Para pescar uno de los peces más codiciados del Paraná visitamos el norte entrerriano. Con los guías Esteban Delgado, Roque Gaitán y Juan Pieruzzini, de Posta Surubí, salimos hacia el norte por el ancho río, que estaba estaba alto, pero bajando, y se formaban muchas correderas sobre las barrancas de la margen oriental.
Pescando en baitcast mientras la lancha derivaba y usando cañas rápidas (recuperan lo más rápido posible la forma recta, luego de que se las libera de una flexión) y multifilamento (no se estira como el nailon), además, de un buen mosquetón, que no se abra ante la fuerza del ataque, y un cable de acero de veinte libras y veinte centímetros, pues la boca de este “tigre de los ríos” está plagada de dientes cortantes, conseguimos una docena de dorados de dos y tres kilos.
Con morena mediana, enhebrada de manera que tenga mucha movilidad en un anzuelo pata larga 8/0, y con un pequeño plomo de 20 a 40 gramos corredizo, probamos anclados a la salida de un riacho. Lanzamos hacia el medio del río y luego íbamos “peinando” el aparejo, es decir, levantándolo con la punta de la caña, pero sintiendo que se apoyaba sobre el lecho y avanzaba como a los saltos. Si no, con la gran correntada, la línea sube y queda “flameando”, posición en la que son raros los piques.
En esta forma tuvimos muchos piques y capturas, y hasta logré un lindo dorado de unos cinco kilos con un Bomber de paleta larga, con caña Tech Osaka y reel Quantum, ideales para este tipo de modalidad.
Cuando el pique se cortó en esta boca, los guías me ofrecieron la opción de probar en otros veriles más hondos, más al medio del Paraná, o intentar en un ingreso de agua a unas lagunas, aguas arriba, para usar señuelos de paleta corta. Elegí esta segunda alternativa y fue un momento muy divertido, porque había acción pero la pesca no estaba fácil: los dorados comían mal y no se clavaban bien. Con carnada natural era más sencillo, porque, una vez que el anzuelo se les clava, es difícil que se escapen, pero con artificiales de cuerpo y triples se libraron más de uno antes de llegar a la lancha. De todas maneras no matamos ningún ejemplar y todos retornaron rápidamente, luego de las fotos, a su medio.
Les recomiendo para un servicio completo: Posta Surubí, que cuenta con diez habitaciones triples y dos departamentos para seis personas, lancha, guía, nafta, carnada, permiso, bebidas y comidas, equipos de pesca, wi fi: 03437-421-128/15-557-144.
Néstor Saavedra
para TurAireLibre
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