El grupo de pesca del guía Alexis Oficialdegui (teléfono 0280-15-487-3890) inició esta aventura en el mes de julio. Son muchachos que, generalmente, compiten en torneos de pesca de costa marítima, pero que querían organizar una salida a la cordillera. En su mayoría son novatos en el arte del fly fishing, así que para ir tanteando las bondades de cada uno comenzaron con pequeñas clínicas y charlas, como unos días de casting y movimientos básicos de lanzamiento y posturas, en la famosa Placita de Rawson, Chubut, donde pudieron ir acostumbrándose a los nuevos equipos que deberían usar en la cordillera. Leamos lo que nos cuenta nuestro amigo Alexis:
“Río Pico es una zona muy franca para pescar; generalmente si viajan con alguien que conozca su zona, pescarán y pasarán un grato momento; los principios de temporada hay que saber dónde y con qué pescar. Los días pasaban y la adrenalina se podía sentir.
La familia Valiña estaba a punto caramelo y una semana antes ya querían emprender el viaje padre e hijo en una sensación única en la pesca con mosca, un gusto que pocos se pueden dar. Mi amigo y compañero de charlas Fernando Arabia, estuvo encargado de la comida para cinco días de pesca, con desayunos y meriendas. Martín Sterner y su padre nos acompañaron. El último nos deleitó con sus historias, navegando el mundo con la Fragata Libertad. Mi hermano y compañero de batallas en las costas patagónicas, Tato Oficialdegui, y quien les escribe, formamos el equipo y emprendimos el gran viaje. Teníamos la reserva hecha en la cabaña de la familia Nuñez. Lina y Raúl son amigos de hace muchos años, donde por lo general llevo a mis clientes de pesca cuando tengo algunas guiadas en esa zona. Es un lugar único a orillas del Lago 3.
Llegamos temprano y el atardecer se presentaba extraordinario, pero no podíamos pescar hasta el día siguiente, primero de noviembre, en que se iniciaba la temporada. Entonces aprovechamos a dar una clínica de lanzamiento a orillas de nuestra cabaña, realizando unos pequeños lanzamientos de levante y tendido. Obviamente el entorno hace que el corazón palpite más fuerte. Es algo que no puede describirse con palabras, pero solamente los seis sabíamos qué sentíamos en ese momento.
El lago no se encontraba en su punto más alto, no muy desbordado como es habitual para estas fechas, pero estaba bueno para caminar la parte noreste o la famosa Pastera de Núñez, así que, una vez visto el ambiente, sabíamos qué pesca debíamos realizar al día siguiente. La noche se hizo corta y el desayuno ya estaba listo. Con el primer sonido de sartenes y olor a tostadas y café con leche, salimos de la cama, desayunamos y comenzamos nuestro primer día en río Pico.
La pesca comenzó en La Pastera. Debe su nombre a que, a mediados de diciembre o enero, don Núñez lleva las vacas a esta zona para su engorde y posterior venta. Es una zona plana, donde, cuando el lago se desborda por los deshielos, queda bajo agua con una altura promedio de 30 a 80 centímetros, aprovechando las truchas estos momentos para salir del lago y comer pequeños insectos, lombrices, lauchas y pequeños alevines de marrones.
Como estamos pescando en zonas bajas es recomendable pescar con líneas de flote con líderes de 2,70 metros a 3 metros con terminaciones finas de 2x o 3x. Por lo general, en este lugar da buenos resultados pescar con Atractor o Stremers sin olvidar que hay que caminar con mucho cuidado y sin hacer ruido, porque las truchas están cazando con todos sus sentidos activos y saben que están al descubierto para sus depredadores.
Otra de las pescas que realizamos fue pescando sobre la lancha. Para ello hay que ver por dónde se están moviendo las truchas para poder tener un buen día de pesca. Por lo general, las truchas en los lagos salen a buscar su comida: no es como un río o arroyo en que la comida llega a ellas. La pesca embarcada se puede hacer de dos formas: tirando el ancla en una zona y realizando varios tiros hacia todas las direcciones y, después, levantando y dejando que se mueva la lancha y anclando nuevamente. Así podremos recorrer varios puntos de pesca. Si la embarcación es a remo, mejor, pues uno puede ir remando suavemente cerca de los juncos y realizando tiros hacia ellos mientras se saca rápidamente obligando al pez a atacar nuestro artificial o señuelo. Generalmente los piques con esta pesca son bruscos y de paradas fuertes, y las sensaciones son extraordinarias. Es unas de las pescas que más le gusta a mi hermano y, sobre todo en las últimas horas del día, donde las grandes marrones del Lago 3 se preparan para el gran festín.
La pesca estuvo realmente maravillosa: todos pescaron hermosos ejemplares, pero lo mejor se dio en la balsa pescando las orillas. Pasamos cinco días extraordinarios a pura emoción y lo mejor para destacar fue la comida ya que volvimos con cinco kilos de más y un turno para la nutricionista.”
Néstor Saavedra
para TurAireLibre
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