Por: Paula Denis
Se terminaron las excusas, se aclaró el mito. “Estaba borracho” ya no es una respuesta válida para justificar a esa morocha con la que te vieron salir del boliche las amigas de tu novia. “Sobrio no lo haría”, también está fuera de juego. El histórico pretexto del alcohol como sinónimo de inconciencia para que tu pareja deje el cenicero en la mesa y no lo estrelle contra tu cabeza, quedó en off side para todos. Enterate el por qué:
“Cuando alguien en el consultorio nos dice “estaba borracho, no sabía lo que hacía” intentamos abrir un espacio de escucha dirigido a que algo de la responsabilidad del sujeto aparezca, que el paciente pueda empezar a reconocerse en eso que hizo, que pueda empezar a ensayar razones, causas que lo determinan en su actuar y que le son propias. No implica esto que “no le vamos a creer”, ya que el alcohol es una sustancia psicoactiva o droga depresora del Sistema Nervioso Central, que consumido en grandes cantidades puede llevar a la pérdida de conciencia y por lo tanto el “yo” pierde dominio respecto de sus actos”. Cuenta la Licenciada en Psicología Paulina Jauregui (MP. Nº 46204).
- ¿Qué relación tiene el alcohol con las acciones que realiza alguien en estado de ebriedad? ¿Es válido excusarse con el “estaba borracho”?
- Para responder a esta pregunta es necesario aclarar que en Psicoanálisis hablamos de Sujeto responsable. El sujeto no está en la conciencia sino en el Inconsciente, por lo tanto un sujeto escindido de la conciencia y del inconsciente es un sujeto que se conoce por sus efectos.
Hay una cuestión que es central a la Filosofía y a la Psicología, que es el concepto de unidad, es decir lo relativo a la unidad mente-cuerpo.
La Psicología le asigna este lugar central al “yo”, que es indivisible, que desconoce la esencia de uno mismo. El “Yo” no quiere saber nada de la división que lo funda. Esto es una experiencia cotidiana, que da cuenta de la desorientación que nos produce cualquiera de los efectos que produce en la división de un Sujeto. Esto que se presenta entonces, será siempre en el marco de “yo no quise decir” ésto o aquello, o “no lo quise hacer”. Cualquiera de estas irrupciones de los efectos de la división del sujeto, son rechazadas por ese “yo”.
Jacques Lacan, reconocido médico psiquiatra y psicoanalista francés, afirma que la responsabilidad que podemos esperar del sujeto en la práctica analítica es frente a la convicción adquirida de la existencia del inconsciente, por haber “aprehendido” algo de lo que lo determina como sujeto del inconsciente. Es responsable de sus marcas, pero también de lo que hace con ellas. Hay determinación inconsciente pero también responsabilidad. Así, el psicoanálisis nos presenta un sujeto que no puede considerarse amo y señor de sí mismo, de sus discursos y sus actos, pero que tiene que hacerse cargo de aquello que lo determina como algo que también es “suyo”, le concierne. De nuestra posición de sujeto somos siempre responsables.