reabre entonces es posible que no esté interesada. La idea es sentirte completamente bien con el hecho de ser rechazado, si no es así, no te estás acercando con las intenciones correctas. Como dijimos anteriormente no estamos esperando algo de ella, no esperamos su aprobación, o terminar en su cama. Si fuera de esa forma estaríamos invirtiendo más que ellas, siendo más necesitados. No hay malos movimientos cuando nos expresamos honestamente y decimos como nos sentimos.

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* Germán Muhlenberg es escritor, coach y autor del libro “Seductor Infalible: guía para desarrollar una personalidad atractiva”. A pocos meses de su lanzamiento, Seductor Infalible se encuentra en el Ranking de los libros más vendidos en librerías Yenny/El Ateneo. Los primeros capítulos pueden descargarse gratis desde la web de la editorial Dibuks (click aquí).