Por: LevantArt
Si le preguntamos a nuestros padres, tíos o abuelos qué leyeron sobre la ciencia de la seducción, lo más probable es que recibamos una buena carcajada como respuesta. Indudablemente, hay muy pocas posibilidades de que alguno de ellos hayan tomado contacto con este tipo de literatura y hay una razón muy simple para explicarlo: hace 30 0 40 años, cerca del 90% de los adultos ya estaban casados al cumplir los 30 años de edad. Aunque hoy parezca difícil creerlo, las relaciones sexuales antes del matrimonio no eran tan comunes y, por ende, la necesidad de seducir en muchos casos se reducía al mínimo indispensable: una sola vez y para toda la vida.
Aún cuando muchos todavía valoramos esas relaciones largas y duraderas cuando las vemas, es innegable que hoy en día el panorama ha cambiado mucho. Un gran porcentaje de hombres y mujeres elijen postergar los compromisos del matrimonio y la formación de una familia para después de los 30. En su libro “El Juego de la Seducción”, Rieznik y Tabaschek se refieren de este modo a las consecuencias de la llamada revolución femenina:
“Los hombres debimos enfrentar los vientos de cambio de la llamada “revolución sexual”. Ya no era más necesario pedir la mano de la doncella, pero en cambio dependíamos enteramente de nuestra habilidad de atraer. Las reglas de este nuevo juego crearon una competencia feroz entre los hombres: ya no éramos los únicos predadores en la selva. Por supuesto, como sucede con toda habilidad, algunos contaban con más facilidad natural que otros. Pero el desconocimiento y la intuición siguieron siendo la norma. Hombres y mujeres sin acceso a ninguna clase de información acerca de qué hacer, cómo y en qué momento.”
Tal vez no casualmente, fue los años 70 que surgieron las primeras investigaciones científicas al respecto. Biólogos, sociólogos o psicólogos que comenzaron a estudiar cómo se produce el proceso de atracción entre hombres y mujeres. Pero fue necesaria la llegada de internet para que ese conocimiento científico entrara en contacto con la realidad más concreta de las personas. Leemos en “El Juego de la Seducción”:
“Esta revolución llegaría en los años 90, de la mano de la era cibernética, la world wide web e Internet. De este enorme conjunto de hombres frente a una computadora surgirían los primeros foros acerca de estrategias y técnicas de seducción. Eran foros secretos, de difícil acceso, que además requerían alguna clase de invitación de terceros. Sin embargo, de estos sitios brotaría por primera vez en la historia de la humanidad un espacio masculino inédito. Uno en el que los hombres comenzaron a hacer algo que las mujeres practican desde hace decenas de miles de años: ellos empezaron a intercambiar técnicas y consejos sobre cómo seducir. “
Fue en ese ámbito que se gestaron los primeros manuales de seducción como el Mistery Method,The Game, entre otros. En nuestra región, los pioneros fueron los ya mencionados Rieznik Y Tabaschek quienes publicaron “El Juego de la seducción. Todo que lo un hombre debe saber las mujeres”, libro que rápidamente se transformo en un best-seller en toda Latinoamérica. Estos libros reunieron por primera vez ese conocimiento sobre técnicas, conceptos y estrategias que se encontraba dispersa en los foros.
Como era de esperarse, no pasó mucho tiempo hasta que se generara la polémica: “las mujeres no somos todas iguales”, “usar técnicas de seducción no es ser auténtico”. En este caso, encontraremos una buena respuesta en el recientemente publicado “Seductor Infalible” de Germán Muhlenberg:
“A partir de la publicación de los primeros libros sobre seducción, la utilización de técnicas para conquistar mujeres, y su aprendizaje, han despertado muchas críticas y polémicas. Uno de los cuestionamientos más frecuente sostiene que el hecho de utilizar un método implicaría afirmar que todas las mujeres son iguales. La respuesta ae este tipo de observación es simple: cualquier estudio social se basa en la observación de patrones de comportamiento que se repiten en diferentes personas. En definitiva, que exista la psicología no significa que todos tengamos los mismos pensamientos y emociones. Lo mismo ocurre con la seducción. Independientemente del sexo, no existen dos personas iguales, sino ciertas características comportamentales que se manifiestan en la mayoría de las personas”.
*Descarga gratis los primeros capítulos de “El Juego de la Seducción” en la web de la editorial.