Se acerca la tan esperada época del año. Estudiantes y trabajadores disponen de unos días para descansar. Amas de casa hacen un merecido paréntesis. Salvo raras excepciones, miles y miles de personas salen en grupo a tomar vacaciones, sean familiares o amigos. Raramente, todo el conjunto guste de la pesca y se organice una salida totalmente orientada a este deporte. Las situaciones más comunes son la familia que aprovecha para descansar unos días y los amigos jóvenes que aprovechan para “cansarse” unos días. ¿Cómo insertar la pesca deportiva en estos marcos?
La salida en familia ayuda mucho para integrar a los hijos y la señora, en caso de que el fanático pescador sea el padre. Claro que debe equilibrarse la balanza de los gustos y así como algunos días acompañarán a papá a pescar, otros serán destinados a lo que los chicos o la mamá prefieran. Por ejemplo, si se toman las clásicas vacaciones de una semana o quince días en las playas de la costa atlántica, podrán destinarse uno o dos días, respectivamente, para la pesca deportiva en familia. Jornadas adicionales pueden implicar un acuerdo de partes: por caso, la mamá y los chicos van todo el día a un parque acuático y papá, a pescar solo o con algún amigo. Lo mismo puede aplicarse a cualquiera de los hermosos lugares que ofrece nuestro país.
La pesca en familia o con amigos no pescadores debe diferenciarse de la pesca en soledad o con fanáticos de las cañas. En el primer caso, el más experimentado deberá ajustarse a los novatos, si no quiere que estos se aburran o nunca más pesquen. Si son chicos o damas, hay que dedicarse cuidadosamente a ellos: hacerlos sentir bien, protegerlos del sol u otras inclemencias del clima, darles de beber o comer, invitarlos a contemplar la naturaleza. Algo importante: facilitarles la pesca, pues si tratamos de imponerles de entrada modalidades más complejas (mosca, baitcast) o equipos muy pesados (para tiburón) probablemente solo consigamos ahuyentar del pasatiempo a quienes se inician. Fundamental, no ir a pescar sino a hacer que ellos pesquen.
Las playas permiten pescar desde la costa, aunque con pobres resultados. Un poco puede mejorar en los muelles, pero suelen estar muy poblados para esta fecha, lo que disminuye el pique y obliga a ser muy prolijos en el desempeño. Si los nuevos pescadores no se marean, una opción interesante es embarcarse con guía. Los servicios de confortables cruceros o los que se pesca con grupos numerosos duran todo el día. Lanchas más pequeñas pueden alquilarse por media jornada.
En las sierras de Córdoba, Tucumán, Jujuy, Salta, San Luis y Mendoza, por ejemplo, hay lagos artificiales, formados por represas, donde pueden pescarse, mayormente, carpas y pejerreyes, y en algunos pocos se suman las tarariras.
En la Patagonia existen arroyos, ríos y lagos con truchas y pejerreyes, incluso cerca de ciudades bien turísticas, como Bariloche, El Calafate o Ushuaia, mientras que el róbalo y otros integrantes de la variada se acercan a algunas costas marinas.
El Litoral y la Mesopotamia tienen sus grandes ríos (Paraná, Uruguay) con muy buenas posibilidades de pesca, principalmente, embarcados. Una buena combinación se da con los carnavales, por ejemplo, en pesqueros como Gualeguay, Corrientes (capital) y Gualeguaychú.
Hay muchas variantes más dependiendo del lugar elegido y el grupo que se forme. No olvide que puede ser una gran oportunidad para iniciar a quienes nunca buscaron un pez. Busque siempre un guía respetuoso y que tenga en claro que no se trata de una clásica salida de amigos pescadores. Si necesita datos de ellos, con gusto mandeme un mail que conozco a muchos de los mejores del país.
Néstor Saavedra
para Tur Aire Libre
Te invitamos a seguir también nuestros blogs de Buceo, Modelismo Espacial, Naútica, Paracaidismo,
Parques y Museos, y Turismo.
