La personalidad de un hombre seductor (II)

#ManualDeSeducción

Hoy continuamos el artículo sobre las características que definen una personalidad atractiva en general y, en particular, frente a las mujeres. Para entender mejor como influyen nuestras emociones en el juego de la seducción, compartimos un fragmento del libro Seductor Infalible, de Germán Muhlenberg:

“Otro elemento qué determina el comportamiento y el atractivo de una persona, es su necesidad emocional. Como sostiene Mark Manson en su libro Models, el atractivo de un hombre es inversamente proporcional a su necesidad emocional. Las personas con una alta necesidad emocional suelen ser menos atractivas e invierten emocionalmente en los demás mucho más de lo que los demás invierten en ellas. Priorizan la percepción de otras personas sobre la suya. Buscan la aceptación de los demás por sobre la de sí mismos.

Las mujeres, por lo general, son atraídas por hombres que invierten igual o menos de lo que ellas lo hacen. Lo cual es bueno, porque de algún modo significa que cuanto menos nos esforcemos, mayor éxito tendremos. Hay una frase que dice: “Do less, no more” (haz menos, no más). Cuando hablamos de invertir, nos referimos a cuánto uno se sacrifica o modifica sus sentimientos para agradar al otro. Un error clásico en la seducción es realizar acciones exageradas para impresionar a una mujer como comprar flores, bombones, pagar restaurants lujosos o pasarlas a buscar para estar con ellas. Detrás de este tipo de comportamiento se esconde la creencia de que a las mujeres hay que comprarlas, invertir más para que estén interesadas.

Una actitud necesitada suele ser percibida por los demás. No sólo por las mujeres. Es un hecho que tener una actitud necesitada es desfavorable para una entrevista de trabajo, una negociación o cualquier interacción social. Una actitud necesitada hace que los demás se pregunten por qué estamos tan desesperados por obtener algo. Quien actúa de manera necesitada frente a una mujer, hace que ella se pregunte: ¿por qué actúa de esta manera? Si me da tanta importancia desde el primer momento… ¿es porque soy una de sus pocas opciones? ¿O quizás la única? Y… ¿por qué no tendrá otras mujeres?.

Piensen en esto: cómo actuaríamos con una mujer si fuera nuestra única opción y cómo actuaríamos frente a esa misma mujer después de haber estado con tres mujeres ese mismo día. Cómo actuaríamos en una entrevista de trabajo si hace seis meses que estamos desocupados y cómo actuaríamos si cada semana nos ofrecen cinco ofertas diferentes.

Una actitud que me gusta proyectar es demostrarles a ellas que pueden irse cuando quieran. No intento retenerlas hablando de más, o acercándome si se alejan. Muchas veces cuando veo que se muestran apuradas o que se van, me quedo en mi lugar y sigo hablando con la misma intensidad que cuando estaban cerca. Otra forma es hacer espejo, si ellas se muestra apuradas o que se van, hago lo mismo.

Una noche estaba sentado en una discoteca hablando con una chica. La consideraba la mas atractiva del lugar. Ella tenía veinte años, jugaba hockey y tenia un aire a haber sido la más popular de su clase. Se llamaba Micaela. Aun no la había besado cuando se acercó un amigo mío y me regaló un trago. Lo sumé a la conversación y él le pidió a Micaela que le presentara sus amigas. Ella se levantó y fue a buscarlas. Cuando vimos que ella se alejaba, mi amigo reaccionó y me dijo: “¡Uh, perdonáme! Hice que se fuera”. A lo que respondí: “¡Todo bien! Si se quiso ir, no hay problema. Si vuelve, será porque le intereso”… y ella volvió. Les aseguro que si no hubiera tenido una actitud abierta hacia ella (de que podía irse cuando quisiera), si hubiera mostrado que me daba miedo perderla, habría jugado en mi contra. Mi postura fue: “yo no puedo obligarla a nada que ella no quiera. Y si ella realmente no quiere, no me interesa”.

Por eso, es importante ser consientes cuando estamos actuando frente a alguien de manera necesitada; si realmente actuamos de una forma autentica o es una manera desesperada de buscar aprobación.

Como en muchas artes, en la seducción menos es más. Hacer cualquier cosa para impresionar a una chica es de necesitado, ya sea pensar con antelación lo que uno le va a decir, tratar de armar una cita perfecta, comprarla con flores, una cena, etc. Por eso, mientras más te convenzas de que no necesitás hacer nada especial para ganártela, mejor te posicionarás como un tipo de alto valor y no necesitado.

Esto no quiere decir que uno no pueda hacer un regalo o incluso comprarle flores a una mujer, pero solo debe ser hecho si surge desde un deseo propio y desinteresado, no esperando obtener su aprobación. Esto explica muy bien porque aquellos hombres que dan todo por una mujer, sin que ellas demuestren interés, tienden a fracasar en el objetivo de atraerlas, a pesar de que ellas digan que les pareció una “linda actitud”. Por otro lado aquellos que no demuestran un excesivo interés o esfuerzo, tienden a tener una tasa de éxito mucho mayor.

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* Adaptado especialmente para INFOBAE.COM del libro Seductor Infalible: guía para desarrollar una personalidad atractiva, del escritor Germán Muhlenberg.  Los primeros capítulos pueden descargarse gratis en la web de la editorial.