Aunque el frío ya se hacía sentir, las ganas de pescar los últimos salmónidos de la temporada pueden más. Si no, habrá que esperar hasta noviembre. Además, en la prolongación de la temporada, lo más cerca posible del cierre, siempre hay chances de sacar algún hermoso ejemplar.
Esta ha sido la experiencia de dos grandes amigos y pescadores, Marcelo Morales (reconocidísimo por sus años como guía, atador y dueño de una prestigiosa casa de pesca con mosca) y Pablo Bofill, gran cultor de esta última modalidad, pero también amante de la pesca con señuelos.
El 19 y 20 de mayo pescaron en Neuquén, más precisamente, a través de una flotada en El río Limay medio. El primer día, entre De Hais y Los Corrales; el segundo, entre “Lo de Martínez y La Boca Toma.
Las temperaturas variaron entre 4 y 15 grados y el tiempo fue duro, pues, si bien el primer día estuvo parcialmente nublado con viento moderado, en el segundo se nubló y se largó la lluvia/llovizna con viento puelche.
Marcelo pescó con caña Sage TCX 990-4 y TCX 890-4, reel Sage 6000 y Abel Super 6N, shooting de hundimiento rápido con amnesia 20 libras para distancia máxima. Pablo, por su parte, con caña Sage RPLXi 990-3 y Sage xi2 690-4, reeles Abel Super 5N, Hardy UltraLight Disc, shooting 9 de hundimiento rápido y Mastery Series Streamer Express Clear Tip 200 grains (se hunde lento el torpedo que es transparente). Tippet: 0X (0,28mm). Los guió el baquiano DAO (Daniel Ortega), que conoce estos lugares como la palma de su mano.
Probaron varios tipos de mosca, en particular Rabbit y moscas tubo, pero lo que mejor funcionó fueron las moscas medianas (anzuelo 4) con perfil fino, tipo Matuka, en colores olivas y con poco flash. Estas tienen una gran ventaja sobre los “gatos”: son mucho más fáciles de tirar y “entran” mejor al agua, en particular, cuando hay viento y hay largas distancias.
En el primer día sacaron dos marrones aceptables (de dos a tres kilos) y varias de un kilo a un kilo y medio tanto arco iris como marrones. El segundo día, no bien salieron, Marcelo sacó una marrón de unos tres kilos y luego estuvo bastante duro con alguna arco iris matizando la jornada hasta que, casi sobre el cierre, a las 17.00 Pablo logró una marrón de 4,5 kilos, un macho bien formado, con el típico “pico” que tomó la mosca sobre la cola de un pozón un par de kilómetros aguas arriba de La Boca Toma, no bien cayó al agua, y ofreció dura pelea desde las profundidades (no saltó nunca) utilizando la corriente a su favor. Costó varios minutos cansarla con la caña 6 y, como es obvio, luego de la captura, fotos y devolución.
Gracias, Marcelo y Pablo, por compartir esta experiencia con nosotros y a esperar unos meses por las próximas truchas.
Néstor Saavedra
para TurAireLibre
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